domingo, 13 de julio de 2025

Operación León Ascendente: Los logros de la estrategia israelí

 

Operación León Ascendente: Logros, Preguntas Abiertas y Escenarios Futuros

  • Un análisis exhaustivo de la campaña israelí en suelo iraní y sus resultados


INSS Insight No. 2007, 9 de julio de 2025
עברית
Tamir Hayman



La Operación León Ascendente, llevada a cabo en suelo iraní, fue una campaña de gran importancia, que demostró maestría operativa, excelencia y un sofisticado esfuerzo diplomático internacional complementario. Si bien es cierto que la gratificación es necesaria, la campaña debe analizarse de forma objetiva y profesional. ¿Se lograron realmente sus objetivos? ¿Se ha eliminado una amenaza existencial para el Estado de Israel? ¿Ha mejorado significativamente la situación de seguridad de Israel o se encuentra atrapado en un círculo vicioso de excelencia táctica y fracaso estratégico?

Aunque aún es prematuro responder a estas preguntas definitivamente, este artículo analizará las motivaciones de Israel para atacar a Irán, los riesgos inherentes al ataque, el método de operación y sus componentes, sus resultados y logros clave, así como los escenarios futuros. Las razones que llevaron a Israel a tomar la iniciativa ofensiva

La intransigencia de Irán en las negociaciones con Estados Unidos. Durante las negociaciones, Irán insistió en mantener su capacidad de enriquecimiento de uranio, rechazando todas las propuestas de compromiso estadounidenses al respecto.

El programa de misiles iraní alcanzó una etapa altamente peligrosa. La Dirección de Inteligencia Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (AMAN) calculó que, en cuatro años, Irán poseería más de 8.000 misiles avanzados capaces de causar daños acumulativos a una escala intolerable.

Acontecimientos alarmantes en el "Eje Armamentístico". En los últimos años, Irán ha desarrollado un proyecto singular para producir una ojiva de misil letal (un arma de fusión). Si bien este ambicioso proyecto fracasó, este impulsó a los científicos de misiles iraníes, ahora inactivos, a convertirlo en un proyecto de armas nucleares "convencionales" (un arma de fisión). Este cambio, sumado al umbral de capacidad nuclear de Irán, que poseía todos los medios para producir una bomba, creó el riesgo de que Irán alcanzara pronto una zona de inmunidad, lo que significa que la velocidad de su desarrollo para construir una bomba superaría la capacidad de Israel para intervenir militarmente. El Líder Supremo de Irán, Alí Jamenei, no dio la orden de proceder a esta etapa, pero el potencial de una amenaza grave era evidente.

Una oportunidad histórica creada por los logros israelíes desde el 7 de octubre de 2023. La relativa debilidad de Hezbolá y Hamás, la destrucción de los sistemas estratégicos de defensa aérea de Irán y sus dificultades económicas parecían representar una oportunidad de oro para atacar a Irán. Dado que la mayoría de las evaluaciones consideraban esta situación temporal, se hizo imperativo actuar de inmediato.

Evaluación de la urgencia por parte del estamento de seguridad israelí


La evaluación predominante entre el estamento de seguridad israelí era que posponer la operación sería extremadamente problemático, ya que se preveía que la amenaza iraní empeoraría: en pocos años, otro presidente estadounidense —quien podría estar menos atento a las preocupaciones de seguridad de Israel y menos dispuesto a cooperar para frustrar el armamento iraní— podría asumir el cargo. Miles de ojivas convencionales pesadas en posesión de Irán pondrían en grave peligro la capacidad defensiva de Israel. La tecnología y la capacidad nuclear de Irán alcanzarían una zona de inmunidad, lo que haría ineficaz un ataque preventivo. Además, las potencias iraníes en Oriente Medio podrían recuperarse y rearmarse. La conclusión inevitable era que Israel pronto podría enfrentarse a una realidad imposible. Por lo tanto, a pesar de los riesgos, un ataque contra Irán se volvió esencial. Los Riesgos

La operación, si bien se consideró necesaria, implicaba cuatro riesgos importantes que permanecieron sin resolver hasta el momento de su ejecución:

Dependencia de la Cooperación de EE. UU. para Atacar Fordow. La postura básica de Estados Unidos, reflejada en las declaraciones oficiales del presidente Trump y de su base política (el movimiento "MAGA"), se oponía a las "guerras interminables en Oriente Medio". Por lo tanto, era muy incierto si Estados Unidos actuaría junto a Israel. Si bien el presidente dio luz verde a la operación israelí, podría revertir su postura en cualquier momento, especialmente si consideraba que la operación no era lo suficientemente brillante como para ofrecer gloria política. En tal escenario, la operación podría haber sido un fracaso total, ya que un ataque contra Irán sin destruir las instalaciones de Fordow —el objetivo principal de la campaña— aún dejaría a Irán con la capacidad de desarrollar una bomba nuclear.

