Aselsan de Turquía combina el caza furtivo KAAN con los drones ANKA-3 y KIZILELMA para formar equipos tripulados y no tripulados .
Army Recognition
En junio de 2025, el director ejecutivo de Aselsan anunció que el caza turco de quinta generación KAAN
se comunicará en tiempo real con los vehículos aéreos no tripulados más
avanzados del país, el ANKA-3 y el KIZILELMA, gracias a un nuevo
sistema seguro de enlace de datos desarrollado internamente. Esta
revelación marca un hito en la doctrina de dominio aéreo de Turquía al
introducir una red operativa tripulada y no tripulada verdaderamente
integrada. Esta capacidad refleja una transición fundamental de una
guerra centrada en plataformas a una guerra centrada en redes. La
noticia fue reportada por medios de comunicación turcos y confirmada por
Ahmet Akyol, director general de Aselsan.
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El
ANKA-3, con su diseño furtivo y su probable rol híbrido de ataque y
reconocimiento, y el KIZILELMA, que avanza hacia la categoría de
compañero leal con mayor velocidad y agresividad, aportan cada uno
capacidades complementarias al ala aérea de KAAN
(Fuente de la imagen: Generada por IA)
La clave de este avance tecnológico reside en el Enlace de Datos de Vuelo Indígena (IVDL) desarrollado por Aselsan, que permite a KAAN comunicarse con el sigiloso dron de ala voladora ANKA-3 y el vehículo aéreo de combate no tripulado (UCAV) KIZILELMA, propulsado por reactor. Operando con un amplio ancho de banda, con un alto rendimiento y alta resistencia a la detección de guerra electrónica, este enlace de datos permite a KAAN actuar no solo como un caza de primera línea, sino también como un nodo de comando y control que orquesta activos no tripulados. Este sistema complementa nuevas características de baja observabilidad, como el conjunto electroóptico TOYGUN y el sensor pasivo IRST KARAT, lo que aumenta aún más la capacidad de supervivencia y la eficacia de KAAN en entornos de conflicto.
El desarrollo del caza KAAN , liderado por Turkish Aerospace Industries (TAI), comenzó a mediados de la década de 2010 como parte del impulso de Turquía hacia la autonomía de defensa. Si bien el proyecto KAAN sigue el modelo occidental de quinta generación, también integra las lecciones aprendidas de los conflictos centrados en drones en Libia, Siria y Ucrania. A diferencia de los cazas de quinta generación anteriores, como el F-22 o el Su-57 , el KAAN se está diseñando desde el principio para operar en conjunto con sistemas no tripulados. El ANKA-3, con su diseño furtivo y su probable rol híbrido de ataque y reconocimiento, y el KIZILELMA, que asciende a la categoría de piloto de ala leal con mayor velocidad y agresividad, aportan capacidades complementarias al ala aérea de KAAN.
Esta arquitectura de equipo tripulado-no tripulado (MUM-T) otorga a Turquía una ventaja táctica en futuros escenarios de conflicto donde predominarán los ataques de saturación, la guerra electrónica y la coordinación de ataques de largo alcance. El IVDL garantiza que el KAAN pueda dirigir drones para realizar misiones de supresión de las defensas aéreas enemigas (SEAD), interferencia electrónica o ataques profundos sin exponer al piloto a un riesgo excesivo. En comparación con el concepto de avión de combate colaborativo (CCA) de la Fuerza Aérea estadounidense, aún experimental, o el dron ruso Okhotnik, vinculado al Su-57, la integración de UAV de combate por parte de Turquía en un escuadrón de cazas operativo avanza hacia su aplicación en tiempo real en el campo de batalla.
Las implicaciones estratégicas son significativas. Este modelo de red de malla digital mejora la capacidad de Turquía para realizar operaciones con independencia de la infraestructura C4ISR de la OTAN, lo que proporciona una capacidad de respuesta soberana en situaciones de crisis en el Mediterráneo Oriental, el Cáucaso o el norte de Siria. Además, consolida la ambición de Turquía de convertirse en una superpotencia de drones de amplio espectro, no solo en la fabricación de hardware, sino también en la doctrina operativa y la conectividad en el campo de batalla.
Al permitir que KAAN funcione como centro de mando
aerotransportado tanto para el ANKA-3 como para el KIZILELMA, el sistema
IVDL de Aselsan impulsa a Turquía hacia la era de la guerra
colaborativa tripulada y no tripulada. Este cambio no es una simple
actualización tecnológica, sino una transformación conceptual que
aprovecha la experiencia de Turquía en drones para redefinir cómo se
logra y mantiene la superioridad aérea. Con sistemas como KAAN, ANKA-3 y
KIZILELMA cada vez más interoperables, Turquía está construyendo un
ecosistema de combate que trasciende las jerarquías tradicionales del
poder aéreo, combinando sigilo, autonomía y control en tiempo real de
maneras que pocas naciones han implementado.