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lunes, 10 de julio de 2023

Aviación civil: El fin de un aviador británico en el medio del desierto del Sahara

El piloto que murió en la “Tierra de la Sed”, escribió un diario íntimo en su agonía y fue hallado momificado 29 años después

William Newton Lancaster sobrevivió ocho días al desierto del Sahara. Murió el 20 de abril de 1933, luego de haber estrellado su avión mientras buscaba romper el récord del vuelo más rápido entre Inglaterra y Sudáfrica. La historia de un piloto temerario que casi va preso por asesinato y que falleció por culpa de su propia ambición

Octubre de 1927: una imagen del aviador inglés William Newton Lancaster, conocido como Bill, y la pilota australiana Jessie Miller, conocida como Chubbie (Fox Photos/Hulton Archive/Getty Images)

“Es el amanecer del octavo día. Todavía hace frío. No tengo agua. Espero pacientemente. Vengan pronto. La fiebre me ha destrozado esta noche. Espero que encuentren mi diario. Bill”. No le estaba escribiendo a nadie y a la vez estaba escribiéndoles a todos. Fue el último acto en vida de William Newton Lancaster, al menos del que se tenga registro. Por su carta, se presume que murió ese mismo día, el octavo de su desaparición y de su cárcel de arena, el 20 de abril de 1933. El ala que lo amparaba de la intemperie era ya chatarra: el desierto empezaba a sepultar también los restos de su avión, un Avro 504, y a erosinar los esfuerzos de un intento de récord seguido de muerte.

William Newton Lancaster era Bill. Murió arrasado por el Sahara profundo, en el área de Tanezrouft, al sur de Argelia, en una región que bautizaron “la Tierra de la Sed” por su extrema aridez y hostilidad. Tenía 35 años. Había nacido el 14 de febrero de 1898 en Birmingham, Reino Unido. Su legado fue compartido en formato libro, novelas, documentales, películas y series: un hombre que murió víctima de su propia ambición y se volvió objeto de la cultura moderna. El relato de su historia contiene una sobrevida: su desaparición constituyó una muerte 29 años después, cuando una patrulla de la Legión Extranjera francesa tropezó con los restos de un avión, en una zona donde para sobrevivir al calor abrasador se necesitan más de cuatro litros de agua por día. Lancaster, que había administrado durante ocho días sus gotas de agua en abril del ‘33, era una momia.

Las biografías coinciden en un adjetivo: aventurero. Primero fue un adolescente que huyó de la Gran Guerra al mudarse a Australia. Después se unió al conflicto bélico: en 1916 se alistó en el ejército australiano, combatió en Francia y Medio Oriente, antes de enrolarse en las fuerzas aéreas. En la Australian Flying Corps se formó como piloto: adquirió el prestigioso mote de “aviador hábil y atrevido”. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, se estableció en Inglaterra y se incorporó a la Royal Air Force, el brazo aéreo de las Fuerzas Armadas británicas y la fuerza aérea independiente más antigua del globo.

El capitán Lancaster estuvo en la Royal Air Force entre 1921 y 1927 (Hulton-Deutsch Collection/CORBIS/Corbis via Getty Images)

“Era temerario y rebelde”, describió Terry Gwynn-Jones, en un artículo publicado en enero de 2000 de la revista Aviation History, donde aporta que era un boxeador aficionado, un jinete avezado y que su casamiento en 1919 a los 21 años con Annie Maude Besant había ocasionado disgustos en sus superiores, afectos a disuadir cualquier vínculo sentimental que comprometa su desempeño en el servicio militar. En 1921 fue ascendido a oficial de vuelo. Seis años después, en 1927, concluyó su prestación como piloto de combate.

Quiso ser dentista y quiso ser piloto de aerolíneas comerciales. En su regreso a la aviación apostó por un acto de osadía: algo que volvería a intentar años después. Se embarcó en un viaje arriesgado: unir Inglaterra y Australia en un Avro Avian, un biplaza de 900 libras, impulsado por un motor ADC Cirrus de 80 caballos de fuerza, emblema de la nueva generación de aviones de turismo ligeros británicos. Consiguió un precio módico con la compañía fabricante (A.V. Roe & Company -AVRO su acrónimo-) y combustible gratis por aportes de una petrolera. Pero aún así no le alcanzó el dinero para costear la travesía.

La solución la encontró en una mujer. Jessie Miller era una aventurera como él, incluso más. Una audaz, una intrépida, una revolucionaria que deseaba incursionar en la carrera aérea: proyectaba convertirse en la primera mujer en unir Inglaterra con Australia en vuelo. Se conocieron en una fiesta. Lancaster le contó que quería ser tan famoso como Charles Lindbergh, el primer piloto en cruzar el océano Atlántico. Miller se entusiasmó y le ofreció un acuerdo: solventar parte de la expedición con la condición de que aceptara como copilota.

Una imagen de 1933, el año en que Bill Lancaster falleció mientras intentaba cruzar el desierto del Sahara a bordo de un monoplaza que le había comprado su padre (Fox Photos/Hulton Archive/Getty Images)

“La esposa de Lancaster estuvo de acuerdo con el plan y los despidió en el aeropuerto Croydon de Londres el 14 de octubre de 1927. Con destino a Darwin en el Avro Avian Mk.III Red Rose, Lancaster no tenía planes de establecer ningún récord de velocidad”, dice el escritor especializado en temas de aviación, Terry Gwynn-Jones, en su nota periodística. Denominaron al avión el “Red Rose” y Miller solo llevó a bordo un cepillo de dientes, un peine, ropa interior y una cámara de cine. Tardaron cinco meses en llegar a Australia: el viaje de 22 mil kilómetros estuvo atravesado por inconvenientes meteorológicos, desperfectos mecánicos y aterrizajes forzosos. Mientras esperaban en Sumatra que repararan su aeronave, el piloto australiano Bert Hinkler se adelantó y concluyó su gesta: el vuelo pionero entre Inglaterra y Australia.

El aterrizaje de Lancaster y Miller en Darwin, una ciudad emplazada sobre el extremo norte de la isla, causó una conmoción ciudadana. No había sido el inaugural, pero igual fue recibido por una multitud entusiasta: había sido el vuelo más largo jamás emprendido por una mujer. “En cuestión de meses, los dos se embarcan en un viaje de medio año por todo el mundo, saltando de un puesto colonial a otro. Pero al igual que los récords mundiales, los votos matrimoniales se pueden romper, y al aterrizar en Australia, Jessie y William no solo son celebridades internacionales, sino que también están profundamente enamorados”, escribe Corey Mead, en el libro Los pilotos perdidos.

