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domingo, 21 de julio de 2024

GCE: El Fiat CR.32

Guerra Civil Española--Fiat CR.32

 Italian Aircraft WWII





Los aviones italianos llegaron a la Guerra Civil Española, incluidos los Fiat CR.32. Su pedigrí se remonta a 1923, con la introducción del CR (Caccia Rosatelli), el primero de una línea de cazas diseñados por Celestino Rosatelli, que presentaba dos alas de envergadura desigual, reforzadas por un conjunto de puntales Warren en forma de vigas. El CR.20 de 1926 introdujo una estructura de avión totalmente metálica, y el CR.30, presentado en 1932, presentaba un motor Fiat A.30 de 600 caballos de fuerza refrigerado por líquido, polainas aerodinámicas para las ruedas principal y trasera, y un armamento de dos ametralladoras Breda-SAFAT de 7,7 o dos de 12,7 mm sincronizadas para disparar por encima del motor. El CR.32, que voló por primera vez el 28 de abril de 1933, era básicamente un CR.30 reducido, más compacto y refinado. Su motor Fiat A.30 RA de 592 caballos de fuerza le daba una velocidad máxima de 237 millas por hora a 10,000 pies. Los alerones, equilibrados por pestañas tipo "banco de parque", se instalaron únicamente en el ala superior, y el timón y los alerones estaban equilibrados estática y dinámicamente. Estable y, sin embargo, fenomenalmente maniobrable y extremadamente sensible en los controles, el Fiat también tenía una velocidad de descenso excepcional, mientras que su robusta estructura de ala daba confianza al piloto.

El CR.32 era el caza numéricamente más importante de la Regia Aeronáutica cuando estallaron las hostilidades en España. Sin perder mucho tiempo en brindar apoyo a la causa de Franco, Mussolini envió doce bombarderos trimotor Savoia-Marchetti S.81 al Marruecos español el 31 de julio (tres de los cuales se perdieron en el camino), seguidos de doce CR.32, que llegaron a Melilla a bordo del carguero. SS Nereid en la noche del 12 de agosto. Volados en secreto a Tablada, cerca de Sevilla, los Fiat formaron la 1a Escuadrilla de Caza de la Aviación del Tercio (1er Escuadrón de Cazas del Arma Aérea de la Legión Extranjera) al mando del Capitán Vincenzo Dequal el 21 de agosto.

Inicialmente volados únicamente por italianos, los Fiat, apodados Chirris por los españoles por la pronunciación italiana de las letras “CR”, pronto se impusieron sobre la mezcla de aviones de que entonces disponían las Fuerzas Aéreas de la República Española. Su primera víctima fue un NiH.52 derribado cerca de Córdoba el 21 de agosto por el Sottotenente Vittor Ugo Ceccherelli. El sargento Giovanbattista Magistrini consiguió la siguiente victoria de los Fiat el 27 de agosto, cuando derribó un NiH.52 que escoltaba a los bombarderos CASA-Breguet 19 sobre el aeródromo de Guadix, matando a su piloto español, el capitán Antonio de Haro López.

El primer revés de los italianos se produjo el 31 de agosto, cuando tres CR.32 se encontraron con dos NiH.52 y un Hawker Fury de la Escuadrilla Mixta republicana cerca de Talavera de la Reina, lo que provocó que dos Fiat fueran derribados y el tercero regresara dañado. Inutilizado por los Nieuports pilotados por Cabos (Cabo) Roberto Alonso Santamaría y Rafael Peña Dugo, Sgto. La fuerza de Bruno Castellani desembarcó cerca de Villanueva de la Serena y logró regresar a pie a territorio nacionalista. El otro italiano, el Tenente Ernesto Monico, tuvo menos suerte. Derribado en llamas por el Sargento (Sargento) Andrés García Lacalle en el Furia, se dio a la fuga y fue capturado por milicianos republicanos, quienes afirmaron haberle disparado cuando intentaba escapar. Los nacionalistas emitieron un informe diferente, diciendo que cuando Monico pidió ver al embajador italiano en Madrid, los milicianos le dispararon sin más.

Mientras tanto, iban llegando a España más CR.32 y a mediados de septiembre se había formado un segundo escuadrón, bajo el mando del capitán Dante Olivera. Para entonces, los pilotos de la 1a Escuadrilla empezaban a referirse a su unidad como La Cucaracha, por la canción popular de la época. En ese momento se habían incorporado a la unidad tres pilotos españoles: el Capitán Joaquín García Morato, el Capitán Ángel Salas Larrazábal y el Teniente Julio Díaz-Benjumea. García Morato voló por primera vez el CR.32 el 6 de septiembre.

El 11 de septiembre los Fiat se pusieron en marcha a toda velocidad, reclamando dos Breguet 19 y cinco cazas. Dos de los aviones republicanos fueron acreditados a Magistrini, y a García Morato se le atribuyó un NiH.52 sobre Talavera por su quinta victoria. A finales de mes, el puntaje de García Morato era de ocho, lo que lo convertía en el principal as de la guerra, un estatus al que nunca renunció. Los nacionalistas, con la generosa ayuda de los aliados alemanes e italianos, habían logrado la superioridad aérea, pero esa situación estaba a punto de sufrir un cambio inesperado.

Las carreras posteriores de los tres combatientes de transición de la Guerra Civil Española dan una idea de las conclusiones a las que llegaron los países que los construyeron. Habiendo superado a menudo las desventajas de rendimiento de los CR.32 mediante habilidad y tácticas adaptativas, los pilotos italianos seguían siendo difíciles de convencer de que los días del caza biplano, y mucho menos los del caza aéreo solitario, estaban en decadencia. En consecuencia, el próximo caza importante de Fiat, el CR.42, sería otro biplano con tren de aterrizaje fijo y cabina abierta, incluso cuando esa misma compañía estaba produciendo un diseño más avanzado con tren de aterrizaje retráctil y una cubierta cerrada, el G.50.

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