Mecanismo Final Dependiente de Estados Unidos. Sin la participación de EE. UU., la operación podría haberse convertido en una prolongada guerra de desgaste. Este tipo de conflictos solo termina cuando una de las partes se detiene unilateralmente por agotamiento. Irán, impulsado por el orgullo y su estatus de potencia regional, no se detendría unilateralmente, ni Israel podía permitirse hacerlo sin completar su misión en Fordow. Por lo tanto, se requería un mecanismo de detención externo —una orden del presidente de Estados Unidos— para contener a ambas partes.

Daños al frente interno de Israel. La estimación preliminar de víctimas mortales fue de al menos 400. Si el plan de represalia inmediata de Irán se hubiera ejecutado por completo en las primeras horas, las bajas y la destrucción habrían sido mucho mayores que las acumuladas. Además, existía una amenaza muy real de que un ataque de ese tipo pudiera afectar la continuidad de las operaciones de la Fuerza Aérea y el sistema de defensa aérea de Israel. Daños de tal magnitud habrían limitado gravemente la capacidad de Israel para continuar con el plan de ataque.

Riesgo continuo incluso después de la campaña. El ataque podría llevar a los líderes iraníes a ordenar un avance acelerado hacia la obtención de un arma nuclear, concluyendo que un estatus nuclear umbral no es suficiente disuasorio y, por lo tanto, debe producirse una bomba real. Si Irán solicita una bomba ya fabricada a otro país (Corea del Norte, Pakistán, China, Rusia), la amenaza podría ser incluso mayor de lo inicialmente evaluado, antes y después del ataque. 

León en Ascenso: El Método de Operación y los Elementos de Engaño

A diferencia de los reactores nucleares en construcción en Siria e Irak, donde la destrucción de un solo reactor de plutonio bastaba para paralizar el programa nuclear, el programa nuclear iraní no se centra en un solo reactor. Implica una infraestructura compleja que no puede eliminarse de un solo ataque, lo que requiere una campaña prolongada y flexible que comprende numerosas operaciones. Por consiguiente, se planeó una operación sorpresa para paralizar los sistemas de mando y control de Irán, establecer la superioridad aérea sobre los cielos iraníes y preservar la libertad de acción. Esto permitiría ataques significativos y amplios contra diversos componentes del programa nuclear iraní.

Las Cinco Ofensivas de la Campaña

La operación consistió en cinco ofensivas: decapitación, superioridad aérea, neutralización del proyecto nuclear, agotamiento del arsenal de misiles y desestabilización del régimen. La defensa del frente interno israelí, otro esfuerzo importante, no se abordará en este análisis.

Decapitación Sistémica

Este término militar se refiere a la neutralización del liderazgo del enemigo. El reto operativo consiste en eliminar simultáneamente a todos los altos mandos militares desde el principio. Esta misión se ejecutó con éxito. Entre las eliminaciones clave se incluyen:

  • Amir Ali Hajizadeh, Comandante de la Fuerza Aeroespacial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), responsable del programa de misiles de Irán, que desarrolló durante la última década.
  • Gholam Ali Rashid, Jefe del Estado Mayor de Emergencia, Comandante del Comando Central Khatam al-Anbiya, designado para comandar todas las fuerzas militares de Irán en tiempo de guerra, incluyendo tanto al CGRI como a las fuerzas armadas regulares. Durante aproximadamente 15 años, preparó este comando para la guerra contra Israel y Estados Unidos.
  • Mohammad Bagheri, Jefe del Estado Mayor de Rutina, comandante del ejército iraní en tiempos de paz. En caso de fallecimiento de Rashid y disfunción del comando de emergencia, se suponía que asumiría el control de la campaña.
  • Hossein Salami, Comandante del CGRI, responsable de "exportar la revolución". También comandó las fuerzas de misiles de Irán y sus aliados en Irak, Yemen, Líbano y otros lugares. Su eliminación perturbó aún más todo el eje chií.