Hollywood les había prometido rodar una película de su hazaña. Viajaron a los Estados Unidos en 1928 para involucrarse en el proyecto. Pero la propuesta se esfumó en los albores de la gran depresión de la década del treinta. Los dos decidieron establecerse en el país: ella obtuvo la licencia de aviadora, él se dedicó a vender motores de aviación, y juntos realizaron exhibiciones aéreas y participaron de competencias aeronáuticas. La crisis económica los había obligado a exprimir sus conocimientos de aeronavegación, mientras su relación íntima se debilitaba por las imposiciones religiosas de la familia de Lancaster y por los intentos de reconciliación que derivaron en la negación de su esposa a concederle el divorcio.

La aviadora australiana Jessie Miller ordena su kit en el aeródromo de Croydon, Londres, antes de intentar un récord de vuelo de larga distancia entre Inglaterra y Australia con el piloto Bill Lancaster, el 14 de octubre de 1927 (E. Bacon/Topical Press Agency/Hulton Archive/Getty Images)

Había que subsistir. En 1932, Miller contrató al joven escritor Hayden Clarke para que contara y publicara sus aventuras, su biografía. Clarke visitó la casa que los amantes alquilaban en Miami, donde también conoció a Lancaster. El piloto debió emigrar a México persiguiendo una promesa laboral. Ella reincidió en la conquista: volvió a enamorarse de su socio. El tiempo compartido había contribuido -de nuevo- a gestar una conexión amorosa en la australiana. Lancaster, al enterarse de la noticia, regresó a su casa dispuesto a recuperar el amor de su copilota.

La noche del 20 de abril de 1932 Hayden Clarke recibió un disparo en la cabeza. Terry Gwynn-Jones escribió en su crónica: “Llevado de urgencia a un hospital, murió unas horas después. La policía encontró dos notas de suicidio y al principio estaban convencidos de que el joven escritor se había pegado un tiro. Pero una semana después, Lancaster fue arrestado y acusado de asesinato. Las notas de suicidio parecían ser falsificaciones”. El arma también incriminaba al hombre celoso: pertenecía a Lancaster. Estuvo tres meses detenido en prisión preventiva. Hasta que, tras cinco horas de deliberación, el tribunal absolvió al principal acusado por el crimen del joven escritor. Las evidencias forenses fueron confusas para el jurado: había beneficiado al piloto su comportamiento sereno y respetuoso, la actitud benévola de Miller y la propia historia clínica de Clarke, paciente con desequilibrios mentales.

Inocente y en libertad, regresó a su país natal junto a la mujer australiana. Estaban en quiebra y desesperados. Lancaster entendió que una nueva proeza bastaba para reacomodar su vida: una gesta heroica limpiaba su imagen, recuperaba su piel de ídolo, recomponía su posición en el mundo de la aviación y le proveía de nuevos dividendos económicos. Lo vislumbró rápido: la preciada ruta Inglaterra-Ciudad del Cabo, el desafío favorito de los pilotos británicos de principios de siglo. El récord a romper era propiedad de Amy Johnson Mollison: cuatro días, seis horas y 54 minutos entre el aeropuerto de procedencia y el de destino.

Bill Lancaster y Jessie Miller se terminaron enamorando después de pasar tanto tiempo juntos. En sus días de agonía, el piloto le escribió cartas directamente a su amada (Fox Photos/Getty Images)

Tenía el plan, le faltaba el avión. Lo financió su padre: le compró un aeroplano Avro 504, el Avian Mk.V de un solo asiento que había pertenecido al australiano Sir Charles Kingsford Smith, otro legendario piloto. El monoplaza se llamaba “Southern Cross Minor”. Eran diez mil kilómetros de distancia de navegación visual con cabina abierta: más de dos mil kilómetros sobrevolando el desierto del Sahara. Emprendió vuelo a las 5:38 de la mañana del 11 de abril de 1933 desde el aeropuerto de Lympne, una estación de la Royal Air Force en Kent, Inglaterra. Lo despidieron Miller, sus padres y un periodista, a quien le dijo: “Quiero dejar en claro que estoy intentando este vuelo bajo mi propio riesgo. No espero que se haga ningún esfuerzo por encontrarme si se denuncia mi desaparición”.

Su avión era más lento que la aeronave que estableció la marca a batir: su diferencia estaría en reducir las paradas, alargar los tramos aéreos, prescindir del descanso, ganar tiempo de vuelo. Su cálculo sugería dormir máximo dos horas durante las paradas de reabastecimiento de combustible. Carecía, a su vez, de equipo de supervivencia para abaratar peso: solo provisiones -chocolates y sándwiches de pollo-, un frasco de café y siete litros de agua.

Paró primero en Barcelona, España. Después en Orán, Argelia. Los agentes quisieron impedir su despegue: no lo habían visto en condiciones físicas de superar la excursión por el desierto y lo incentivaron a que pagara una fianza para cubrir los gastos de una eventual operación de rescate. “No tengo dinero ni espero que me busquen”, les respondió. Partió, impetuoso y suicida. Se perdió. Aterrizó primero en Adrar, después en un pequeño pueblo 170 kilómetros al este de Reggan, a donde procuraba detenerse. Se confundió. Los vientos lo arrastraron de nuevo a Adrar hasta que recaló finalmente en Reggan.

Los restos del "Southern Cross Minor" antes de que sean trasladados al al museo australiano de Queensland, en Brisbane en 1975

Despegó a las 6:30 de la mañana del 12 de abril de 1933 con diez horas de retraso y treinta horas en el aire, sin descanso, sin luz en la cabina, sin señales de bengala. Lo esperaba el interminable desierto del Sahara, la “Tierra de la sed”. Los testigos creyeron que no iba a poder superar las inclemencias del vacío sur argelino. Lancaster ya no era audaz ni valiente, era un obstinado, un porfiado, un irresponsable. Se estrelló dos horas después. El avión quedó averiado. Todo lo que pasó después se supo por lo que el piloto escribió en un diario íntimo: “Acabo de escapar de una muerte muy desagradable... Estaba completamente oscuro, no había luna (alrededor de las 8:15 PM). Traté de tocarla, pero choqué fuertemente y la máquina volcó. Cuando volví en mí, estaba suspendido boca abajo en la cabina. No sé cuánto tiempo estuve dormido. Había una atmósfera horrible en mi pequeña prisión con vapores de gasolina. Raspé la arena con las uñas y finalmente logré salir a la intemperie. Mis ojos estaban llenos de sangre que se había coagulado, pero finalmente logré abrirlos”.

