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domingo, 21 de septiembre de 2025

Chile: Más sobre el accidente del C-130 en 2019

"Tenís a la FACh en tus manos, ctm": los testimonios secretos del C-130 donde murieron 38 personas

Por Nicolás Parra Tapia || Bio Bio Chile





Todos los relatos marcan el mismo camino: el Hércules C-130 de la FACh tenía problemas, faltaba personal especializado para las reparaciones y, pese a las evidentes alertas, los superiores decidieron volar a la Antártica de todas formas. Ese 9 de diciembre de 2019, las consecuencias de las malas decisiones desataron la tragedia. Pese a las presiones, el expediente judicial rescata testimonios clave que develan una verdad oculta: "Los cables se deshacían", admite uno de los mecánicos.

“Tenís a la Fuerza Aérea en tus manos, conchetumare, literalmente tenís a la Fuerza Aérea en tus manos”.

Así versaba un mensaje de audio de cinco segundos recibido por Cristián Gamboa Muñoz, cabo de la FACh que se terminaría transformando en un testigo clave en la causa que sustancia el Ministerio Público contra altos oficiales de la institución.

Tal como reveló este medio, el uniformado desclasificó que sus superiores ordenaron el despegue del Hércules C-130 —donde más tarde 38 personas murieron— pese a que mecánicos de la aeronave reportaron fallas solo minutos antes de que enfilara rumbo a la Antártica.

Su testimonio, sin embargo, no es el único. La Unidad de Investigación de BioBioChile accedió a nuevas declaraciones contenidas en el expediente judicial que no sólo demuestran el mal estado en el que se encontraba la aeronave, sino también una “verdad oculta” al interior de las filas de la Fuerza Aérea de Chile.

Cables corroídos, falta de personal especializado y un funcionamiento rudimentario de la institución confluyen en esta tragedia.

Mecánicos a distancia

Patricio Valdés Vergara (33) ingresó en 2008 a la FACh. Desde 2013 forma parte de los diques de mantenimiento de la institución. En buenas cuentas, su tarea es prestar apoyo mecánico en medio de misiones complejas. Especialmente durante viajes a lugares donde la Fuerza Aérea no cuenta con los medios logísticos suficientes para reparar las aeronaves. Aquí aparecen la Antártica, Rapa Nui y la Isla San Félix, entre otros.

Valdés detalló la fragilidad de estos equipos, principalmente porque su conformación —hasta el día del accidente— no incluía a todas las especialidades necesarias para reparar el avión. En caso de que la máquina presentara una falla distinta a la expertise del técnico, este último dependía de la buena voluntad de sus colegas para que le atendieran el teléfono y lo guiaran durante la reparación.

—En la práctica nos íbamos turnando para las comisiones (…) donde finalmente designaban a uno y otro de cada especialidad, el cual, pese a no estar reglamentado, terminaba cumpliendo las dos funciones aunque no tuviese la expertise necesaria para desarrollarla —revela la declaración judicial del funcionario.

Desde 2013 a la fecha, Valdés ha cumplido alrededor de 20 misiones a la Antártica. Según explica, la FACh lleva hasta el continente blanco un equipo para volar “a como dé lugar”. Y es que si un Hércules pasa la noche allí, se genera una capa de hielo que puede significar una mayor complicación para salir al día siguiente.

—En varias oportunidades cuando no teníamos conocimiento de la materia o el protocolo para poder corregir algún inconveniente debíamos llamar a Santiago para que el especialista del área pudiese ayudar al que se encontraba en comisión a arreglar el problema.

Valdés va más allá.

—Podría decir que en más de una oportunidad, aunque algún especialista ha indicado que no se puede despegar por discrepancias de la aeronave en las que el manual prohíbe su despegue, estas son ignoradas por la parte operativa y se termina volando igual.

Así ocurrió con el C-130.

Comodín telefónico

Sebastián Ifland Castro (38) es ingeniero en electricidad electrónica de la FACh. Forma parte del Grupo de Mantenimiento desde 2009. Cuando llegó al taller ubicado en Pudahuel habían tres Hércules C-130. Dice que aprendió sobre la marcha, lo que le enseñaron los más antiguos, porque nunca tuvo cursos sobre este tipo de aviones.

—Yo iba muerto de miedo si en el caso de ir en el dique y fallara un elemento de comunicación y navegación no iba a saber cómo resolverlo, pues esa no era mi función. Ni siquiera sabía dónde iban los equipos. Si eso pasaba tenía que recurrir al comodín telefónico que significaba tener que llamar a uno de los chicos de la especialidad para que me dijera qué tenía que hacer.

Cuenta que en una oportunidad, no recuerda el año, iba en un dique a la Antártica. En el despegue lo llamaron porque el piloto automático “no enganchó”.

—Quedé para adentro. No sabía qué hacer —confiesa.

Tuvo que pedir ayuda. Un inspector le explicó lo que debía hacer puesto que habían unas tarjetas que “siempre se soltaban”.

—Nunca me cuestioné esta situación porque era nuevo, era normal que mandaran solo a uno y yo como recibía ordenes no cuestionaba. Luego, cuando empecé a tener antigüedad, empezamos a cuestionar esto, casi todos los que salíamos en comisión. (…) No recuerdo que nos hayan dado una respuesta. Siempre estaba el miedo del especialista de que fallara algo distinto a su especialidad y quedar mal con los más antiguos que van en el dique. (…) He escuchado rumores de que no subían a todas las especialidades por temas de viático, pero no sé que tan cierto sea eso.

El ingeniero reflexiona:

—Uno no tiene injerencia en estas cosas, esto lo decide el mando y uno tiene que acatar. Me pongo en el caso que hubiese sido yo. De hecho pude haber estado yo. Y si tuviera la falla de dos indicadores malos y me dijeran “Ya, Iflan, deja ahí nomás que nos vamos a la Antártica”, tendría que haber seguido la orden.

Hay más. Los dichos del funcionario coinciden con el de su colega, Camilo Venegas Pacheco (33), otro de los mecánicos del Grupo de Mantenimiento.

—Nos incomodaba (viajar como especialista de algo que no lo era) (…) Es más, la primera vez que me enviaron a comisión, en el 2015, me iban a mandar en el dique de mantenimiento como de comunicación y navegación, pero yo no quise porque no tenía los conocimientos (…) Me negué a ir sin apoyo ante mi jefe de taller, quien puso cara de no creérselo. (…) El resto aceptaban porque seguían ordenes —lanza.

“Los cables se deshacían”

Patricio Valdés se enteró del accidente en su casa. Estaba con día libre, recién salido de guardia, cuando la noticia comenzó a circular vía WhatsApp, en el grupo del taller. Las primeras informaciones eran que el avión estaba incomunicado. Algunos deslizaron la posibilidad de que estuviese en territorio argentino, sin mayor fundamento. Al día siguiente, y por el mismo grupo, se enteró que la nave se presumía siniestrada.

A su juicio, el avión —matrícula 990— estaba a muy mal traer. Y eso lo sabían al interior de la FACh.

—Por sus años de funcionamiento tenía su cableado en muy mal estado. Presentaba problemas desde que llegó desde EEUU en el 2014 o 2016. Es más, podría incluso indicar que junto a mi compañero de curso, Leandro Torti Lillo, fallecido en el accidente, nos quedábamos días tratando de arreglar problemas de cables que, dado el uso, se deshacían al momento de manipularlos… Completamente corroídos.

El funcionario era amigo de Sergio Romero, cabo primero especializado en comunicaciones y navegación. El mismo que detectó que la aeronave no podía despegar, algo que poco le importó a sus superiores. “Estos hueones quieren volar igual”, le dijo a Cristián Gamboa, el técnico que lo estaba apoyando vía telefónica en la reparación del avión (ver primer reportaje de BBCL Investiga).

Según cuenta Valdés, Romero le preguntó si podía ocupar su lugar en la misión a la Antártica.

—Quedó en nada puesto que yo tenía dos guardias esa semana, ese mismo domingo y luego el viernes.

El miércoles, cuando el avión desapareció, Valdés tuvo que conformar un dique antártico para apoyar a un segundo Hércules que prestaba servicios de búsqueda para recuperar lo poco y nada que quedó tras el accidente.

Llamada perdida

Camilo Venegas también estaba en su casa, en compañía de su señora, cuando Sergio Romero intentó obtener su ayuda para reparar el avión. Eran cerca de las 16:00 horas de ese 9 de diciembre.

