Los pilones y sensores de los F-16 MLU exDaneses ahora argentinos
Al ver las imágenes publicadas sobre la visita del Ministro de Defensa a Dinamarca, en el marco de la firma del contrato para la compra y modernización de los sistemas ECM y EW de nuestros F-16, una en particular me llamó la atención: el soporte de armas (o pilón) estaba expuesto como si fuera un trofeo de Fórmula 1. Se trataba nada menos que del Pylon Integrated Dispensing System (PIDS+). Justo detrás y por encima de él, había una pantalla LED mostrando la imagen de nuestro Cóndor-Viper con la denominación F-16 "EWMS". Esas siglas me sonaban de algún lado.
Así que hice lo que corresponde en estos casos: investigar. Conocía de nombre a la empresa involucrada, pero nunca había profundizado. Al ingresar a su página, me encontré con una presentación caótica, pero reveladora. Empecé a revisar desde la historia de la empresa hasta sus productos, servicios, proveedores y, especialmente, los clientes a los que abastece. Me enfoqué en los componentes que se integran a nuestras aeronaves: desde la compatibilidad con el sistema ALQ-213, el software de misión, controladores, suite de guerra electrónica, cableado, pantallas e interfaces de lectura, hasta el casco (con su propia historia) y finalmente el soporte multifunción, con sus sensores, emisores y las cajas dispensadoras AN/ALE-47, un sistema ya bien conocido y estandarizado tanto en EE.UU. como en la OTAN.
En resumen, los sistemas de autodefensa de nuestras aeronaves —nuestras “chatarra voladora” (con ironía para quienes ya saben)— no podrían estar en mejores manos, tanto por la calidad del equipamiento incorporado como por el servicio posventa, lo que fortalece el nivel y la excelencia del T.E.I. al que se actualizan nuestros F-16 MLU 6.6 XX. Como diría el amigo Promanzio: a esta altura, ya no son XX, sino XXX. Así es.
Las nuevas capacidades que se suman a los sistemas de armas originales, fabricados y operativos de base, son novedosas para la Fuerza. Su implementación no solo mejorará la eficacia operativa, sino que abre la puerta a adquirir experiencia con estas tecnologías. A futuro, incluso podría pensarse en brindar servicios regionales asociados a estos sistemas, como ya ocurre con los simuladores del centro de entrenamiento. Naturalmente, esto llevará tiempo, ya que el progreso dependerá del grado de operatividad que alcancen tanto las tripulaciones como el personal técnico de mantenimiento.
En cuanto a los modelos de soportes, existen principalmente dos: PIDS y ECIPS. El primero está más orientado a la detección de amenazas y la dispensación de bengalas/señuelos; el segundo se enfoca más en guerra electrónica y detección de radares. Ambos modelos cuentan con variantes más equipadas o combinadas, ya que son modulares y actualizables. Cabe destacar que Terma ha colaborado con Elbit y Leonardo para el desarrollo de estos sistemas EW/ECM, lo que supone una ventaja tecnológica considerable.
Por ahora, no está claro si la Fuerza Aérea Argentina adquirirá solo la versión PIDS+ o también incluirá ECIPS. Es posible que ya estén operando en Dinamarca, lo que permitiría que ciertos aviones se especialicen en detección y guerra electrónica, mientras otros se concentren en ataque o derribo. De todos modos, esta información seguramente está protegida por secreto militar, aunque un análisis visual detallado de los pilones podría ofrecer pistas.
Como dato adicional, vale mencionar que la empresa original desarrolladora del sistema ALE-47, Tracor, fue integrada (por decirlo diplomáticamente) en la gigante BAE Systems, con la cual Terma también colabora. Sí, Su Majestad incluida.