Sangraba por la nariz y por la frente. Había perdido mucha sangre. Ordenó sus raciones de comida y dosificó su consumo de agua. Proyectó que podría sobrevivir al menos durante siete días. Pensó en caminar hacia la civilización pero recordó una vieja máxima de los pilotos siniestrados: mejor quedarse junto al esqueleto del avión porque suministra sombra y es más fácil de divisar por los operativos de búsqueda y rescate. Lo hizo. Usó gasolina para incendiar la tela del avión y lucir bengalas que irradiaban luz durante sesenta segundos. Pasaba los días oculto bajo el ala del Avro y escribiendo en su libreta. El sol hería su piel. El frío penetraba sus huesos por las noches. “Era consciente de las escasas posibilidades de que lo encontraran. Su escritura mostró una gran lucidez y perspicacia sobre su situación y sobre los problemas que enfrentaban sus buscadores”, escribió Terry Gwynn-Jones.

Pasaron 29 años. El 12 de febrero de 1962 un grupo de soldados franceses halló los restos de un avión destruido, un monoplaza de origen británico, y debajo de él un cuerpo momificado. La desaparición de William Newton Lancaster se resolvió ese día: había muerto deshidratado. En las inmediaciones del esqueleto de la aeronave, encontraron 41 páginas de una bitácora atada al ala, un diario conmovedor y trágico, efectos personales y documentos, entre ellos la foto de Jessie Miller, quien autorizó que todo fuese publicado. El “Southern Cross Minor”, que medía once metros de ancho a través de sus alas y 8,97 metros de largo, fue llevado al Museo de Queensland, en Brisbane, Australia.



miércoles, 1 de marzo de 2023

Concepto de avión deportivo: Scaled Composite ARES, Javelin Jet y ZRiPSL-Morgansk Bielik

Scaled Composites ARES

HiTechWeb (original en eslovaco)


El avión ARES (Agile Responsive Effective Support) fue fabricado bajo la marca Model 151 por la compañía estadounidense Scaled Composites bajo un contrato del Ejército de los EE. UU. para el desarrollo de un avión de combate ligero LCBAA de bajo costo. El trabajo comenzó en 1981 bajo la dirección del diseñador jefe Burt Rutan. Originalmente, el avión estaba destinado a ser propulsado por un propulsor, pero luego se decidió utilizar un motor turboalimentado Pratt and Whitney Canada JT15D-5 más potente. Además, el fuselaje se crearía con un cañón rotativo de 30 mm, que eventualmente reemplazó al gatling GAU-12 / U de 25 mm. El tipo principal de misiones de combate consistía en brindar apoyo aéreo a las tropas terrestres a baja altura. El diseño de la máquina fue para permitir la operación desde carreteras normales, así como la reparación de la mayoría de los sistemas en condiciones de campo. En 1986, se inició la construcción de un prototipo a partir de fuentes internas. El vuelo inicial lo realizó el piloto de pruebas Doug Shane el 19 de febrero de 1990. Desde entonces, ha volado un prototipo durante más de 180 horas de vuelo y probado todos los modos de vuelo para los que fue diseñado. En noviembre de 1991, se sometió a pruebas del cañón a bordo bajo un contrato de la USAF y también apareció en la película Iron Eagle III. Sin embargo, no se han realizado pedidos de máquinas en serie, por lo que ARES se almacena actualmente en los hangares de Scaled Composites. También hay una propuesta para una versión civil, pero ha sido rechazada por falta de perspectiva financiera. Sin embargo, no se han realizado pedidos de máquinas en serie, por lo que ARES se almacena actualmente en los hangares de Scaled Composites. También hay una propuesta para una versión civil, pero ha sido rechazada por falta de perspectiva financiera. Sin embargo, no se han realizado pedidos de máquinas en serie, por lo que ARES se almacena actualmente en los hangares de Scaled Composites. También hay una propuesta para una versión civil, pero ha sido rechazada por falta de perspectiva financiera.

 


Javelin Jet

Javelin es probablemente el aerotaxi más potente del mundo, que además se puede utilizar con dos misiles antiaéreos suspendidos y un cañón de 7,62 mm. Un producto tan poco convencional de la compañía estadounidense Aviation Technology Group podría describirse en una oración. La versión civil está equipada con una cabina climatizada de 88 centímetros de ancho, asientos de cuero y aviónica de última generación, que incluye, entre otras cosas, dos pantallas a color de 20,3 x 25,4 cm. ¡Hay espacio en el casco para equipaje que pese hasta 91 kg, mientras que dos juegos de palos de golf o esquís pueden caber cómodamente allí! Quizás no sorprenda a nadie que también esté presurizado con aire acondicionado sectorial.
 
El avión puede ascender hasta una altura de 13.700 metros para que los pasajeros no se vean molestados innecesariamente por el mal tiempo. El fuselaje de aluminio tiene 10,8 metros de largo con una envergadura de 6,7 metros. Los costos operativos directos son solo $ 417 por hora de vuelo o 50 centavos por kilómetro volado. El equipo opcional incluye una pantalla HUD, traje antigravedad, teléfono satelital a bordo y sistema de cámara. La propulsión corre a cargo de dos motores turboalimentados FJ-33 con un empuje unitario de 6,55 kN, con los que la aeronave puede alcanzar una velocidad máxima de Mach 0,92. El peso máximo de despegue está en el nivel de 2247 kg en un rango de 2315 kilómetros.
 
La versión armada, abreviada AJT, incluye un cañón de 7,62 mm y dos misiles antiaéreos de corto alcance, dependiendo su tipo del equipo de aviónica elegido (si es posible, deben ser con guiado autónomo). Hay asientos eyectables en la cabina. Con su alcance y resistencia en el aire, el Javelin supera al F-16 y, por lo tanto, parece ser el avión ideal para brindar espacio aéreo a los países más pobres. Estonia ya ha mostrado interés en seis aviones a un costo de $ 2,5 millones cada uno.
 