—Me dijo que estaba en Punta Arenas en un Hércules y que estaban próximos a salir a la Antártica. Me dijo que tenía fallas en el estanque de combustible (…) Le dije que la aeronave no podía salir (…) Cuando Sergio Romero me llamó no me dijo si había trabajado o no la falla, solamente me dijo que tenía falla en esos indicadores de combustible.

El funcionario describe como “complejo” el sistema donde se registraron los inconvenientes. Explica que hay que tener entrenamiento especializado para poder solucionar los problemas detectados por su colega antes del despegue.

—Sergio (Romero) no tenía esos conocimientos. Y lo poco que pudo haber conocido sería porque alguien le dijo o le leyó de los manuales, pero experiencia en el sistema no tenía. Y no tenía porqué tenerla, porque no era su área. Me imagino que la tripulación habrá determinado volar igual y resolver la falla a la vuelta.

Romero intentó llamarlo por WhatsApp y obtener ayuda para solucionar los problemas de la máquina, pero Venegas no pudo atenderlo. Por la noche este último le escribió para saber cómo estaba, pero los mensajes nunca fueron respondidos. El avión ya estaba siniestrado en medio del mar de Drake.
“El avión culiao andaba con dramas”

Quien sí atendió la llamada de Sergio Romero esa tarde fue Cristian Gamboa. En su testimonio —revelado en la primera entrega de este medio— sostuvo que los superiores forzaron el despegue pese a las fallas. Su declaración no sólo lo convirtió en un testigo clave, sino que parte de la indagatoria se volcó hacia las responsabilidades de oficiales de la FACh en el accidente y a dilucidar posibles presiones de la institución para silenciar la divulgación de los pormenores del siniestro.

Así, las declaraciones de Gamboa fueron complementadas en la investigación por peritajes a los celulares de él y del fallecido Romero.

Por ejemplo, en uno de los audios enviados a Romero, Gamboa lo insta a que tome resguardos para evitar el despegue.

—Hazle presente ahí al inspector de que si tenís drama de combustible (…) puede quedarte la caga hueón.

Apenas el avión se declaró desaparecido, Gamboa informó en un grupo de colegas sus aprehensiones:

—Puta, yo hablé con los cabros cuando iban despegando pa allá hueón, que el avión culiao andaba con dramas de combustible, hueón. Yo le dije a (a Romero) que avisara que no podía despegar con esa hueá.

Las reacciones llegaron de manera inmediata en el mismo chat:

—Tenís la papa más caliente que hay tenido en tu vida en las manos conchetumare. Tenís a la Fuerza Aérea en tus manos, conchetumare, literalmente tenís a la Fuerza Aérea en tus manos.

El propio Gamboa sabía que estaba en una posición incómoda. En uno de los mensajes recuperados por la PDI desde el teléfono del funcionario se lee:
“Yo por tratar de hacerlo bien y declarar lo que hablé con el guatón Romero ahora estoy metido hasta las masas, hasta las masas. Cuando me tenga que llamar el fiscal voy a tener que andar con cuatro ojos cuidándome por si me quieren cagar. Por lo mismo, porque mi declaración es súper importante. Si el guatón hubiese dicho ‘no, no se vuela”, no se hubiese volado solamente, simplemente no se hubiese volado. A lo mejor el avión se hubiese caído otro día, al día siguiente, pero ese día no. Así que tengo que estar preparado nomás para cuando me toque defenderme”.
Audio 48 segundos enviado por el cabo primero Cristián Gamboa.

Su colega, Camilo Venegas, en su testimonio va más allá:

—Cristián Gamboa me dijo que luego de que le comentó a sus superiores de mantenimiento que lo había llamado Sergio Romero ese día, el general (Raúl) Jorquera, comandante de la II Brigada Aérea, le dijo que cambiara su declaración, pero él le dijo que no.

Un informe de la PDI contenido en el expediente judicial concluyó que los mensajes encontrados en el teléfono del funcionario deja “entrever una verdad oculta”. Esto, “en referencia a la falla del avión Hércules C-130 siniestrado”.

Obstáculos en el horizonte

Consultada la FACh informaron que “consecuente con su actuar para este tipo de materias, no le corresponde referirse a asuntos que son parte de los procesos investigativos que está llevando a cabo el Fiscal Regional de Magallanes y de la Antártica Chilena”.

Eso sí, remarcaron que la institución “hace presente su permanente colaboración con la justicia y en relación con las consultas realizadas, todas estas materias han sido informadas oportunamente al fiscal del Ministerio Público a cargo de la investigación”.

En tanto, para los abogados querellantes Ciro Colombara y Aldo Díaz, la visión es totalmente distinta. A su juicio, la investigación ha avanzado con lentitud. Esto, “no sólo porque no han podido analizarse los restos del avión, sino básicamente porque la FACh no ha colaborado de manera alguna”.

“Más aún, podemos afirmar que ha obstaculizado su avance. Sin perjuicio de eso, los antecedentes de la investigación han dejado en evidencia el desorden y mal funcionamiento del sistema de mantención y reparaciones de aeronaves, permitiendo incluso la intervención de terceros”, añaden.

Y sentencian: “Es claro que existía temor a informarle a los superiores que una aeronave tenía problemas. Esto explica seguramente que en un periodo breve de tiempo FACh haya tenido dos mega tragedias, la de Juan Fernández y en la Antártida”.

domingo, 14 de septiembre de 2025

Chile: El accidente del C-130 de 2019

"Estos hueones quieren volar igual": la alerta de fallecido tripulante del C-130 que enreda a la FACh

Por Camilo Suazo y Nicolás Parra Tapia || Bio Bio Chile





Al menos dos funcionarios de la FACh alertaron de fallas en el Hércules C-130 antes de despegar. Ambos murieron esperando una respuesta. Ahora, cuatro oficiales de la institución serán formalizados por la caída del avión que terminó con la vida de 38 personas. Abogados de las víctimas esperan que las responsabilidades escalen al Alto Mando y deslizan sospechas de obstrucción a la investigación que lidera el fiscal Eugenio Campos. Relatos de testigos y una cabo que salvó casi de milagro forman parte de esta historia que revela la Unidad de Investigación de BioBioChile.


—Ya informé, pero estos huevones quieren volar igual. Voy a estudiar durante el vuelo y te llamo cuando regrese.

Eran las 16:55 horas del 9 de diciembre de 2019 cuando el avión Lockheed C-130 de la FACh, matrícula 990, despegó desde la Base Aérea Chabunco ubicada en Punta Arenas. ¿Su destino? La Base Presidente Eduardo Frei Montalva, la mayor instalación antártica de Chile.

A bordo iba el cabo primero, Sergio Romero. Sólo minutos antes de enfilar a las dependencias chilenas del continente blanco, el técnico -que formaba parte del equipo de mantenimiento del avión- se comunicó con el mecánico eléctrico y también funcionario de la FACh, cabo Cristián Gamboa. El mensaje era simple: el Hércules mantenía una falla, pero sus superiores lo hicieron volar igual.

Así como el cabo Romero, otras 37 personas murieron en el segundo accidente aéreo con consecuencias fatales en el que se vio envuelta la institución castrense en los últimos 11 años, tras la tragedia del Casa 212.

La Unidad de Investigación de BioBioChile accedió a los testimonios que forman parte del expediente judicial a cargo de la Fiscalía Regional de Magallanes y que hoy complican a la FACh, de cara a la formalización de cuatro de sus oficiales: Julio Ojeda, Marcelo Mella, Allan Asenjo y Eduardo Mosqueira.

Desperfectos mecánicos, el testimonio de un ministro y del mandamás de la rama aérea de las Fuerzas Armadas de Chile confluyen en una tragedia, cuyas responsabilidades judiciales podrían comenzar a dilucidarse en una audiencia fijada para este 21 de febrero.

“Avión no podía operar”

Cristian Gamboa es técnico superior con más de 12 años de servicio en la FACh. Declaró el 18 de marzo de 2021. A la fecha de su testimonio fungía como cabo primero en el Grupo de Mantenimiento 52 de la Segunda Brigada Aérea de la FACh, con base en Santiago. ¿Su especialidad? Mecánica Electrónica Aérea.

Fue en el ejercicio de su cargo que se convirtió en testigo cercano de la tragedia del Hércules. En su alocución, contó que el día de la desaparición y caída del avión tomó contacto con él el cabo primero de la institución Sergio Romero. Este último fue el encargado de revisar parte de la máquina -con más de 40 años de vuelo- en Punta Arenas. Acababa de llegar de Santiago y se disponía a salir a la Antártica.