Superioridad aérea sobre Teherán


Logros clave:


  • Establecer un corredor aéreo seguro (de hecho, varios corredores) que permitió a la Fuerza Aérea Israelí realizar ataques de largo alcance con reabastecimiento en vuelo y una oleada continua de ataques lejos del territorio israelí.
  • Mantener una presencia constante de drones sobre Irán para localizar lanzadores de misiles tierra-tierra (SRBM), neutralizar los sistemas de defensa aérea y eliminar a los comandantes. Esta persistente presencia de drones generó un temor considerable, quizás incluso mayor que el de los aviones de combate, lo que redujo considerablemente el lanzamiento de SRBM hacia Israel.
  • Inteligencia: Los desafíos para localizar lanzadores, sistemas de defensa aérea y ejecutar ataques de precisión en medio de la batalla fueron inmensos. Irán es vasto y distante, lo que hace que la inteligencia precisa sea esencial para la adquisición de objetivos, especialmente los lanzadores móviles de SRBM. Para esta misión, la inteligencia militar israelí desarrolló nuevas capacidades a lo largo de los años y trabajó en estrecha coordinación con la fuerza aérea. La superioridad aérea israelí provocó un fracaso sistemático de la doctrina de combate iraní. Irán se había preparado para la guerra con un mando y control centralizados, lanzadores de misiles balísticos de corto alcance (SRBM) diseñados para evadir aeronaves y sistemas de defensa aérea redundantes. Todo este modus operandi fue completamente interrumpido.


Neutralización del Proyecto Nuclear


Las acciones clave incluyeron:

  • Destrucción de centros de conocimiento en ciencia de armas, eliminando a los principales expertos en el campo de las armas nucleares, especialmente en diagnóstico, radiación, explosivos y sistemas de detonación multipunto (MDS).
  • Ataques a la industria militar, destruyendo las instalaciones que fabricaban componentes para el proyecto nuclear, en particular centrifugadoras.
  • Daños significativos a las plantas de enriquecimiento de uranio en Natanz y Fordow.
  • Destrucción de la planta de conversión de uranio en Isfahán, donde se enriquecía el uranio fundido se convierte en uranio metálico, una etapa crítica en la producción de un núcleo hueco de uranio para la fosa fisible de un arma nuclear.
  • Destrucción del archivo nuclear, cuya copia se encontraba en el sótano de la sede del proyecto nuclear en Teherán.


Destrucción del arsenal de misiles


Logros clave:

  • Ataque a las líneas de producción de misiles, lo que causó daños significativos a la capacidad de fabricación de misiles de Irán, aunque no la eliminó por completo.
  • Destrucción de lanzadores y misiles. El mayor éxito fue la destrucción de más del 70% de los lanzadores de misiles, lo que creó un cuello de botella en la producción. Aproximadamente el 50% de los misiles que representaban una amenaza directa para Israel fueron destruidos o neutralizados.
  • Ataque a los sistemas de mando y control, logrado mediante la eliminación de comandantes y ataques a la infraestructura de control y monitoreo.


Ataques a los símbolos del régimen (Parte del esfuerzo por debilitar al gobierno)


Operaciones clave:


  • Colapso de los muros de la prisión de Evin: Esta notoria prisión de Teherán alberga a disidentes políticos y opositores al régimen. El objetivo era fomentar la oposición facilitando fugas masivas que posteriormente podrían impulsar una revolución. Sin embargo, solo un pequeño número de presos logró escapar.
  • Fuerza de Seguridad Thar-Allah: Esta es una importante fuerza de seguridad pública encargada de combatir a los opositores al régimen. Decenas de sus miembros fueron asesinados, pero aún no se sabe si la capacidad operativa de la organización se ha visto significativamente debilitada.
  • Ataques a los recursos de seguridad interna: Los ataques se dirigieron contra las fuerzas del orden que apoyaban la represión de los disturbios por parte del régimen. Decenas de instalaciones oficiales y puestos de mando fueron atacados, y numerosos agentes de seguridad interna murieron. El impacto general en la estabilidad del régimen sigue siendo incierto en este momento.