ZRiPSL-Morgansk Bielik

El diseñador polaco Edward Morganski de ZRiPSL diseñó esta máquina como un poderoso avión deportivo y de entrenamiento, diseñado tanto para la Fuerza Aérea como para propietarios privados. Tiene un fuselaje totalmente compuesto de 9 metros de largo con un ala monoviga de perfil supercrítico, borde de ataque y de salida mecanizado y una envergadura de 6,6 metros. La cabina de dos plazas en un arreglo en tándem tiene cubiertas con bisagras separadas. El avión está equipado con un solo tren de aterrizaje delantero de tres puntos y superficies de cola verticales dobles. La propulsión la proporciona un motor a reacción General Electric J85 con un empuje de 13,25 kN, que tiene una entrada de aire de interesante diseño debajo del fuselaje en la zona del ala al fuselaje. Con él se puede alcanzar una velocidad máxima de 1000 km/h. Las máquinas en serie tendrán unidades de potencia más potentes, una de las opciones es un motor doméstico WSK PZL-Rzeszow K-15. 850 kg de combustible transportado en tanques internos y combustible adicional en tanques adicionales permite una autonomía de 2500 kilómetros. El acceso se calculó en 12.000 metros. El primer prototipo realizó su vuelo inicial el 4 de junio de 2003 en el aeropuerto de Mielec, en la cabina del piloto de pruebas Wieslaw Cena. Hasta ahora, hay dos versiones: Bielik A está diseñado para fines de entrenamiento y B está más equipado para clientes deportivos exigentes, también llamados Feniks / Phoenix.






domingo, 8 de mayo de 2022

FAA: DH-104 Dove en Argentina



DH-104 Dove en Argentina




Fue diseñado en las postrimerías de la II GM y fabricado cuando finalizó el conflicto por de Havilland, la empresa que logró prestigio en todas las épocas de la aviación y que obtuvo, entre otros logros, en 1916 el DH IV, en 1939 el célebre Mosquito y más tarde, en la naciente Era del Reactor, el cuatrireactor Comet, primer transporte comercial impulsado por motores de reacción. 

El Dove fue el primer avión bimotor liviano de transporte con características de mantenimiento, equipo y performances comparables, económica y técnicamente, con otras aeronaves de primera línea. 
Las exigencias para los aviones livianos de transporte consistían, en aquellos lejanos días, en previsiones para satisfacer una intensiva operación en el contexto del prodigioso avance del transporte aéreo mundial. La experiencia del fabricante se manifestó en toda su extensión al lograr novedosas características del modelo junto a propiedades estructurales que incidían en los costos de operación. 





Enteramente hecho con aleación de aluminio, voló por primera vez el 25 Sep´45. Desde el fuselaje de sección oval nacían las alas bajas cantilever y rodaba sobre un tren de aterrizaje triciclo retráctil. Estaba propulsado por dos motores DH Gipsy Queen 70 Mk II de 355 HP. Fue la primera planta de poder de seis cilindros en línea, sobrealimentada, con inyección directa de combustible y refrigerada por aire. La hélice tipo Hamilton, con mecanismo automático de puesta en bandera, fue la primera aplicación de la hélice en función freno en la aviación comercial. Transportaba más de dos toneladas-kilómetro y media por litro de combustible. Las facilidades de confort para los pasajeros incluían sanitarios, calefacción y ventilación de cabina. 



Tal vez las más notables características del Dove consistieron en la facilidad para el servicio, mantenimiento e intercambio y en la capacidad de operar en etapas de 300-500 km, transportando entre ocho y once pasajeros a una velocidad de crucero de 275 km/hora. 

El Gobierno Argentino adquirió en 1947 setenta unidades nuevas de este modelo. El primer avión incorporado, el TC 54, recibió su alta en diciembre de dicho año y en el período 1949-1950 ya se encontraban en servicio cuarenta unidades. Comenzó a desprogramarse en 1967. 

Aeronave conservada en el Aeroclub de Baradero
El De Havilland DH 104 Dove, voló por primera vez como prototipo el 25 de Septiembre de 1945, en ese momento como D.H. 100, fué construido en tres versiones, el "Dove", "Devon" y "Sea Devon". 
Se construyeron 540 aeronaves Doves. 
El Argentina se compraron un total de 70 aviones, los mismos vinieron desarmados, ensamblados en el Taller regional de Quilmes; más de una veintena a pesar de que se les asignó matrícula civil, fueron directamente transferidos como dotación de la Fuerza Aérea Argentina, el resto fué designado a diversos organismos públicos como la Dirección General de aviación Civil, Policía Federal, Ministerios, etc. 

El LV - LER, es el Dove que actualmente está en exposición en el Museo Aeronáutico de Baradero y gracias a la gentileza del Sr. Vladimiro Cettolo pudimos conseguir su historia la cual pasamos a describir: 

Matrícula original: LV - XWL 
Nro. de construcción: 4042 
20-8-47 La DGAC recibe el cajón con el avión desarmado 
20-1-48 Entra al taller regional de Quilmes para ser armado 
18-2-48 Se lo pone en servicio como LV-XWL 
10-3-48 Es transferido a la FAA con matrícula T-57 
16-3-48 Se lo da de alta en BAM Tandil junto a los Gloster 
1952 Es transferido a la 1ra. Brigada Aerea 
1957 Es transferido al destacamento Aéreo Reconquista 
22-6-59 Es rematriculado a T-83 
Dic´ 67 Transferido a la BAM Río Gallegos 
Dic´ 68 Es dado de baja y llevado al TRQ 
25-3-69 Es puesto a la venta, declarado bien en desuso 
Período guardado en los hangares de Reconquista 
1973 Vendido y rematriculado como LV-LER 
1995 Es colocado en el Museo, donde está hoy 

Datos históricos gentileza Sr. Vladimiro Cettolo 

Bimotor de transporte y enlace ejecutivo que llevó a cabo su primer vuelo en setiembre de 1945. Se adquirieron 50 unidades. Tenía capacidad para 8/11 pasajeros y en versión sanitaria acomodaba cuatro camillas, médico y dos enfermeros. 

Figuran en la dotación de la I Br Ae a partir de 1950 pero a disposición del Ministerio de Aeronáutica y del CJFAA. En 1952 se creó el Escuadrón Servicios del CJFAA para operar con DH 104 Dove asignados a la I Brigada Aérea. En 1956 se transfirieron diez aeronaves pertenecientes a la Dirección Nacional de Aviación Civil a la FAA. El 12 de noviembre se determinó que sea el DAM Aeroparque el asiento del Grupo 3 de Transporte Aéreo con material DH 104 Dove. 

El primer accidente con un Dove ocurrió el 12 de noviembre de 1953 al colisionar dos aeronaves sobre Villa Mugueta, el T-82 con el JU 52 T-159, ocasionando la muerte de 18 personas. El 18 de setiembre de 1954 el T-72 se accidentó en Plottier, a 3 km. de Neuquén, falleciendo los dos tripulantes. Al año siguiente el LQ-QMW de la DNAC, con tripulación militar, se accidentó en Formosa, falleciendo 7 personas. El 26 de junio de 1957 el T-68, luego de un despegue nocturno de Aeroparque se precipitó al río falleciendo los dos tripulantes. En 1963 se accidentó en Villa Allende el T-67, asignado a la EAM, falleciendo los dos tripulantes. 

Durante muchos años, hasta 1968 inclusive, fue el avión de transporte y enlace de las unidades del interior, particularmente de los Destacamentos Aeronáuticos Militares y de la EAM. Fueron desprogramados a fines de 1968 y reemplazados por el Aerocommander 500U. 