—Él era parte del dique de Mantenimiento. Se comunicó conmigo vía WhatsApp mediante mensaje de texto, solicitándome asesoramiento por una falla que involucraba a los indicadores de cantidad de combustible N° 1 y 4, los cuales presentaban oscilaciones de indicación —partió diciendo Gamboa.

Su respuesta fue que derechamente el avión -basado en el manual de mantenimiento- no podía continuar su operación.

—Le expresé que notificara a las personas correspondientes sobre esta situación, es decir, al inspector de mantenimiento a cargo del dique de Mantenimiento. Me respondió que ya había notificado.

“Te llamo cuando regrese”

De este modo, Romero -cuenta Gamboa- le solicitó que lo asesorara mediante videollamada. La idea era buscar alguna solución a la falla. En total, fueron dos los contactos que tuvieron por esa vía.

—Cuando iba a comenzar la inspección, aún en videollamada, se escucha que le dicen que no continuara con la inspección, ya que era el momento de preparar el vuelo.

La conversación siguió por texto, también vía WhatsApp.

—Le reitero que el avión no puede operar con los dos indicadores inoperativos (…) ante cual el me responde: “Ya informé, pero estos huevones quieren volar igual. Voy a estudiar durante el vuelo y te llamo cuando regrese.

El cabo Romero moriría horas más tarde, luego de que el avión colapsara en el Mar de Drake.

“Hay como un problema en el avión”

La falla en los indicadores de combustible no fue la única que detectaron los técnicos del avión antes de emprender el último vuelo del C-130.

A pocas semanas de ocurrido el accidente, CHV difundió el audio que envió a su familia vía WhatsApp el cabo primero de la FACh, Leandro Torti Lillo. Lo hizo minutos antes de salir en dirección a la Antártica.

—Ahora que llegué hay como un problema en el avión, así que no pudimos despegar. Ahora estamos viendo… bueno, hay un problema mío, pero lo malo es que no tengo repuestos, así que va haber que pedirlo a Santiago —indicó Torti Lillo.

En buenas cuentas, el también especialista en electrónica aérea llamó a la capital para solicitar una pieza que no andaba bien en el oil cooler flap. Un dispositivo presente en cada uno de los cuatro motores del avión que sirve para regular el flujo del aire que pasa por el radiador y que enfría el aceite del motor.

A Torti se le comunicó que no habían repuestos. Luego, el sargento primero Francisco Aguirre, hizo la misma solicitud: recibió la misma respuesta.

Quien supo de primera fuente la falta de recambios fue el cabo primero Matías Gálvez, eléctrico aéreo del Grupo de Mantenimiento 52.

En la declaración que prestó en febrero de 2021, confirmó haber recibido un mensaje de Leandro Torti, dirigido a un canal de WhatsApp del equipo. En él, solicitaba las piezas.

—El mensaje decía: “Alguien me puede revisar si hay oil cooler flap, porfa. Que este vago se partió”. Yo busqué en el sistema (…) Se le responde que no hay. El último mensaje del cabo Torti fue “ah ya, entonces no hay”.

Torti y Aguirre murieron en el accidente. La FACh nunca pudo establecer las causas del siniestro.

La tripulante que finalmente no subió

La cabo segundo Estefany Pino pudo ser la víctima 39 de la tragedia. Pero un llamado a último minuto cambió su destino. Al momento de los hechos formaba parte del Grupo 10 de la FACh.

—Estaba considerada como parte de la tripulación del C-130 y encargada de la alimentación de la tripulación del avión —aclaró de entrada en el testimonio que concedió en el marco de la indagatoria en abril de 2021.

Llevaba cinco años de servicio en la Fuerza Aérea cuando fue asignada al Hércules. Cuando tuvo su tarea completa, limpió la cabina y ayudó a calcular el peso y estiba del avión.

—Luego de esto tomé mi posición para la puesta en marcha del avión (pero) el comandante de la aeronave, comandante Medina, me dice por interfonía que no continuaba como tripulante en la misión del C-130. (…) Ante eso, bajé mi equipaje y le entregué la interfonía al cabo Iturriaga, otro load master del avión. Me dirigí a la línea de cuadrimotores y seguí con mi trabajo diario.

Estefany Pino se podría decir que salvó de milagro. Pero su historia no termina ahí. En su declaración también aclaró que tras la falla en el oil cooler flap se decidió que éste operaría de manera manual.

—En el chat de la tripulación del avión se comenzó a hablar de los trabajos de mantenimiento que se estaban realizando en el avión —contó.

Puesto en simple, dio cuenta de atrasos en la salida del avión por la falla en el dispositivo y porque aún habían trabajos en los indicadores de combustible que también presentaban desperfectos.
 

Inoperativo

Arturo Merino Núñez se graduó en 1980 como oficial de la FACh. Cuando el C-130 se fue a pique, era el número uno de la institución. El comandante en jefe de la Fuerza Aérea prestó declaración el 24 de enero de 2020 ante la PDI y el fiscal Eugenio Campos Lucero.

En casi 10 carillas, Merino explicó las medidas que se dispusieron tras la desaparición del Hércules. Contó, por ejemplo, que esa misma noche se comunicó con el entonces ministro de Defensa, Alberto Espina, para ponerlo al tanto de la situación.

También dijo haber dispuesto un equipo especial de oficiales para apoyar a las familias y detalló que todos los vuelos de la FACh son de carácter militar, ergo, no se rigen por el código aeronáutico civil. En buenas cuentas, los vuelos de la institución son regulados por ellos mismos y no por la DGAC.

Además, especificó que este tipo de vuelos no cuentan con caja negra por razones de seguridad y señaló que él personalmente coordinó las labores de búsqueda en la que participaron países con presencia en la zona: Uruguay, Argentina, Brasil, EEUU, Perú y Reino Unido, entre otros.

Con todo, a esas alturas, poca claridad había respecto del destino que podría haber tenido el avión.

—No, no tengo ninguna hipótesis —dijo Merino cuando el fiscal le consultó si tenía alguna idea de porqué se produjo el accidente.

Sí aventuró que la nave se desintegró y que no había sobrevivientes. Esto, debido al grado de destrucción de los elementos que fueron encontrados en los días posteriores al siniestro.

“Acciones al respecto”

Consultado por el audio del cabo Torti, Merino respondió:

—Sabíamos de la existencia de una comunicación de un audio respecto de un miembro de la tripulación por una supuesta falla. Yo no lo he escuchado, pero pareciera ser eléctrica (…) Acto seguido dispuse que ese antecedente haya sido entregado a los investigadores.

Su relato prosiguió:

—Me enteré que la tripulación de apoyo de la misión tomó acciones al respecto (…) habían tenido una falla en Punta Arenas, o llegando a Punta Arenas, del actuador eléctrico del oil cooler flap, el cual estaba inoperativo. Este imprevisto se habría solucionado dejando fija la aleta que permite aumentar el flujo de aire de salida para enfriar el aceite de uno de los motores.

A su juicio, este sistema es requerido en sistemas de extremo calor, lo que no era el caso. Por eso mismo, consideró que la medida adoptada “fue la apropiada”.

Grietas en el avión

La declaración del entonces titular de Defensa, Alberto Espina, se dio en un tono similar. En el testimonio que prestó el 27 de enero de 2020 ante el fiscal Campos, el secretario de Estado dijo desconocer el porqué del accidente.

—He escuchado muchas versiones, pero prefiero en esa materia no especular. Sí creo que se deben agotar todos los medios para conocer la causa, ya que el C-130 es un avión de transporte que Chile usa hace muchos años y que se caracteriza por su seguridad. Por lo tanto, es fundamental que se sepa porqué se estrelló en el mar. Digo esto último, porque de acuerdo a lo que he conversado con la FACh, de haber estallado en el aire, los restos habrían quedado diseminados en una zona mucho más amplia.

Espina también tuvo palabras para una alerta emitida desde EEUU por “grietas atípicas” detectadas en el mismo modelo del Hércules. Tal como informó BioBioChile, se trataba de una falla en la base de las alas y significó, en el país del norte, sacar de circulación a casi un tercio de la flota compuesta por 450 naves disponibles.

Los desperfectos podrían haber representado una hipótesis real para la caída del avión, pero el ministro se encargó de aclararlo:

—La FACh me informó que tiempo atrás había recibido esa información de “grietas atípicas” desde EEUU y que la misma FACh había procedido a realizar un chequeo minucioso de que los aviones estaban en condiciones y aptos para volar, razón por la que se reanudaron los vuelos de los C-130. Recuerdo que aquí nuevamente insistí en que existiera la total certeza de que aquello era así, a lo que la FACh me dio seguridades de que los aviones volaban con todas las condiciones de seguridad.

“Es una de las cosas más tristes”

Espina también contó los pormenores de las labores de búsqueda y los ánimos al interior del Gobierno. Especialmente cuando el Hércules pasó de desaparecido a siniestrado.

—Fue un momento muy duro para todos constatar que habían 38 tripulantes del avión desaparecidos. Es una de las cosas más fuertes y tristes que a uno le toca enfrentar —confidenció.
“De haber ido un general, ese avión no hubiera despegado”

Tras más de tres años de investigación, el fiscal Campos formalizará el próximo 24 de febrero a los cuatro oficiales de la Fuerza Aérea. A todos ellos se les imputarán cargos por cuasidelito de homicidio con resultado múltiple.

Ciro Colombara y Aldo Díaz, dos de los abogados querellantes en la causa, apuntan directamente a la FACh como los responsables del hecho. Aseveran que el vuelo se hizo sólo porque iban personas de menor rango y de otras ramas de las Fuerzas Armadas.

—Después de conocer en detalle cómo ha funcionado la Fuerza Aérea en los últimos años, y especialmente el Alto Mando, conociendo los antecedentes de esta investigación, tenemos certeza absoluta que de haber ido en el avión Hércules un general del Alto Mando, ese avión nunca hubiera despegado.

Así las cosas, ambos juristas esperan que las responsabilidades no se circunscriban solamente al ámbito penal y sostienen que la búsqueda por justicia debe llegar hasta los escalafones superiores de la institución.

—(Se deben buscar) responsabilidades civiles, administrativas, responsabilidades éticas e internacional del Estado de Chile, si es que los hechos no son aclarados en su totalidad. Desde esa perspectiva, nosotros vamos a hacer todo lo necesario para que las responsabilidades penales lleguen al Alto Mando y para que se hagan efectivas, también, los otros tipos de responsabilidad —puntualizan.

“Insólito”

A su vez, los profesionales se mostraron sorprendidos por el hecho que la FACh no haya podido establecer las causas de la tragedia.

—Durante el curso de la investigación, lo que hemos podido constatar, especialmente a propósito del sumario que no arroja ningún resultado en cuanto a responsables, infracciones o errores, administrativas ni de ninguna naturaleza, es que esta investigación no ha tenido la colaboración de la Fuerza Aérea. Obviamente por instrucciones de su Alto Mando. Probablemente haya que investigar en su momento si hubo conductas derechamente de obstrucción a la justicia.

También comentan que les parece poco creíble o incluso insólito que la Fuerza Aérea no sea capaz de determinar las razones de la caída del Hércules. En ese sentido, plantean que cualquier línea área que registre dos accidentes graves con pocos años de diferencia entre sí, habría tenido que responder ante la justicia.

—Si hubieran caído con un lapso de tiempo de un par de años, dos aviones, del tamaño de los aviones que cayeron en Juan Fernández y camino a la Antártida, y hubieran muerto decenas o centenares de personas, esa línea aérea, sus directivos, altos ejecutivos e incluso sus accionistas, hubieran tenido que soportar algún tipo de responsabilidad penal, civil, o de otra naturaleza —esgrimen.

No obstante, Díaz y Colombara remarcan que pese a que la FACh ha tenido dos accidentes graves en un lapso de pocos años, nadie del Alto Mando ha respondido hasta ahora.

—Eso no resiste ningún análisis lógico y, por otro lado, mientras no se tome conciencia o no quede claro que la responsabilidad viene del Alto Mando, evidentemente no se van a producir cambios en el funcionamiento de la Fuerza Aérea y, en consecuencia, no es posible descartar que hechos como los que han ocurrido y han provocado muchísimas muertes, vuelvan a ocurrir en el futuro.


Declaración pública

    Consultada la FACh, declinaron profundizar en los detalles de la indagatoria expuestos en este reportaje. A través de una declaración pública indicaron que “consecuente con su actuar para este tipo de materias, no le corresponde (a la institución) referirse a las diligencias y procesos investigativos que está llevando a cabo el fiscal regional de Magallanes y de la Antártica Chilena”.

    “Asimismo, la institución hace presente su permanente colaboración con la justicia, en particular con esta investigación, para lo cual ha entregado oportunamente todos los antecedentes solicitados por el citado fiscal, a fin de contribuir a esclarecer los hechos ocurridos el 9 de diciembre de 2019 en el Mar de Drake”, agregaron.

    “Finalmente, es importante precisar que la Fuerza Aérea se mantiene colaborando con las familias afectadas en los requerimientos de apoyo social, legal, psicológico, entre otros aspectos, de acuerdo con la capacidad y alcance legal que tiene la institución para estos efectos”, concluyeron.



jueves, 4 de septiembre de 2025

Chile: Motín de pilotos en la FACh

"Había que realizar el vuelo de todas formas": motín en la FACh terminó con aviadores arrestados


Nicolás Parra Tapia ||D irector de la Unidad de Investigación de BioBioChile




20 funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile terminaron sancionados con tres días de arresto militar, luego de que se negaran a abordar un avión Hércules con destino a la Antártica. ¿La razón? Denunciaron —por escrito— malas condiciones en una de las naves C-130 de la FACh, el mismo tipo de máquina que protagonizó la tragedia del Mar de Drake en 2019, cuando 38 personas perdieron la vida en un accidente a bordo de un vuelo institucional.

De acuerdo a antecedentes a los que accedió la Unidad de Investigación de Bío Bío, los hechos se remontan al 15 de diciembre del año pasado cuando un grupo de técnicos y pilotos presentaron sendos informes ante sus superiores para solicitar que se les restara de la Campaña Polar Científica Conjunta Glaciar Unión 2024. Una misión que implicaba el transporte de carga y pasajeros a más de 3 mil kilómetros al sur de Punta Arenas, en pleno territorio antártico.

La falla

Según consta en los documentos oficiales a los que accedió este medio, los uniformados acusaron que el avión C-130, matrícula 995 —supuestamente elegida por la institución para el despliegue— presentaba discrepancias en sus indicadores de combustible. Un desperfecto que ya había presentado el siniestrado Hércules que cayó en 2019 mientras volaba al continente blanco. De ahí que varios de ellos se negaran a abordar el avión.

“Uno de los principales riesgos de operar en estas condiciones es un posible desbalance en los estanques de combustible, debido a la imposibilidad de monitorear de manera confiable la cantidad de combustible en los estanques principales”, declaró en su informe uno de los pilotos que había sido asignado para la misión.

“Una operación sostenida desde Punta Arenas a Glaciar Unión presenta un riesgo latente”, se quejó.

Un recuerdo latente

Los mismos argumentos se repitieron en la veintena de informes que presentaron los aviadores. En buenas cuentas, todos alertaron que una falla de esas características ponía en riesgo a toda la tripulación de la aeronave.

La tragedia de 2019 seguía latente. Sin ir más lejos, uno de los funcionarios dijo que no quería abordar el avión “debido al miedo que se encuentra presente en el recuerdo del siniestrado C-130 990”. Se trata de funcionarios que eran colegas y amigos de aquellos fallecidos en el Mar de Drake.

“El vuelo no cumple con los estándares mínimos de seguridad operacional”, escribió un segundo piloto destinado a la misión. “No se tiene certeza de la causa raíz de la falla, lo que podría traer mayores problemas en la eventualidad de nuevas variables que puedan acontecer en el desarrollo de la misión”, lo que puede “comprometer la seguridad de la operación de una forma mayor a lo previsto”, acotó.

Ambos funcionarios atestiguaron que pese a las fallas, la orden era que la misión debía concretarse de cualquier manera.

“La instrucción era realizar el vuelo de todas formas”, escribió, por ejemplo, un oficial capitán de bandada (CDB).

Tal como reveló un reportaje de BBCL Investiga, el avión siniestrado en 2019 en el Mar de Drake presentaba oscilaciones de combustibles en dos estanques. En aquel momento —según consta en las declaraciones publicadas por este medio— la respuesta de la institución fue la misma: “Ya informé, pero estos huevones quieren volar igual”, comunicó vía WhatsApp uno de los técnicos del Hércules siniestrado a uno de sus colegas, poco antes de morir en la tragedia. 

“Orden de muy alto riesgo”

Según contó un sargento segundo de la institución, la falla quedó en evidencia poco antes de la misión, durante un “vuelo logístico”.

“Se presentó discrepancia en los cuatro indicadores de cantidad de combustible de los estanques principales”, dijo. Por ello, se le ordenó realizar el “vuelo logístico” hacia Magallanes “con los indicadores de los tanques principales inoperativos”.

Otros funcionarios incluso fueron más allá. Según se lee en sus informes, la aeronave también presentaba fallas de presurización y que tenía “cables eléctricos en condiciones alejadas al estándar óptimo”. Este último desperfecto también fue detectado en el C-130 990, desaparecido en 2019.

—Por sus años de funcionamiento tenía su cableado en muy mal estado. Presentaba problemas desde que llegó desde EEUU en el 2014 o 2016. Es más, podría incluso indicar que junto a mi compañero de curso, Leandro Torti Lillo, fallecido en el accidente, nos quedábamos días tratando de arreglar problemas de cables que, dado el uso, se deshacían al momento de manipularlos… Completamente corroídos —atestiguó un funcionario ante la fiscalía tras la caída del Hércules.

“Bajo las condiciones meteorológicas de Punta Arenas y Glaciar Unión, lugares en donde la operación se llevará a cabo, sería un alto riesgo para las tripulaciones”, complementó uno de los uniformados respecto de la misión de 2024.

“La orden es de muy alto riesgo para la seguridad de la operación como la seguridad de la tripulación a bordo, incluso pudiendo tener resultados catastróficos”, se lamentó otro de los encomendados.

“Esta misión bajo estas condiciones pone en riesgo innecesario a la tripulación y compromete el éxito de la operación”, acotó, en tanto, un cabo segundo de la institución.
La reunión en la FACh

Ante la negativa de los funcionarios de abordar el avión, la FACh los convocó a una reunión ese mismo 15 de diciembre por la tarde. La cita tuvo como consecuencia que se decidiera no autorizar la operación de la aeronave y que algunos de los aviadores terminaran aceptando la misión.

Y aunque varios echaron pie atrás y de desdijeron de sus informes luego de ese encuentro, todos terminaron sancionados. Así consta en una resolución exenta de la Comandancia en Jefe de la Segunda Brigada Aérea de la FACh, documento en el que la institución desechó los argumentos de sus uniformados. En especial aquellas alegaciones que apuntaban a que se habría instruido “realizar el vuelo de todas formas”.

“Consta (…) que las discrepancias que presentaba el C-130 N°995 estaban siendo debidamente atendidas y analizadas”, afirmó la comandancia a través del escrito con el que selló los castigos.

En total, los 20 involucrados fueron sancionados con tres días de arresto militar:

“Con su conducta [contribuyeron] a un ambiente de desconfianza en las tripulaciones, afectando su disponibilidad para cumplir funciones propias del servicio, en el cumplimiento de una misión institucional”, se lee en el documento.

Y agregan: Quebrantaron y eludieron “sus deberes militares, produciendo una falsa alarma, desorden o confusión en las tripulaciones”.

jueves, 24 de julio de 2025

Crisis del Beagle: Guerra aérea entre Chile y Argentina

Crisis del Beagle: Análisis de resultados potenciales entre los principales activos de ambos bandos


El objetivo inicial de este artículo era simple: identificar las operaciones aéreas plausibles en el Teatro de Operaciones Austral (TOA) y delinear el desarrollo de una posible guerra aérea en esa hermosa región de nuestra Patagonia. La falta de enfrentamientos reales en dicho escenario sugería un ejercicio teórico: extrapolar el desempeño de diversas aeronaves en otros conflictos para, a través de paralelismos, anticipar su rendimiento en un entorno patagónico. Sin embargo, esta idea, aparentemente prometedora, empezó a trastabillar tras una revisión bibliográfica básica. De todos modos, dicho ejercicio intelectual está realizado someramente en la segunda parte de este articulo más abajo. Dados estos factores, el resultado de un combate aéreo podría favorecer a la aeronave con:

  • Mejor maniobrabilidad y velocidad si el enfrentamiento se reduce a un combate aéreo a corta distancia.
  • Los sistemas de armas más avanzados y las capacidades de guerra electrónica pueden inclinar la balanza en cualquier tipo de enfrentamiento.
  • La habilidad del piloto a menudo se convierte en el factor decisivo, especialmente en aeronaves de igual nivel.

En resumen, sin detalles específicos sobre la aeronave que se compara, el resultado probable dependerá de cuál de estos factores favorezca más a un bando sobre el otro. En el combate aéreo moderno, los enfrentamientos a menudo ni siquiera llegan a la etapa de combate aéreo, y los enfrentamientos BVR se resuelven mediante ataques con misiles mucho antes del contacto visual.

Evaluación de potencial combate aéreo entre un A-4 Skyhawk y un Hawker Hunter

Evaluar un hipotético combate aéreo entre el A-4 Skyhawk (operado por Argentina) y el Hawker Hunter (operado por Chile) sobre el Canal Beagle durante la Crisis del Beagle implica un análisis detallado de las características de la aeronave, la experiencia de los pilotos y el entorno táctico. A continuación, se incluye un desglose:


1. Características de la aeronave


A-4 Skyhawk (Argentina)

  • Función: Diseñado principalmente como avión de ataque, pero también capaz de combate aire-aire.
  • Maniobrabilidad: El A-4 es muy maniobrable, conocido por su pequeño tamaño y agilidad, lo que lo hace eficaz en combates aéreos, especialmente a bajas altitudes.
  • Velocidad: Velocidad máxima de aproximadamente 673 mph (Mach 0,9), más lento que el Hunter.
  • Armas: Normalmente está armado con dos cañones de 20 mm y podría llevar misiles Sidewinder para combate aire-aire.
  • Radar y aviónica: El A-4 carecía de capacidades de radar avanzadas en comparación con los cazas, y dependía más de la orientación visual.

Estos tipos de avión se hubiesen enfrentado en la Patagonia Austral: Dos Hawker Hunters y un A-4 Skyhawk.

Hawker Hunter (Chile)

  • Función: Diseñado como un caza a reacción transónico, el Hunter fue uno de los aviones de combate más exitosos y ampliamente utilizados de los años 1950 y 1960.
  • Maniobrabilidad: El Hunter era conocido por su excelente manejo y estabilidad, particularmente a altas velocidades y bajas altitudes, pero era ligeramente menos ágil que el A-4 a velocidades más bajas.
  • Velocidad: Velocidad máxima de aproximadamente 715 mph (Mach 0,94), lo que le daba una ligera ventaja en velocidad.
  • Armamento: Normalmente estaba armado con cuatro cañones ADEN de 30 mm y era capaz de llevar misiles Sidewinder, que eran superiores en alcance y precisión en comparación con los cañones más antiguos.
  • Radar y aviónica: El Hunter tenía un radar y una aviónica básicos, mejores que el A-4, pero no de vanguardia según los estándares de la época.

2. Experiencia de los pilotos

Durante la Crisis del Beagle, tanto Argentina como Chile contaban con pilotos altamente entrenados y con experiencia de combate en diversos conflictos. La competencia de los pilotos jugaría un papel crítico en cualquier enfrentamiento, particularmente en la maniobra y explotación de las fortalezas de sus respectivas aeronaves.

3. Tácticas y entorno

  • Geografía del canal Beagle: El canal Beagle es una región angosta y montañosa con patrones climáticos complejos, que podrían influir en el enfrentamiento. Ambas aeronaves necesitarían usar el terreno a su favor, lo que podría favorecer al A-4, más maniobrable, en combate cercano.
  • Alcance del enfrentamiento: La geografía angosta y montañosa podría limitar la efectividad de las tácticas BVR (más allá del alcance visual), empujando el enfrentamiento a un alcance más cercano donde las habilidades de combate aéreo y la maniobrabilidad serían cruciales.
  • Altitud: El Hunter podría tener una ventaja a mayores altitudes debido a su mayor velocidad, pero a altitudes más bajas, donde es probable que se produzca un combate a corta distancia, la maniobrabilidad del A-4 podría ser decisiva.


Pilotos chilenos de Cessna A-37B Dragonfly del Grupo de Aviación No. 12 durante la crisis del Beagle

4. Resultado hipotético de un combate aéreo

  • Combate inicial: si el combate comienza a una altitud media o alta, la velocidad y la estabilidad del Hunter podrían darle una ventaja inicial. Podría intentar atacar al A-4 con sus cañones o misiles Sidewinder antes de que el A-4 cierre la distancia.
  • Combate evolucionante: si el A-4 puede cerrar la distancia o atacar a altitudes más bajas, su maniobrabilidad superior podría permitirle superar al Hunter y ponerse en posición de disparar sus propias armas de manera efectiva.
  • Ventaja del terreno: el terreno complejo del Canal Beagle probablemente jugaría un papel importante. El A-4 podría usar el terreno para evadir los ataques del Hunter o para emboscarlo.
  • Armas y tecnología: los cañones más poderosos del Hunter y la aviónica ligeramente mejor podrían resultar decisivos en un combate cuerpo a cuerpo, particularmente si el A-4 no puede cerrar el rango de manera efectiva.



Evaluación final

  • Ventaja para el Hawker Hunter: la velocidad, la potencia de fuego y el radar del Hunter le dan una ligera ventaja, especialmente en un enfrentamiento frontal o a gran altitud.
  • Ventaja para el A-4 Skyhawk: el A-4 podría obtener la ventaja en un combate aéreo a corta distancia y baja altitud, donde su maniobrabilidad y la capacidad del piloto para aprovechar el terreno podrían permitirle superar en maniobrabilidad al Hunter.


Pilotos jóvenes posando frente a aviones de entrenamiento primario/ataque ligero camuflados Beechcraft T-34B Mentor. Pocos hubiesen sobrevivido a un ataque aéreo de la FAA.


Pilotos de De Havilland DH-115 Vampire del Grupo de Aviación No. 8 (FACh) Los Vampire eran auténticos ataúdes voladores con nunca capacidad de combate aéreo.


Conclusión: el resultado probablemente dependería de las condiciones iniciales del enfrentamiento. Si el Hunter pudiera mantener un combate rápido a gran altitud, podría asegurar una victoria. Sin embargo, si el Skyhawk pudiera forzar el combate a una altitud menor o usar el terreno a su favor, podría dar vuelta la situación. Dada la importancia equivalente de la habilidad del piloto y la ejecución táctica, este combate aéreo hipotético podría ir de cualquier manera, con un ligero favoritismo hacia el Hawker Hunter debido a sus ventajas tecnológicas y de velocidad.





Evaluación de potencial combate aéreo entre un F-86 Sabre y un Hawker Hunter


En un enfrentamiento hipotético entre el F-86-F Sabre (operado por Argentina) y el Hawker Hunter (operado por Chile) sobre el Canal Beagle durante la Crisis del Beagle, el resultado dependería de varios factores, incluidas las características de la aeronave, la experiencia del piloto, las tácticas y el entorno operativo. A continuación se presenta una evaluación detallada:

1. Características de la aeronave

F-86 Sabre (Argentina)

  • Función: El F-86 era un caza a reacción transónico, ampliamente considerado como uno de los mejores aviones de la era temprana de los reactores, particularmente famoso por su papel en la Guerra de Corea.
  • Maniobrabilidad: El Sabre era conocido por su excelente maniobrabilidad, particularmente a altitudes más altas y en un escenario de combate aéreo. Tenía reputación de ser ágil y receptivo, lo que lo hacía efectivo en combate cuerpo a cuerpo.
  • Velocidad: Velocidad máxima de aproximadamente 687 mph (Mach 0,92), ligeramente más lento que el Hunter.
  • Armas: Por lo general, estaba armado con seis ametralladoras M3 de calibre .50 o, a veces, con cañones, según la variante. Algunos modelos posteriores podían llevar misiles Sidewinder, aunque esto era menos común en el servicio argentino.
  • Radar y aviónica: La aviónica del Sabre era relativamente básica en comparación con los jets posteriores, centrándose más en enfrentamientos visuales y combates aéreos.

2. Experiencia del piloto

Tanto Argentina como Chile contaban con pilotos experimentados durante la Crisis del Beagle, muchos de los cuales se habían entrenado en condiciones similares y estaban familiarizados con las capacidades de sus aeronaves. La competencia de estos pilotos sería un factor crítico en el enfrentamiento, en particular para aprovechar las fortalezas de sus respectivas aeronaves.
 

Un Cessna A-37B Dragonfly en un segmento de ruta que conectaba Puerto Montt con aeropuerto El Tepual, en el sur de Chile, el 28 de diciembre de 1978. Este aeródromo hubiese sido blanco de ataques contra-aéreos de la FAA.

3. Tácticas y entorno

  • Geografía del canal Beagle: El terreno angosto y montañoso del canal Beagle probablemente obligaría a que los enfrentamientos se produjeran a altitudes más bajas, donde el entorno podría utilizarse en beneficio de una aeronave. El terreno podría beneficiar al F-86, más maniobrable, permitiéndole participar en combates aéreos a corta distancia.
  • Alcance de combate: La naturaleza cercana del canal Beagle podría limitar los enfrentamientos en BVR, llevando la lucha al rango visual, donde la destreza en combate aéreo de la aeronave sería primordial.
  • Altitud y velocidad: si bien el Hunter tenía una ventaja de velocidad, el entorno angosto y de baja altitud podría anularla, lo que hace que la maniobrabilidad y la habilidad del piloto sean más críticas.

4. Resultado hipotético de un combate aéreo

  • Combate inicial: si el combate comienza a mayor altitud, la ventaja de velocidad del Hunter podría permitirle iniciar el combate en sus propios términos. Sin embargo, la maniobrabilidad del Sabre podría permitirle evadir e intentar cerrar la distancia para un combate más favorable.
  • Combate evolucionante: en un combate aéreo a baja altitud, la maniobrabilidad superior del F-86 Sabre podría darle una ventaja, especialmente si la lucha se convierte en una batalla de giros donde la agilidad del Sabre entra en juego.
  • Comparación de armas: los cañones ADEN de 30 mm del Hunter son significativamente más poderosos que las ametralladoras calibre .50 del Sabre, lo que significa que si el Hunter puede asestar impactos, probablemente causaría más daño. Sin embargo, la agilidad del Sabre podría dificultarle al Hunter acertar esos tiros en un combate aéreo cerrado.

Durante la Guerra Indo-Pakistaní de 1965, los Hawker Hunter y los F-86 Sabre protagonizaron varios enfrentamientos aéreos destacados:

  1. 4 de septiembre de 1965:
    Una formación de tres F-86 Sabre pakistaníes, liderados por el Líder de Escuadrón Muhammad Mahmood Alam, se encontró con cuatro Hawker Hunter de la Fuerza Aérea India a baja altitud. En el combate que siguió, Alam afirmó haber derribado dos Hunters, aunque fuentes indias reconocen la pérdida de solo un avión.

  2. 4 de septiembre de 1965:
    En otro enfrentamiento, tres F-86 Sabre pakistaníes combatieron contra dos Hawker Hunter indios cerca de la Base Aérea de Halwara de la Fuerza Aérea India. Después de que el Líder de Escuadrón Sarfaraz Ahmed Rafiqui derribara un Hunter, llegaron cuatro Hunters indios más. En el combate aéreo a baja altitud que siguió, los pakistaníes reclamaron haber destruido cuatro Hunters, pero también perdieron dos Sabre, incluido el de Rafiqui, quien eyectó demasiado bajo y falleció.

  3. 7 de septiembre de 1965:
    El Líder de Escuadrón Muhammad Mahmood Alam, volando un F-86F Sabre, afirmó haber derribado cinco Hawker Hunter indios en una sola misión, con cuatro de estas bajas supuestamente ocurriendo en 30 segundos. Esta afirmación ha sido objeto de debate, ya que las fuentes indias disputan la cantidad de aviones perdidos.

Estos enfrentamientos reflejan la intensidad de los combates aéreos entre estos dos tipos de aeronaves durante el conflicto, con éxitos y pérdidas en ambos bandos.



Un caza Dassault Mirage IIIEA de la FAA, armado con un misil aire-aire Matra R.530 en la línea central.


Un Dassault Mirage 5M (renombrado IAI Dagger en Israel) mostrado cargado de bombas antes de una misión de entrenamiento.


Un Douglas A-4B Skyhawk


Un Douglas A-4C Skyhawk


Dos FMA IA-58 Pucará volando sobre el área de El Chaltén en la provincia de Santa Cruz.


Para 1978, la FAA todavía tenía en servicio unos 13 cazas North American F-86F Sabre, los cuáles serían dados de baja en 1986. Estos aviones estarían destinados a enfrentar a los Hawker Hunter gracias a las experiencias de las guerras indo-pakistaníes.


Los jets de entrenamiento avanzado/ataque ligero Morane-Saulnier M.S.760 Paris tendrían una muy larga carrera en la FAA. Adquiridos en 1958 solo serían dados de baja en 2006.


La Fuerza Aérea tenía siete Lockheed C-130E/H Hercules para 1978.


Para finales de los 1970s, la FAA tenía 11 Fokker F-27s en servicio que cubrían las rutas de LADE aparte de otras tareas


El venerable Douglas C-47 estaba todavía en servicio en la FAA en 1978. Catorce ejemplares permanecían en servicio hasta que fueron dados de baja en 1990.

Evaluación final

  • Ventaja para el Hawker Hunter: la velocidad, la estabilidad y la mayor potencia de fuego del Hunter le dan una ventaja en un enfrentamiento directo, especialmente si puede mantener una mayor altitud o ventaja de velocidad.
  • Ventaja para el F-86 Sabre: el Sabre podría obtener la ventaja en un combate aéreo a corta distancia y baja altitud, donde su agilidad y maniobrabilidad le permitirían superar en maniobras al Hunter, lo que podría compensar su armamento más ligero.




Conclusión: el resultado dependería en gran medida de las condiciones iniciales del enfrentamiento. Si el Hunter pudiera aprovechar su velocidad y potencia de fuego de manera efectiva, probablemente tendría la ventaja. Sin embargo, si el enfrentamiento se convirtiera en un combate aéreo a corta distancia en el complejo terreno del Canal Beagle, el F-86 Sabre podría aprovechar su maniobrabilidad para cambiar el rumbo. En general, el Hunter puede ser ligeramente favorito debido a su velocidad y potencia de fuego, pero las capacidades de combate aéreo del Sabre podrían convertirlo en una competencia reñida.




Evaluación de potencial combate aéreo entre un Mirage III y un Hawker Hunter


En un enfrentamiento hipotético entre el Mirage III (operado por Argentina) y el Hawker Hunter (operado por Chile) sobre el Canal Beagle durante la Crisis del Beagle, el resultado dependería de varios factores clave, incluidas las características de la aeronave, la experiencia del piloto, las tácticas y el entorno operativo. A continuación, se presenta un análisis de cómo podría desarrollarse dicho enfrentamiento:

1. Características de la aeronave


Mirage III (Argentina)

  • Función: El Mirage III es un avión de combate supersónico multifunción, capaz tanto de interceptar como de atacar a tierra. Fue uno de los cazas más avanzados de su tiempo y tuvo un papel destacado en muchas fuerzas aéreas de todo el mundo.
  • Maniobrabilidad: El Mirage III es conocido por su diseño de ala delta, que proporciona maniobrabilidad a alta velocidad y una rápida tasa de ascenso. Sin embargo, su ala delta también lo hace menos ágil a bajas velocidades y en giros cerrados en comparación con los diseños más convencionales.
  • Velocidad: El Mirage III tiene una velocidad máxima de alrededor de Mach 2,2 (1.450 mph), lo que lo hace significativamente más rápido que el Hawker Hunter. Esto le da una ventaja considerable en términos de velocidad y altitud.
  • Armamento: Normalmente está armado con dos cañones DEFA de 30 mm y es capaz de transportar misiles aire-aire como el Matra R530 o el más avanzado Matra R550 Magic. Estos misiles proporcionaron al Mirage III una ventaja significativa en el combate aire-aire.
  • Radar y aviónica: El Mirage III estaba equipado con un radar Cyrano, que, aunque no tan avanzado como los sistemas modernos, seguía siendo superior a la aviónica del Hunter, especialmente en términos de alcance y capacidades de combate.



Suboficiales mecánicos de la FACh, posando con un Hawker Hunter del Grupo de Aviación No. 9. La mayor parte de los Hunters estaban estacionados en el norte del país.



Hawker Hunter (Chile)

  • Función: Como se mencionó anteriormente, el Hunter es un caza a reacción transónico subsónico con fuertes características de rendimiento en los años 1950 y 1960. Maniobrabilidad: El Hunter es estable y confiable tanto a gran como a baja altitud, pero carece de la maniobrabilidad a alta velocidad de los jets supersónicos como el Mirage III. Sin embargo, sigue siendo un caza de combate capaz, especialmente a bajas velocidades.
  • Velocidad: Velocidad máxima de aproximadamente Mach 0,94 (715 mph), significativamente más lenta que la del Mirage III.
  • Armamento: Armado con cuatro cañones ADEN de 30 mm y capaz de llevar misiles Sidewinder, el Hunter tiene un gran poder, pero su velocidad subsónica limita su capacidad de atacar o desatacar a voluntad.
  • Radar y aviónica: La aviónica del Hunter es relativamente básica en comparación con el Mirage III, con menos alcance y capacidad.


Sabres derrotan a Hunters in la Segunda Guerra Indo-Pakistaní de 1965.


2. Experiencia del piloto

Tanto Argentina como Chile tenían pilotos bien entrenados durante la Crisis del Beagle. La habilidad de los pilotos jugaría un papel crucial, especialmente en maximizar las fortalezas de sus respectivas aeronaves.

3. Tácticas y entorno

  • Geografía del canal Beagle: El terreno complejo y montañoso del canal Beagle probablemente obligaría a los enfrentamientos a altitudes más bajas, donde la estabilidad del Hunter podría entrar en juego. Sin embargo, la velocidad superior y las capacidades de radar del Mirage III le permitirían dictar los términos del enfrentamiento.
  • Alcance del enfrentamiento: La capacidad del Mirage III de enfrentarse en BVR utilizando misiles guiados por radar podría ser decisiva. Si los pilotos del Mirage III pueden usar su velocidad superior y su radar para enfrentarse al Hunter antes de acercarse al alcance visual, tendrían una ventaja significativa.
  • Altitud y velocidad: La velocidad superior del Mirage III y su rendimiento a gran altitud le permitirían enfrentarse y desengancharse a voluntad, un factor importante en cualquier escenario de combate aéreo.



4. Resultado hipotético de un combate aéreo

  • Enfrentamiento inicial: El Mirage III, con su velocidad y sus misiles guiados por radar, probablemente intentaría enfrentarse al Hunter desde la distancia, aprovechando sus capacidades BVR. El Hunter, por otro lado, necesitaría acortar la distancia para poner en juego sus cañones o misiles de corto alcance.
  • Combate evolucionante: si el Hunter logra acortar la distancia, su maniobrabilidad a velocidades más bajas podría convertirlo en un oponente peligroso, particularmente en un combate aéreo. Sin embargo, las capacidades de alta velocidad del Mirage III y el potencial armamento de misiles aún le proporcionarían importantes opciones defensivas.
  • Ventaja del terreno: si bien el Hunter podría intentar usar el terreno a su favor, la velocidad y el radar del Mirage III probablemente le permitirían mantener la ventaja, eligiendo cuándo y dónde atacar.



Un piloto de caza de F-5E de la FACh (izquierda). Un avión Northrop F-5E Tiger II de la FACh volando sobre la cordillera (derecha). Para diciembre de 1978, sólo 3 con menos de 10 misiles AA se encontraban en servicio en todo el territorio chileno.

Evaluación final

  • Ventaja para el Mirage III: la velocidad, la altitud y las capacidades BVR superiores del Mirage III le dan una clara ventaja en la mayoría de los escenarios de enfrentamiento. Podría atacar al Hunter a distancia con misiles antes de que este pudiera ponerse en posición de usar sus cañones o misiles de corto alcance. Incluso en un combate aéreo, la velocidad del Mirage III podría permitirle retirarse si la lucha se volviera en su contra.
  • Ventaja del Hawker Hunter: los puntos fuertes del Hunter residen en el combate aéreo a corta distancia a bajas velocidades, donde es muy maniobrable y sus cañones son letales. Sin embargo, ponerse en esta posición contra el Mirage III, más rápido y mejor equipado, sería un desafío.


Conclusión: En un enfrentamiento hipotético sobre el Canal Beagle, el Mirage III probablemente dominaría debido a su velocidad, radar y capacidades de misiles. La capacidad de atacar desde la distancia y dictar los términos del enfrentamiento dejaría al Hunter en una desventaja significativa. Si bien el Hunter aún podría representar una amenaza si lograra acortar la distancia, el equilibrio general de poder favorecería al Mirage III, lo que lo convertiría en el vencedor más probable en un encuentro de ese tipo.




Enfrentamientos entre Mirage III/5 o IAI Nesher vs. Hawker Hunter:

  1. Guerra de los Seis Días (1967):

    • Durante este conflicto, los Mirage III israelíes se enfrentaron a varios Hawker Hunters operados por fuerzas árabes, particularmente de Jordania y Siria.
    • Resultado: Los Mirage III, con una ventaja en velocidad y capacidad de misiles aire-aire, lograron derribar a varios Hawker Hunters durante estos enfrentamientos, marcando una clara ventaja tecnológica.
  2. Guerra de Yom Kippur (1973):

    • En este conflicto, los Mirage 5 y los IAI Nesher (derivado del Mirage 5) de la Fuerza Aérea Israelí también se enfrentaron a cazas Hawker Hunter sirios.
    • Resultado: Los Mirage y Neshers israelíes tuvieron un desempeño superior, derribando varios Hawker Hunters, demostrando nuevamente su superioridad en combate aéreo.

Enfrentamientos entre Mirage III/5 o IAI Nesher vs. Northrop F-5A/F-5E:

  1. Guerra Irán-Irak (1980-1988):
    • En este conflicto, ambos bandos utilizaron cazas Mirage y Northrop F-5. La Fuerza Aérea Iraquí volaba Mirage F-1 y Mirage 5, mientras que Irán operaba F-5A y F-5E.
    • Resultado: Hubo enfrentamientos entre estos cazas, aunque los registros indican que las fuerzas iraquíes con Mirage tuvieron una ligera ventaja debido a la mayor capacidad de los Mirage 5 para portar armamento pesado y misiles avanzados, logrando varios derribos de F-5 iraníes.

Estos ejemplos destacan que en la mayoría de los enfrentamientos, los Mirage III/5 y sus variantes tuvieron la ventaja tecnológica y táctica, especialmente debido a sus mejores capacidades de misiles aire-aire y rendimiento en combate a gran altitud. Los F-5, aunque ágiles y más económicos, no lograron imponerse en enfrentamientos a larga distancia contra los Mirage.

Enfrentamientos entre Northrop F-5A/F-5E vs. MDD A-4 Skyhawk

Solo ocurrieron de manera simulada en los programas Top Gun y

Entrenamientos de Combate Aéreo Disimilar (DACT)

  • Propósito:
    El DACT implica entrenar a los pilotos en combates aéreos contra aviones diferentes de los que ellos operan, simulando adversarios potenciales para mejorar la preparación de combate.

  • Rol del F-5E Tiger II:
    El F-5E, con su agilidad y rendimiento, ha sido utilizado por los escuadrones adversarios de la Marina y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para emular cazas enemigos, notablemente al MiG-21. Su tamaño reducido y maniobrabilidad lo convierten en una plataforma eficaz para este rol.

  • Rol del A-4 Skyhawk:
    El A-4 Skyhawk también ha sido empleado como adversario en ejercicios, simulando diversas amenazas aéreas en los entrenamientos. Su diseño compacto y agilidad le permiten imitar eficazmente las características de vuelo de ciertos aviones enemigos.

Enfrentamientos de Entrenamiento

En los ejercicios DACT, los F-5E Tiger II y los A-4 Skyhawk se han enfrentado para brindar a los pilotos experiencia contra diferentes perfiles de aeronaves. Estos enfrentamientos están diseñados para probar y mejorar las habilidades de combate aéreo, las tácticas y la capacidad de adaptación de los pilotos.

  • Resultados:
    Los resultados de estos enfrentamientos varían según la habilidad del piloto, las tácticas empleadas y los objetivos específicos del entrenamiento. El objetivo principal no es determinar un "ganador" definitivo, sino mejorar la destreza en combate.

Resumen:

Aunque el F-5E Tiger II y el A-4 Skyhawk no se han encontrado en combate real, sus enfrentamientos simulados en entornos de entrenamiento han sido fundamentales para preparar a los pilotos para escenarios de combate aéreo reales. Ambos cazas son ampliamente maniobrables pero el F-5E Tiger tiene una envolvente combate superior.



Componentes principales de la envolvente de combate

  1. Velocidad (Eje horizontal)

    • Representa la velocidad del caza, generalmente medida en nudos, Mach o kilómetros por hora.
  2. Carga G (Eje vertical)

    • Indica la cantidad de fuerza gravitacional (G) que el avión puede soportar en maniobras. Los cazas modernos pueden alcanzar hasta 9 G o más, dependiendo de su diseño.
  3. Límites estructurales

    • La envolvente incluye las capacidades máximas y mínimas que el avión puede soportar sin comprometer su estructura:
      • Carga G positiva: Máximo que puede tolerar antes de sufrir daños estructurales.
      • Carga G negativa: Límite inferior, ya que los aviones suelen tolerar menos G negativos.
  4. Régimen de giro sostenido y máximo

    • Régimen de giro sostenido: La cantidad de grados por segundo que el avión puede girar sin perder energía (velocidad).
    • Régimen de giro máximo: Giro momentáneo que puede lograr, aunque puede causar pérdida de energía o velocidad rápidamente.
  5. Altitud

    • La envolvente de combate puede cambiar según la altitud, ya que la densidad del aire afecta el rendimiento aerodinámico y la potencia del motor.
  6. Zona de pérdida y maniobrabilidad restringida

    • La envolvente incluye las zonas donde el avión pierde sustentación o tiene maniobrabilidad limitada debido a baja velocidad o ángulos de ataque extremos.

Usos tácticos

  • Permite a los pilotos comprender las condiciones óptimas para maniobras defensivas, ofensivas o de escape.
  • Ayuda a identificar ventajas y desventajas en enfrentamientos contra otros cazas (comparando envolventes de combate).
  • Es crucial para planificar tácticas de combate aéreo, ya que determina las maniobras que el avión puede realizar en condiciones extremas.

Visualización

La envolvente de combate se representa gráficamente en un diagrama llamado diagrama de carga-G versus velocidad, que traza los límites operativos del avión.

Por ejemplo, un caza ágil como el F-5 tendrá una envolvente más amplia (mayor maniobrabilidad) que un avión de ataque menos especializado, como un A-4.

Factores que influyen en la envolvente

  • Carga útil: Armamento y combustible afectan el peso y, por ende, el rendimiento.
  • Condiciones ambientales: Altitud, temperatura y presión del aire.
  • Estado del avión: Mantenimiento y desgaste estructural.

La envolvente de combate es un concepto dinámico, ya que puede variar según el modelo del avión, el equipamiento y las condiciones operativas.


Costos


Para 1978, el A-4 Skyhawk era generalmente más caro que el A-37B Dragonfly debido a sus capacidades avanzadas, su diseño para operar desde portaaviones y su mayor complejidad.

Comparación de Costos (Aproximados)

  • A-4 Skyhawk: A finales de la década de 1970, el costo unitario de un A-4 Skyhawk era aproximadamente de $2–3 millones, dependiendo de la variante y la configuración.
  • A-37B Dragonfly: El A-37B Dragonfly era significativamente más barato, con un costo unitario de alrededor de $800,000–1.4 millones.

Factores Clave de la Diferencia:

  1. Diseño y Rol:

    • El A-4 Skyhawk era un avión de ataque ligero diseñado para operar desde portaaviones, con un diseño robusto para las operaciones de la Marina y el Cuerpo de Marines.
    • El A-37B Dragonfly era un avión más ligero y sencillo diseñado para misiones de contrainsurgencia (COIN) y apoyo aéreo cercano, lo que lo hacía más económico de construir.
  2. Tecnología y Características:

    • El Skyhawk tenía un sistema de aviónica más sofisticado y podía transportar una carga útil mayor, lo que contribuía a su mayor costo.
    • El Dragonfly fue diseñado para ser económico, utilizando sistemas más simples y un fuselaje más pequeño.

Por lo tanto, en términos de costo, el A-4 Skyhawk era el avión más caro por un margen significativo en 1978.



Combate aéreos sobre la región magallánica