
Mirage 5 y 50
Esteban McLaren para FDRA
En los años 80, Chile adquirió una flota de aviones Mirage 50 de origen francés, los cuales fueron comprados como parte de un esfuerzo para modernizar la Fuerza Aérea de Chile (FACh) en un contexto de tensiones regionales. A continuación, se detallan aspectos clave sobre la compra y el posterior uso de estos aviones:
Proceso de compra y controversias
En 1979, la Fuerza Aérea de Chile (FACh) se interesó en el Mirage 50, un avión desarrollado por la fábrica francesa Marcel Dassault. Este modelo era una actualización del Mirage 5, equipado con un motor más potente, el Snecma Atar 9K-50, y la posibilidad de incluir radares Cyrano IV o Agave. Chile firmó el contrato de adquisición ese mismo año, obteniendo diferentes versiones del avión: el Mirage 50FC (ataque a tierra), el Mirage 50C (cazabombardero) y el Mirage 50DC (entrenador biplaza).
Los primeros aviones, ocho Mirage 50FC, llegaron a Chile en junio de 1980, y el primer vuelo oficial se realizó en septiembre de ese año. Posteriormente, entre 1982 y 1983, se completó la flota con la llegada de los modelos 50C y 50DC, alcanzando un total de 16 aeronaves.
En 1985, se inició el "Programa Bracket" para modernizar estos aviones, que culminó en la creación del Mirage Pantera. Este programa, desarrollado con la colaboración de ENAER e Israel Aerospace Industries (IAI), incluyó mejoras significativas en aviónica y sistemas de combate, como la instalación de un HUD, un radar telemétrico ELTA 2001B, y un sistema de guerra electrónica, entre otros. El Mirage Pantera fue presentado en 1988, representando un salto tecnológico para la FACh.
La compra de los Mirage 50 fue parte de un acuerdo con Francia a partir de 1979, en un momento en que Chile enfrentaba restricciones internacionales debido a violaciones de derechos humanos. El trato incluyó la adquisición de 16 aviones, y aunque inicialmente no hubo indicios públicos de irregularidades, años después surgieron controversias sobre posibles sobornos y sobreprecios.
Luego se adquirieron Mirage 5 desde Bélgica. Los Mirage 5 comprados a Bélgica sufrieron «una tasa impresionante de accidentes durante el tiempo que malamente aguantaron volando en Chile», protagonizando cinco accidentes aéreos serios entre 1999 y 2006, evidenciándose, entre otros desperfectos mecánicos, problemas en sus trenes de aterrizaje. Los aviones belgas duraron oficialmente entre diez y once años en servicio en Chile, pese a que se estimaba inicialmente una vida útil de más de 20 años. Incluso antes de que fueran sacados de circulación muchos servían como mera decoración en la entrada de bases aéreas como Cerro Moreno en Antofagasta y en la Academia de Guerra Aérea de Las Condes. Así, los Mirage-Elkan se convirtieron en los aviones que menos ha durado en el inventario aeronáutico de la defensa nacional chilena(Wikipedia, la enciclopedia libre).
Investigaciones posteriores en Bélgica y Chile revelaron que intermediarios habrían desviado fondos destinados a la compra, con comisiones ilegales manejadas por figuras vinculadas al gobierno militar chileno. Esto resultó en un escándalo conocido como el "Caso Mirage" que implicó a altos oficiales de la FACh (Wikipedia, la enciclopedia libre).
Actualización y armamento
Los Mirage 50 adquiridos por Chile fueron modernizados bajo el programa "Pantera" a mediados de los 80. Las mejoras incluyeron un HUD (Head-Up Display) proporcionado por Israel, un radar telemétrico ELTA 2001B, sistemas de guerra electrónica desarrollados localmente y la capacidad de portar misiles aire-aire Rafael Python III. Estas actualizaciones mejoraron significativamente las capacidades del avión, haciéndolo más apto para misiones aire-superficie y aire-aire en un contexto regional competitivo (Zona Militar, Archivo Mirage).
Sobreprecio y consecuencias
Una investigación belga reveló que se habrían destinado 15 millones de dólares en comisiones ilegales a intermediarios, incluyendo a Bernard van Meer, yerno del general chileno Ramón Vega Hidalgo, quien recibió 2,7 millones de dólares. También se detectaron depósitos en cuentas de los tres hijos de Vega y transferencias a intermediarios chilenos, como Conrado Ariztía, el coronel retirado Luis Bolton, y los generales retirados Jaime Estay Viveros y Florencio Dublé Pizarro.En 1999, el diputado Nelson Ávila reveló documentos que señalaban posibles sobornos, identificando al chileno Carlos Honzik, controlador de Berthier Investment Inc., como intermediario clave. Esta empresa fue fundada junto al abogado de Augusto Pinochet, Óscar Aitken, y el exdirector de FAMAE, Guillermo Letelier Skinner. La Fuerza Aérea de Chile (FACh) realizó una investigación interna, asegurando que no hubo sobornos ni fallas en los aviones Mirage.
En 2003, un exhorto belga solicitó a la justicia chilena investigar la relación entre Vega y Van Meer, encontrándose un fax de 1993 donde Van Meer pedía no vincular su nombre con Vega y recomendaba que las comunicaciones se canalizaran a través de Carlos Honzik. La investigación evidenció que las comisiones manejadas por Berthier Investment Inc. se dividieron entre oficiales militares chilenos y sus familias, así como traficantes de armas cercanos al sector militar.
En enero de 2009, el general Vega Hidalgo fue arrestado y procesado por malversación de caudales públicos, acusándosele de recibir 2,9 millones de dólares en comisiones. Junto a él, fueron procesados los generales Estay y Dublé, y el coronel Luis Bolton, como cómplices, con cargos por recibir 65 mil y 60 mil dólares, respectivamente. El juez Omar Astudillo, a cargo de la investigación, argumentó que se evidenció la transferencia de fondos a las cuentas de los hijos y el yerno de Vega, vinculadas al pago de los aviones Mirage.
Finalmente, una comisión parlamentaria investigó la compra de los Mirage y, en 2010, publicó un informe responsabilizando a los expresidentes Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Patricio Aylwin, así como a los exministros de Defensa Patricio Rojas y Edmundo Pérez Yoma, por no haber evitado la corrupción en la operación de compra de los aviones Mirage.
En 2017, el juez Omar Astudillo descubrió que 6,3 millones de dólares de las comisiones ilegales de la compra de los aviones Mirage estaban en una cuenta en Liechtenstein, abierta por el empresario Carlos Honzik para repartir los fondos a oficiales de la FACh. Como resultado, Astudillo absolvió a los exmilitares Dublé y Bolton y condenó al general retirado Jaime Estay a 100 días de pena remitida, tres años de inhabilitación para cargos públicos y una multa de 11 UTM. Además, Henriette Bahna, esposa de Honzik, fue condenada a 61 días remitidos y el comiso de 7,5 millones de francos suizos, aunque fue absuelta por lavado de activos.
En 2019, la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó las condenas y ordenó la restitución de 15 millones de dólares al fisco chileno, con la mitad retenida en un banco suizo bajo secuestro judicial preventivo. El general Ramón Vega Hidalgo fue sobreseído tras su fallecimiento en 2014.
A pesar de las mejoras técnicas, el proceso de adquisición de los Mirage 5 se vio empañado por denuncias de corrupción. La investigación reveló que altos oficiales y figuras vinculadas al régimen de Pinochet habrían recibido comisiones por millones de dólares. Este sobreprecio no solo afectó la imagen de las Fuerzas Armadas chilenas, sino que también llevó a procesamientos judiciales años después (Wikipedia, la enciclopedia libre).
En resumen, la compra de los Mirage 50 fue un paso importante para la modernización de la FACh, pero la compra de los Mirage 5 pero estuvo marcada por corrupción y sobrecostos, lo que empañó un programa que de otro modo habría sido visto como un avance significativo en las capacidades militares de Chile.