Esfuerzos adicionales para debilitar el régimen


  • El sistema financiero del CGRI: Se registró un intento de bloquear las transferencias financieras y desestabilizar la seguridad económica de figuras clave del eje chií. Resultado: Los mecanismos financieros de Irán se vieron gravemente obstaculizados.
  • Debilitamiento del Basij: Esta milicia popular pretendía reprimir rápidamente los intentos de derrocar al régimen. Aproximadamente la mitad de sus miembros son civiles cuya identidad profesional se desconoce, lo que generó temor y disuasión entre la población. Decenas de personas murieron, sin un impacto significativo aparente en la estabilidad del régimen.
  • Destrucción del Cuartel General de Teherán: No se trataba de centros policiales, sino de puestos de mando para la preparación para el combate y el proyecto nuclear. Su destrucción pretendía crear un sentimiento de persecución y poner de relieve la profunda penetración de la inteligencia israelí en el corazón de Teherán. El resultado: daños muy visibles, evacuación generalizada de activos y evacuación de civiles a gran escala cerca del cuartel general. Esta acción tuvo un valor táctico inmediato y podría tener un impacto estratégico a largo plazo.
  • Evacuaciones de los Barrios de Teherán: Su objetivo era minimizar las bajas civiles durante los ataques israelíes contra Teherán (en cumplimiento del derecho internacional). El resultado: embotellamientos masivos y mayor presión pública, aunque no se produjeron disturbios ni protestas generalizadas.
  • Resultados a largo plazo: Tiempo de recuperación e impacto general


Interrupción del mando y control

  • Mando y control: Irán se recuperó rápida y eficientemente del ataque de decapitación al comienzo de la guerra. Todos los comandantes recién nombrados eran veteranos experimentados. Al final de la guerra, eran líderes curtidos en la batalla que, en su opinión, habían sobrevivido, e incluso ganado, una guerra contra Israel y Estados Unidos. Por lo tanto, esto no representa una pérdida estratégica a largo plazo para Irán.
  • Aprendizaje y lecciones: La fricción entre Israel e Irán enseñó a ambas partes sobre sí mismas. Israel ahora conoce mejor las capacidades y la cultura estratégica de Irán, y es probable que Irán aprenda y se adapte de forma similar. Se espera que Irán desarrolle contramedidas contra la penetración de la inteligencia israelí y su superioridad aérea.
  • Motivación: El líder supremo de Irán probablemente deliberará si retomar las negociaciones con Estados Unidos o tomar otro camino. Cualquier negociación futura será diferente a la anterior a la guerra. Es probable que Irán intente evitar parecer débil, quizás manteniendo la ambigüedad nuclear, manteniendo una bomba en reserva o preservando la incertidumbre.


Impacto del programa nuclear


  • Pérdida de la capacidad de enriquecimiento en suelo iraní: Si Irán busca enriquecer uranio por encima del 60%, ahora tendrá que construir una nueva instalación de enriquecimiento. Antes del conflicto, Irán podría haber alcanzado el enriquecimiento de grado armamentístico en aproximadamente una semana. Ahora, debido al éxito de la campaña, tardará muchos meses.
  • Sin capacidad actual de reconversión de uranio: Irán actualmente no puede reconvertir el uranio enriquecido en metal. Si bien esta tecnología es más sencilla que otros procesos nucleares, esfuerzos apresurados y encubiertos podrían permitirle alcanzar este objetivo en varios meses (menos de un año), aunque la restauración completa tomaría mucho más tiempo.
  • Pérdida de experiencia: La eliminación de recursos nucleares clave: Los científicos del programa abandonaron el programa sin su personal más peligroso y capaz. Irán cuenta con muchos científicos talentosos, pero pocos con la habilidad para gestionar un proyecto complejo de armas nucleares. Reclutar, entrenar y formar un nuevo equipo tomará muchos meses.

