Una reliquia del 37’ de Chivilcoy al Museo Nacional de la Aeronáutica
Se trata de fleet biplano, avión canadiense fabricado en 1937, perteneciente al reconocido Comandante Enrique Caruso, quien había delegado la aeronave al Aeroclub de Chivilcoy a finales de los años 70´. La reliquia histórica fue donada por sus hijos al Museo Nacional de la Aeronáutica y será trasladada hoy por una delegación oficial para formar parte del acervo nacional.
El Comandante Enrique Caruso, desempeñó funciones en Aerolíneas Argentinas, siendo un reconocido instructor en el universo de la aeronáutica nacional, ligado a Chivilcoy fortuitamente, a partir de una emergencia suscitada en el año 1978, que lo obligó a recalar en nuestro distrito, en circunstancias en las que volaba a bordo de un fleet biplano del 37´color rojo, bautizado por él como “El Barón Rojo”.
En anticipo a través de Radio Chivilcoy, con Héctor Pedro Denezio, Humberto López, referente del Aeroclub de Chivilcoy, confirmaba la presencia de la delegación del Museo Nacional para la mañana de hoy, donde se procederá al traslado de la antigua aeronave que pasará a ser parte del patrimonio histórico de la Nación.
“Don Enrique Caruso, era un hombre que era un libro abierto en materia de aeronáutica, pasabamos horas en el Aeroclub escuchándolo”, ilustró López, “ese avión, lo compra en Bolívar, cuando hacía la ruta de cabotaje Bariloche-Aeroparque pasando por la zona, y se entera de su existencia, yendo con posterioridad a buscarlo con uno de sus hijos, sacando el avión del hangar que hacía mucho tiempo que estaba parado, lo desempolvó después de tanto tiempo, lo puso en marcha y se vino en vuelo, con la idea de llevarlo a Morón”.
¿Cómo llegó el Barón Rojo a Chivilcoy?
“En ese trayecto hacia Morón, tiene más de una emergencia, la última muy cerca del Aeroclub de Chivilcoy y así aparece; lo traslada un hombre de campo, donde había aterrizado, y se encuentra con Horacio Pinto, una eminencia de nuestro aeroclub, y se hicieron muy amigos, de tal manera que queda el avión acá para siempre, donde fue reparado”.
Asimismo, cuenta que el Profesor Caruso venía fines de semana y lo volaba, “cuando tenía franco, hacía algunas acrobacias porque era instructor de acrobacia aérea, y además, como tenía otro hobby que eran las motos, tenía una moto en el hangar, entonces su rutina era dar una vuelta en moto y después volaba, para luego volverse a Castelar, donde vivía”.
Por otra parte, López aporta que el reconocido profesional le había puesto de nombre al avión, denominándolo como “El Barón Rojo”; “en realidad, el famoso barón rojo no era un fleet, era otro modelo de avión, pero en honor al mítico avión, fue bautizado así, y así va a recalar en el Museo”.
Otra de las particularidades del avión es que posee un motor radial, con cinco cilindros, “es un motor complicado, pero lo tenía a la perfección, Caruso lo había actualizado en su aerodinámica porque era un gran entendido, fue profesor mío en la ETAP, la Escuela de Aviación Profesional de Vicente López, donde fui su alumno en la materia “Vuelo por Instrumento”, era un hombre muy capaz y muy didáctico”, cerró.
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