Tenía una envergadura de 17,37 m., largo 11,98 y una altura de 3,96 m. Estaba propulsado por dos motores De Havilland Gipsy 70, de 6 cilindros en línea, invertidos, que desarrollaban 345 hp al despegue e impulsaban hélices tripalas de 2,26 m. de diámetro. El peso vacío era de 2.551 kg., la carga útil 1.304 y el PMD 3.855 kg. La velocidad máxima era de 338 km/h a 2440 m. y la de crucero 288 km/h. El alcance era de 805 km. con 770 kg. de carga de pago.

de Havilland D.H.104 DOVE from Chris on Vimeo.

miércoles, 10 de julio de 2019

La aviación civil madura en los 20s

La aviación civil madura

Century of Flight



Juan Trippe, el graduado de Yale que creó el imperio Pan American.

Juan Trippe nació en una rica familia bancaria, descendiente de marinos ingleses que se establecieron en la costa de Maryland en el siglo XVII. Fue educado en las mejores escuelas (aunque era, en el mejor de los casos, un estudiante promedio) y se graduó de Yale en 1919 luego de una activa carrera universitaria y extra colegiada que incluía jugar en el equipo de fútbol, ​​una breve etapa como piloto de la marina en la guerra, reportando para el periódico Yale en los vuelos de Carolina del Norte de 1919, y comenzando un club de vuelo.

Como hombre de negocios, Trippe consideraba la competencia como una molestia: o unía fuerzas con sus competidores para crear una corporación aún más poderosa o los dejaba de lado. Trippe se sentía muy cómodo en el mundo de las altas finanzas y en los gestores y agitadores del gobierno, sin embargo, no dudó en usar el sabor español de su nombre (a pesar de que odiaba el nombre), que le dio su madre, que esperaba darle el nacimiento de una niña a la que había querido nombrar después de su tía favorita, Juanita, para abrirle las puertas en América Latina.


El Sikorsky 5-42, el bote volador para 32 pasajeros que fue pionero en las rutas de Pan Am a Sudamérica y el Pacífico Sur en la década de 1930.

Trippe se veía a sí mismo y a su compañía como instrumentos de la política exterior estadounidense en América Latina y en el Pacífico. Contrató a Lindbergh como asesor técnico y frotó los codos con prácticamente todos los agentes de poder y políticos de influencia para promover no solo los intereses de Pan Am, sino también de toda la presencia estadounidense en el aire. Algunos lo admiraban y lo consideraban un patriota; al menos tantos lo despreciaron y lo vieron un feroz megalómano y un ladrón-barón. Pero toda la comunidad de la aviación tuvo que reconocer que Trippe creó la aerolínea a distancia más grande y mejor administrada del mundo durante las cuatro décadas de su administración.

Su primer esfuerzo en la construcción de una aerolínea fue una pequeña línea de ferry que iba desde Long Island, Nueva York, a varios centros turísticos de montaña; Esta aerolínea utiliza aviones de guerra excedentes de la marina. Pasó mucho tiempo estudiando la historia de los ferrocarriles y aplicó muchas de las técnicas de los grandes constructores ferroviarios, justos o no, a la industria del transporte aéreo. En 1922 formó Colonial Air Transport, que recibió un contrato CAM por transportar correo entre Nueva York y Boston.

En 1927, Trippe ganó un contrato para un transporte aéreo desde Florida a La Habana, a pesar de que no tenía aviones para volar y otras dos líneas aéreas que ya operaban en el sudeste estaban a cargo de aviadores respetables como Eddie Rickenbacker y H.H. "Hap" Arnold. Trippe logró esta magia al convencer al dictador cubano Garado Machad de permitir que solo su aerolínea aterrizara en La Habana. Los observadores de la industria pensaron que Trippe adoptaba el nombre de la operación de Arnold, Pan American, cuando obligó a la compañía de ese aviador a abandonar 71 negocios y se hizo cargo de los aviones de la compañía. Durante la siguiente década, Trippe se expandió más hacia América Latina y el Pacífico.

En cada paso, cultivó una amistad con los constructores de aeronaves y los alentó a construir aeronaves mejores, más potentes y más lujosas. Haría grandes compras, por lo que los fabricantes estaban agradecidos. Sin embargo, Trippe trató con una variedad de fabricantes y mantuvo a todos ellos adivinando (junto con su Junta en qué dirección iba a ir. Vio con alarma los avances que LuftHansa y su empresa matriz, Condor Syndicate, estaban haciendo en América Latina, y Sus esfuerzos por establecer el dominio del aire comercial en la región se convirtieron abiertamente en un asunto geopolítico. Muchos vuelos y actividades de Pan Am durante el período anterior a la guerra no fueron más que espionaje o misiones diplomáticas realizadas para el Departamento de Estado.


Pan Am animó a Boeing a construir grandes aviones de cuerpo ancho para uso de la tierra: el Stratocruiser, inaugurado en 1949, realizó el vuelo de Nueva York a París en menos de diez horas, estableciendo de una vez por todas la viabilidad del transporte aéreo de cuerpo ancho. .

Trippe utilizó por primera vez el Fokker Trimotor F-7s, equipado con los mejores motores Wright, para la carrera de Key West-La Habana en 1927. En 1928, a estos aviones se les unieron los aviones Sikorsky S-38 con motores Wasp. Cuando Pan Am abrió rutas a México y América Central en 1929, usó una flota de Fort 5-AT-B Trimotors, el avión comercial más caro y avanzado de su época, y cuando Pan Am adquirió la ciudad de Ralph O'Neil en Nueva York, Río. de Janeiro: la línea aérea de Buenos Aires (NYRBA y conocida popularmente como "Near Beer"), el nuevo propietario comandó su flota de catorce botes voladores Commodore consolidados y los realizó en las primeras rutas de Pan Am a Sudamérica a partir de 1930. " Arma secreta "en todo el desarrollo de las rutas aéreas fue su piloto principal, Edwin C." Eddie "Musick, un veterano piloto de la Marina que construyó un sistema de entrenamiento, comunicación y pronóstico del tiempo y de informes que no tuvo parangón en la aviación durante décadas.



Musick voló por delante para vigilar las mejores instalaciones de aterrizaje, establecer relés de comunicación y estaciones meteorológicas, y planificar las mejores rutas y horarios. Trippe reconoció su contribución como la clave del éxito de Pan Am en América del Sur y el Pacífico. (Musick murió en 1938 durante una misión de exploración para Pan Am cerca de Pago Pago en el Pacífico; estaba volando el Samoan Clipper, un avión Sikorsky S-42B).

Para entonces estaba claro que se requeriría un salto en el diseño del avión si la aviación comercial se iba a extender más. Trippe trabajó estrechamente con Sikorsky para crear el S-40, el primero de los barcos voladores "Clipper" (llamado así por el mismo Trippe). El primero de los S-40, el Caribbean Clipper, comenzó su servicio en 1931 (fue bautizado por la Sra. Herbert Hoover en una ceremonia en el río Potomac) y fue seguido por el American Clipper.


Los hidroaviones de Pan Am (aquí, el Boeing Atlantic Clipper) eran prácticamente hoteles lujosos, con amplias habitaciones para entre cincuenta y setenta y cinco pasajeros.

Estos aviones llevaban cuarenta pasajeros y estaban equipados con cuatro motores Pratt & Whitney Hornet que producían 575 caballos de fuerza cada uno y mantenían al mamut de siete toneladas (15.5 t) volando a una velocidad de crucero de 117 millas por hora (l88kph), no muy Rápido para tanta potencia, pero los aviones fueron construidos para el lujo y la seguridad, no la velocidad. El avión parecía algo ensamblado desde diferentes aeronaves: el ala, el empenaje (ensamblaje de la cola), los motores y el fuselaje se mantenían unidos mediante puntales y cables, pero volaba de manera confiable y eficiente.

En 1934, Sikorsky sorprendió al mundo de la aviación al construir una cortadora aún mejor y más lujosa: el S-42. Esta vez, las barquillas (el motor y las carcasas de la hélice) se incorporaron al ala para que el ala pudiera montarse justo sobre el fuselaje. . La embarcación aún dependía de los pontones que se extendían desde cada ala para mantener el equilibrio en el agua, pero todo el avión era más elegante, lo que representaba que la velocidad de crucero ascendía a 140 millas por hora (225 kph). Mientras tanto, Trippe había unido fuerzas con la W. Grace Company, que anteriormente había sido un rival amargo, para formar una aerolínea subsidiaria, Panagra, que serviría a las costas occidentales de América del Norte y del Sur.

Al considerar la expansión japonesa en el Pacífico como una amenaza más para los Estados Unidos, expandió a Pan Am en el Pacífico en 1935. Para esto, necesitaba otro nuevo Clipper: el M-130, construido por Glenn Martin (quien tomó el S de Sikorsky). -42 como su punto de partida). Este avión era incluso más grande que el S-42 y estaba más lujosamente designado. Su principal ventaja, sin embargo, fue que duplicó con creces el rango sin escalas del S-42: tres mil millas (4,827 km) en comparación con mil doscientas millas (1,931 km). Fue un M-130, el China Clipper, que se convirtió en el más famoso de los barcos voladores de Pan Am en la década de 1930. Pan Am ordenó varios aviones Clipper más pequeños, algunos de Sikorsky, quien fabricó los “cortaúñas para bebés” de dos motores, y otros de Donald Douglas, que construyó el Dolphin, un bote volador para ocho pasajeros que vio un gran servicio en las rutas. De los Estados Unidos a China.

El mayor Clipper aún estaba por llegar en 1939, en forma del Boeing B-3 14, el más grande y poderoso del avión Clipper, y el que resultó más rentable, con una capacidad de pasajeros de más de setenta (más un tripulación de hasta dieciséis). El B-3 14, de los cuales solo se construyeron una docena, representó el pináculo del lujo volador. Contenía cuartos para dormir, comedores finos y salones de bar, suites de lujo y tocadores, y un pasillo dentro de las alas que permitía a los ingenieros realizar reparaciones durante el vuelo.

Otro famoso avión Pan Am, el Yankee Clipper, era un B-3 14. A los europeos les costó mucho mantenerse al día con los constructores de aviones de Pan Am. La Compañía Corta de Inglaterra construyó el Empire, una aeronave tipo portaaviones y una combinación de bote volador-correo-transporte-hidroavión que estaba destinada a transportar correo y pasajeros a través del Atlántico; vio un servicio limitado en Europa y en el Atlántico antes de finales de los años 193, cuando Pan Am finalmente dirigió su atención allí.

Los alemanes construyeron barcos voladores cada vez más grandes, comenzando con los barcos voladores de Dornier Wals de principios de los años setenta y culminando en el gigantesco Dornier Do X, un avión que empequeñecía todo lo demás que en el aire. Este avión tenía doce motores montados en seis pares sobre un ala de 157 pies (48 m). Llevaba 169 pasajeros en un lujo sin igual. El viaje inaugural del Do X en la primavera de 1931 tomó tanto tiempo y estuvo plagado de tantos problemas que el apoyo al avión entre los inversores se secó en medio de bromas que los medios hicieron del avión. Claude Dornier, constructor y diseñador de Do X, se vio obligado a donar el avión a un museo.



El Dornier Do X sobre el lago Constanza en 1930. Al igual que las aeronaves que volaban desde el mismo lago, los tés Do X se diseñaron y operaron más como un trasatlántico que como un avión: los lujosos muebles, por ejemplo, no estaban pegados al piso. Después de una gira promocional por Europa y América del Sur, el avión nunca voló comercialmente y fue retirado a un museo en Berlín, donde fue destruido por los bombardeos durante la Guerra.

El Do X no era el avión más grande de la década de 1930 para volar: esa distinción se refiere a un avión terrestre ruso, el Tupolev ANT-20, solo uno de los cuales fue construido, el Maxim Gorky. Apodado por los periodistas occidentales el "avión de propaganda" (y llamado por algunos el Maximum Gawky), el ANT-20 era una inmensa aguja de un avión con una envergadura de 210 pies y alimentado por ocho motores: seis diseñados en el ala y un par montado por encima del fuselaje. En vuelo, el Maxim Gorky era magnífico; También fue utilizado efectivamente por los soviéticos en muchos desfiles militares. El Maxim Gorky se estrelló en mayo de 1935 durante un vuelo ceremonial, cuando un avión de escolta se estrelló contra su ala. El avión se rompió en el aire y ninguna de las cuarenta personas a bordo sobrevivió. El incidente finalmente hizo que la comunidad de aviación cuestionara la sabiduría de construir aviones cada vez más grandes.


Los rusos produjeron el ANT-20 gigante, el Maxim Gorky (con dinero recaudado por el sindicato de escritores soviéticos), un avión de ocho motores que parecía haber tenido solo valor de propaganda. Fue destruido cuando un avión de escolta (pilotado por un aviador haciendo exhibiciones) se estrelló contra él.

jueves, 4 de julio de 2019

USMC ofrece bonos de USD 280 mil para que los pilotos se queden

Infantes de marina que ofrecen a los pilotos un bono de $280,000 para aviones de combate en vez de aviones comerciales

Corey Dickstein || War is Boring





El Cuerpo de Marines está ofreciendo algunos de sus bonos de aviación de hasta $ 280,000 para que permanezcan en el servicio, ya que el servicio busca mejorar la retención de pilotos, un problema con el que los militares han luchado en los últimos años.

Las bonificaciones de retención de aviación del año fiscal 2020 del Cuerpo de Marina apuntan a los capitanes y comandantes de la Marina que vuelan ciertos aviones de combate, aeronaves de rotor basculante, aviones de carga y helicópteros en un esfuerzo por ofrecer incentivos para impedir que los pilotos ingresen a la aviación comercial. Los bonos están disponibles para los pilotos del F-35 Lightning II, el F / A-18 Hornet, el AV-8 Harrier, el MV-22 Osprey, el C-130 Hercules, el UH-1 Huey, el AH-1 Cobra y el Sea Stallion CH-53, dijo el mayor Craig Thomas, un portavoz de la Marina.

Es el tercer año consecutivo en que el Cuerpo ha emitido bonos de aviación. Los bonos del año fiscal 2020 ofrecen contratos más largos y elegibilidad para más pilotos, incluidos aquellos con más de 14 años de servicio como oficial comisionado, dijo Thomas el lunes. Ya no incluyen una opción para un pago único, y los oficiales del sistema de armas ya no serán elegibles para los bonos, dijo.

El teniente general Michael A. Rocco, subcomandante del cuerpo para asuntos de personal y reserva, dijo en una declaración que los marines deben retener a sus mejores aviadores para garantizar que puedan satisfacer sus necesidades operativas. La nueva ronda de bonos debería "proporcionar una mayor estabilidad a nuestros aviadores para cumplir con los requisitos de la misión y aumentar ... la letalidad", dijo. "Añade un beneficio positivo más cuando los aviadores marinos sopesan sus opciones si continuar sirviendo o seguir adelante con el ejército".

Los bonos más grandes se ofrecen a los pilotos del F-35 Joint Strike Fighter y el MV-22 Osprey, de acuerdo con los datos proporcionados por la fuerza marina y los asuntos de reserva. Los pilotos marinos de los aviones que tienen menos de 11 años de servicio comisionado son elegibles para una extensión de ocho años que incluye un bono de $ 35,000 por año, con un valor total de $ 280,000.

Los pilotos más experimentados de Osprey y F-35 pueden firmar extensiones de contrato de tres a seis años, con un valor de $ 75,000 a $ 210,000, dependiendo de la duración del servicio comisionado.

Los pilotos del F / A-18 Hornet, el AV-8 Harrier y el C-130 Hercules son elegibles para extensiones entre tres y seis años, con un valor de $ 75,000 a $ 210,000, dependiendo de la duración del servicio comisionado.

Los pilotos de helicópteros que vuelan el AH-1 Cobra, el UH-1 Huey y el CH-53 Stallion son elegibles para extensiones entre tres y seis años, con un valor de $ 45,000 a $ 150,000, que también depende de la duración de su servicio comisionado.

Los bonos solo están disponibles para los marines en servicio activo. Para ser elegibles, los infantes de marina deben ser recomendados por sus comandantes y deben enviar una solicitud para el bono de retención antes del 1 de abril de 2020, de acuerdo con el próximo anuncio del programa por parte del infante de marina.

Los aviadores marinos que aceptaron bonos en los años fiscales 2018 o 2019 podrían ser elegibles para el bono más reciente si solicitan el programa 2020 antes de su segundo aniversario de la firma de su contrato o el 1 de abril de 2020, lo que ocurra antes. Sin embargo, los aviadores que aceptaron un pago a tanto alzado no son elegibles, según el anuncio.

“Los infantes de marina generalmente se mantienen uniformados porque disfrutan de ser infantes de marina y de servir con sus compañeros [infantes de marina]”, dijo Rocco. "Espero que nuestros aviadores vean este programa de bonos expandido como un esfuerzo genuino para mantener su talento y liderazgo en los escuadrones para continuar volando y ser mentores de la próxima generación de tripulaciones".

sábado, 27 de octubre de 2018

Rusia: 90 años de Tupolev

Los aviones de Tupolev






Este año, la Oficina de Diseño Experimental "Tupolev" cumplió 90 años. Es una buena razón para mostrar algunos vehículos creados por "Tupolev". 



TU-134 aterrizado en Pulkovo, San Petersburgo. 



Los pilotos están almorzando. 



No hay muchos aviones en el mundo a través de cuyas ventanas se puede ver las alas, el motor y la cola. 



Esto es "Tu-134 el silbido". 



Tu-144 se convirtió en el monumento del pensamiento científico. Por desgracia, no hemos encontrado un lugar digno en el uso práctico. Pero este hecho no significa que sea menos hermosa. 




Tu-154 está despegando en Sochi. 



Y ahora está en San Petersburgo. 



Tu-154 está aterrizando en el aeropuerto de Pulkovo. 



Tu-154 se encuentra en la línea de montaje. 



Tu-204/214. 




Esto es Tu-334. 



Los aviones militares de "Tupolev" no son menos bellos que los civiles. 



El Tu-160 es a menudo llamado "Cisne Blanco". 




Esto es un Tu-95. 





Esta es Tu-22M3. 



Esta es Tu-16. 



¡Feliz aniversario! 
por Fyodor-photo 

English Russia

martes, 28 de agosto de 2018

Noruega apuesta a revolucionar la aviación civil con nuevas tecnologías

El revolucionario plan de Noruega para construir aviones eléctricos y transformar la industria aeronáutica



La Nación



Zunum Aero es una de las compañías que innova actualmente en aviones eléctricos Crédito: ZUNUM AERO

Han dado el salto de la fantasía al diseño y, de ahí, a la producción. Los aviones eléctricos son ya una realidad y, para 2040, Noruega tiene la intención de que todos los vuelos de corta distancia que salen de sus aeropuertos sean en aeronaves que funcionan con baterías.

Es una de las promesas de mayor alcance que se han hecho para reducir la contribución de la aviación a las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero hay una barrera importante: todavía no se están construyendo aeronaves de propulsión eléctrica de tamaño comercial.

El mercado de aeronaves eléctricas actualmente consiste en aparatos pequeños; generalmente para dos personas. De hecho, Dag Falk-Petersen, el director de la compañía aeroportuaria noruega Avinor, cree que esto cambiará muy rápido. "Hace unos tres años, nuestro consejo de administración fue a Airbus, en Toulouse, y nos dijeron que ya habían estado trabajando mucho en esta área. Y también la Nasa y Boeing, a través del [fabricante de aviones] Zunum Aero. Es por eso que decidimos tener un programa para electrificar los vuelos en Noruega", explica.

¿Por qué Noruega?

Noruega es un buen lugar para tales experimentos. Gran parte del territorio del país es montañoso y hay muchas islas cercanas a la costa, lo que significa que hay numerosos vuelos de corta distancia: Avinor administra 46 aeropuertos.


El mercado de aeronaves eléctricas actualmente consiste en aviones pequeños; generalmente para dos para dos personas Crédito: GETTY IMAGES

Los viajes por carretera, ferrocarril o barco a menudo toman mucho más tiempo que un vuelo corto, especialmente durante el invierno, cuando la nieve y el hielo pueden bloquear las carreteras y las vías.

"Muchos de los vuelos aquí son de solo 15 a 30 minutos y tenemos todo tipo de terreno montañoso. Es por eso que decidimos establecer un programa donde realmente podamos tener licitadores de aviones en uno o dos años", comenta Falk-Peterson.

Noruega quiere que esos fabricantes de aviones creen un avión comercial de 25 a 30 asientos impulsado por motores eléctricos y que el primero de ellos sea puesto en servicio para 2025. "Estamos seguros de que un avión como ese puede ser electrificado", añade Falk-Peterson.

Auge de los aviones eléctricos

Los aviones eléctricos están disfrutando de cierto auge en este momento: el año pasado, la consultora Roland Berger descubrió que había más de 100 proyectos de aeronaves de propulsión eléctrica en marcha en todo el mundo.

Pipistrel, de Eslovenia, es solo uno de ellos. El portavoz Taja Boscarol explica que la compañía ahora está fabricando varios modelos de cuatro asientos. "El más notable probablemente sea el Taurus G4, el primer avión eléctrico de cuatro asientos en el mundo", señala


El Taurus G4 es el primer avión eléctrico de cuatro asientos en el mundo Fuente: AFP

Boscarol comenta que estas aeronaves utilizan medios alternativos de propulsión, como el hidrógeno. "También hemos desarrollado un motor híbrido para un avión de cuatro asientos. El motor es completamente funcional y la aeronave despegará en 2019, de acuerdo con el plan", afirma. Agrega que también tienen la intención de construir un "avión de pasajeros de células de combustible híbrido" de 19 pasajeros para 2025.

La competencia

Pipistrel tendrá algo de competencia. Zunum Aero, con sede en Kirkland, un suburbio de Seattle, es otra compañía que planea producir el tipo de avión que Noruega quiere ver en sus rutas de recorrido corto.


Zunum Aero también planea ver sus aviones eléctricos en el cielo en un futuro cercano Fuente: AFP - Crédito: ZUNUM AERO 

Fundada en 2013, Zunum Aero ha recibido inversiones del gigante de la aviación Boeing y ha estado trabajando en una gama de aviones cada vez más grandes y pesados.

Su director ejecutivo, Ashish Kumar, confiesa que la compañía se sintió intrigada al instante por los planes de Noruega, que surgieron como parte de un programa más amplio para tratar de reducir las emisiones del transporte. "Hemos estado en este espacio durante cinco años. Hemos observado lo que los demás están haciendo en la industria y hemos aprendido de ellos", afirma.


Los aviones eléctricos solo pueden utilizarse ahora para tramos relativamente cortos Fuente: AFP 

Zunum Aero tiene planes para un avión de pasajeros de 12 asientos de corta distancia que planean volar para 2022 y otro de 50 plazas con un alcance de 1.000 millas para el año 2027.

Sus planes no terminan ahí. "Creemos que un avión de 100 asientos y un alcance de 1.500 millas será viable a fines de la década de 2020. Podemos llegar a lo que Noruega quiere hacer", señala Kumar.
Los desafíos

La ambición es aún más interesante dados los desafíos que siguen enfrentando los fabricantes de aviones eléctricos de pasajeros. Las aeronaves que transportan docenas de personas -y su equipaje- requieren una enorme cantidad de energía para el ascenso y para mantenerse en el aire.



Los aviones de pasajeros, como este Boeing 787-800 Dreamliner, requieren una enorme cantidad de energía para el ascenso y para mantenerse en el aire Crédito: GETTY IMAGES

Los aviones de pasajeros de hoy en día son más livianos y más económicos en combustible que cualquier generación anterior, pero ningún combustible actualmente, además del kerosene, tiene una densidad de energía lo suficientemente alta para el uso del avión.

Las baterías obviamente pueden almacenar electricidad, pero anteriormente se pensaba que se necesitarían tantas para alimentar una pequeña aeronave que el peso sería prohibitivo. Kumar, sin embargo, cree que "las baterías son, en cierto modo, el menor de los problemas". Para él, los mayores desafíos se encuentran en el resto de los sistemas electrónicos.


La energía para los sistemas los sistemas electrónicos de los aviones es uno de los mayores desafíos Fuente: AFP

¿Acaso las baterías pueden mantener un nivel estable para que los sistemas de vuelo tengan energía en todo momento? ¿Y cómo lidiar con el calor generado por todas esas baterías? Son preguntas que aún no tienen respuesta, pero mientras tanto se valoran los beneficios que pueden tener estas aeronaves.

Los beneficios

Tanto Zunum Aero como Avinor consideran que usar aviones totalmente eléctricos tendrá beneficios más allá de las emisiones: el avión más pequeño necesitará pistas más reducidas, lo que significa que puede usar aeropuertos de menor tamaño.

También serán más silenciosos y, si se puede reducir el peso de las baterías, es probable que sean más ligeros, lo que implica menos energía.


Si se puede reducir el peso de las baterías, es probable que estos aviones sean más ligeros, lo que implica menos energía Fuente: AFP

Ese último factor puede significar menores costos de operación y, por lo tanto, boletos más baratos, que conllevarían a un poderoso incentivo de vuelos y a un cambio dentro de la industria de la aviación.

Tecnología híbrida

Falk-Peterson dice que es probable que al menos la primera generación de aviones eléctricos de Noruega use tecnología híbrida. Conforme a las leyes de seguridad de la aviación, las aeronaves deben transportar suficiente combustible de reserva para garantizar que puedan desviarse a un aeropuerto alternativo en caso de problemas.


Algunas empresas también realizan pruebas de aviones alimentados por energía solar Crédito: GETTY IMAGES

El plan de Oslo, si sigue adelante, se dejará sentir fuera de sus fronteras. Si todos los vuelos con una duración inferior a 90 minutos se realizan con aviones eléctricos, eso significará que esos aviones aterrizarán en otras ciudades de Escandinavia y más allá.

Los fabricantes de aviones tendrán que venderlos a más países para que sean viables. "Ya Airbus está mirando un avión eléctrico que puede transportar 100 pasajeros hasta 1.000 km en 2030", indica Falk-Peterson.