Resumen de logros


Frente nuclear:

  • Irán ya no es un estado en el umbral nuclear; por lo tanto, el tiempo necesario para que desarrolle una bomba nuclear es ahora mayor que el que Israel necesitaría para intervenir militarmente.
  • Irán podría recuperar el umbral nuclear en uno o dos años tras la orden de un líder supremo para reiniciar el programa, suponiendo que no haya interferencia externa.
  • La urgencia y el detalle del proceso de diseño de la bomba (componentes, estructura, funcionamiento) determinarán el tiempo de recuperación. En teoría, Irán podría realizar una prueba nuclear en menos de un año, pero tal medida proyectaría poder sin representar una amenaza operativa y probablemente desencadenaría un ataque estadounidense-israelí a gran escala.


Frente de Misiles:

  • Aproximadamente la mitad de la capacidad de misiles balísticos de misiles de Irán se perdió debido a la destrucción industrial, las pérdidas de misiles y los lanzamientos iraníes contra Israel. Israel ha frenado considerablemente el desarrollo de misiles iraníes, aunque se espera que la industria militar se recupere con el tiempo.


Posibles Escenarios Futuros (De Mayor a Menor)

  • Desaparición Rápida de una Bomba: Este escenario podría materializarse si Jamenei concluye que una ruptura nuclear es la respuesta necesaria de Irán. Irán cuenta con 400 kg de uranio enriquecido al 60% y los conocimientos técnicos para la reconstrucción. Aunque tomaría muchos meses, Irán podría arriesgarse a una reacción internacional e israelí. Resultado: Irán se convierte en un paria global, lo que podría provocar una posible acción militar de Estados Unidos y la comunidad internacional.
  • Acuerdo Nuclear como Encubrimiento para un Desarrollo Secreto: Irán firma un acuerdo mientras reconstruye en secreto su programa nuclear. La opinión pública iraní podría considerarlo una debilidad, pero proporcionaría un alivio económico al régimen. Resultado: Un importante desafío operativo y de inteligencia para Israel y Occidente.
  • Sin acuerdo, sin ataque inmediato, recuperación lenta hacia el umbral nuclear: Esto probablemente conllevaría nuevas y severas sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Irán se vería debilitado, lo que podría propiciar el colapso del régimen con el tiempo. El riesgo: Irán podría acelerar sus esfuerzos nucleares. La pregunta abierta: ¿qué viene primero: el colapso del régimen o la fuga de armas nucleares? (Incluso un futuro régimen podría no abandonar la vía nuclear).
  • Abandono total del programa nuclear: El líder supremo de Irán prioriza la estabilidad sobre las ambiciones nucleares, priorizando el bienestar económico y social. Este excelente escenario es extremadamente improbable, ya que contradice la ideología central de la República Islámica y requeriría una concesión importante por parte de los líderes iraníes, especialmente después de la Operación León Ascendente.
  • Colapso del régimen: El cambio de régimen es impredecible. Generalmente es impulsado por movimientos de base, a veces con el apoyo de la oposición armada. En algún momento, un movimiento clandestino en busca de la libertad podría surgir y dominar a las fuerzas del régimen. Este proceso podría tardar mucho tiempo o ocurrir repentinamente. Resultado: Este es el escenario ideal para Israel (y otros). Sin embargo, según expertos iraníes, la probabilidad es baja. A pesar de la debilidad actual de Irán, su régimen se mantiene estable.


Conclusión

La campaña contra Irán era necesaria en ese momento. Se lograron los objetivos de la operación y, a corto plazo, la seguridad de Israel ha mejorado. Sin embargo, a largo plazo, la amenaza no ha desaparecido. A menos que se produzca un cambio de régimen, Irán probablemente seguirá siendo una fuente de amenazas para Israel. El Irán de la posguerra es más débil, pero no menos peligroso.

Israel necesita ahora una nueva política que equilibre la disposición a repetir el ataque para preservar los logros, con un marco para un acuerdo nuclear restrictivo y restrictivo. Dicho acuerdo tendría como objetivo mantener a Irán alejado de las armas nucleares. Por lo tanto, Israel debe mantenerse preparado ante la amenaza iraní, incluyendo la capacidad de intervención para interrumpir cualquier intento de desarrollo nuclear. Al mismo tiempo, Israel no debe descartar un acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán, siempre que cumpla con las siguientes condiciones clave:

No al enriquecimiento independiente de uranio iraní.

Supervisión internacional exhaustiva y continua, incluyendo los componentes de armas. Un acuerdo vinculante sin cláusula de caducidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario