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martes, 25 de febrero de 2025

SGM: Las impresionantes torres Flak alemanas

Las torres antiaéreas alemanas tenían muros de 3,5 metros de espesor

Nathan Cluett || Plane Historia



Durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi construyó una serie de formidables estructuras de defensa antiaérea conocidas como Flak Towers. Estos enormes edificios de hormigón fueron diseñados para proteger ciudades clave de los bombardeos aliados.

Cada torre servía como sólida plataforma de artillería antiaérea, centro de mando y refugio antiaéreo para civiles. Su importancia estratégica y su poderío arquitectónico las convertían en un elemento crucial de los esfuerzos defensivos de Alemania.

El papel estratégico de las torres antiaéreas

Las torres antiaéreas desempeñaron un papel fundamental en la estrategia de defensa aérea de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El despliegue estratégico de estas torres tenía como objetivo crear un escudo formidable sobre los principales centros urbanos e industriales.

Al concentrar la artillería antiaérea dentro de estas enormes estructuras, el ejército alemán buscó contrarrestar la abrumadora superioridad aérea de las fuerzas aliadas y proteger la infraestructura crítica de los bombardeos devastadores.


La «G-Tower» en Augarten, Viena. A la derecha se puede ver la parte superior de la «L-Tower». Crédito de la fotografía: C.Stadler/Bwag CC BY-SA 4.0.

La ubicación de torres antiaéreas en ciudades como Berlín, Hamburgo y Viena no fue casualidad. Estas ciudades albergaban instalaciones militares, industriales y gubernamentales esenciales para el esfuerzo bélico alemán.

En Berlín, las torres custodiaban el corazón político y administrativo de la capital, protegiendo edificios gubernamentales clave y centros de comunicación.

En Hamburgo, un importante puerto y centro industrial, las torres protegían astilleros, fábricas y depósitos de suministros cruciales para la economía de guerra. Las torres de Viena defendían importantes emplazamientos industriales y vías de transporte que eran vitales para el movimiento de tropas y suministros.

Cada complejo de torres antiaéreas, compuesto por una torre G y una torre L, formaba una unidad defensiva altamente coordinada. Las torres G, armadas con cañones antiaéreos pesados, proporcionaban la potencia de fuego principal.

Armas mortales

Estos cañones tenían un alcance de hasta 14 kilómetros y podían atacar a los bombarderos enemigos a altitudes superiores a los 10.000 metros. El fuego concentrado de múltiples torres creaba densas descargas antiaéreas, formando en la práctica un campo de minas aéreo que los bombarderos enemigos tenían que sortear.

Las torres L desempeñaron un papel crucial en la dirección de esta potencia de fuego. Equipadas con sistemas avanzados de radar, telémetros y computadoras de control de tiro, las torres L calculaban soluciones de disparo precisas para los cañones de las torres G.

Estos sistemas podían rastrear a los aviones enemigos, determinar su velocidad y altitud y predecir sus trayectorias de vuelo. El fuego coordinado desde múltiples torres G, guiado por la información de orientación de las torres L, maximizaba la eficacia de las defensas antiaéreas.

La disposición estratégica de las torres antiaéreas dentro de las ciudades también creó campos de fuego superpuestos. Este sistema de defensa en red garantizaba que cualquier avión enemigo que se acercara a una ciudad sería atacado desde varias torres simultáneamente.


Un FlaK 40 de 12,8 cm y su dotación.

Al obligar a los bombarderos enemigos a volar a mayores altitudes para evitar el intenso fuego antiaéreo, las torres redujeron la precisión de los bombardeos, minimizando así el daño a objetivos críticos en tierra.


Diseño y construcción

El arquitecto Friedrich Tamms y el ingeniero Leo Winkel fueron los artífices del diseño arquitectónico y estructural de estas torres. Concibieron las torres G y L para que funcionaran como una unidad defensiva integrada.

Las torres G, o Gefechtstürme, se dedicaban a operaciones de combate. Con una altura de unos 40 metros, estas torres tenían una planta cuadrada con lados de aproximadamente 70 metros.

Sus gruesos muros de hormigón, de hasta 3,5 metros, y techos reforzados con vigas de acero garantizaban resistencia ante explosiones de bombas e impactos directos.

Las Torres G albergaban varios niveles, cada uno de los cuales tenía una finalidad operativa distinta. La planta baja y las plantas intermedias albergaban el depósito de municiones, los alojamientos de la tripulación y las salas de operaciones, mientras que la plataforma del techo albergaba las baterías antiaéreas.

Estas baterías incluían normalmente ocho cañones FlaK 40 de 128 mm, capaces de disparar de 10 a 12 proyectiles por minuto. Esta configuración permitía a las G-Towers lanzar una andanada continua de fuego antiaéreo, lo que constituía una defensa formidable contra los bombarderos de gran altitud.

Torres L

Como complemento de las Torres G, las Torres L, o Leittürme, servían como centros de control de incendios. Aunque un poco más pequeñas, de unos 35 metros de altura, las Torres L eran igualmente robustas, con paredes de hormigón de grosor similar y estructuras reforzadas. Su función principal era dirigir el fuego desde las Torres G con precisión.

Para lograrlo, las Torres L albergaban equipos de radar avanzados, telémetros ópticos y computadoras de control de tiro electromecánicas. El sistema de radar Würzburg, por ejemplo, podía detectar y rastrear aviones enemigos a una distancia de hasta 40 kilómetros, y proporcionaba datos cruciales de orientación a los artilleros de las Torres G.

La construcción de las torres antiaéreas comenzó bajo una enorme presión, y la ejecución rápida fue una prioridad absoluta. La mano de obra forzada, principalmente de los territorios ocupados, desempeñó un papel importante en el proceso de construcción, trabajando junto con ingenieros y personal militar alemanes.

El uso de trabajadores forzados procedentes de campos de concentración y de instalaciones de prisioneros de guerra puso de relieve las brutales realidades de la guerra y la despiadada explotación de los recursos humanos por parte del régimen.

El hormigón, el material principal para las torres, tuvo que producirse y transportarse en grandes cantidades. Las obras funcionaron las 24 horas del día, con trabajadores vertiendo hormigón en enormes moldes de madera para formar paredes y pisos gruesos.

La urgencia del esfuerzo bélico requirió técnicas innovadoras para acelerar la construcción, como el uso de elementos prefabricados y el empleo de maquinaria especializada para levantar y posicionar componentes pesados.


Las torres L&G en Augarten, Viena. Crédito de la fotografía: Gerald Zojer CC BY-SA 3.0.

Diseño interno

La disposición interna de cada torre reflejaba una meticulosa atención a la eficiencia operativa y la defensa. Los pisos inferiores incluían áreas de almacenamiento para grandes cantidades de munición y suministros, lo que garantizaba operaciones sostenidas durante ataques aéreos prolongados.

Los cuarteles de la tripulación, ubicados en niveles intermedios, brindaban espacio para los soldados que custodiaban las torres, con áreas para dormir, comedores e instalaciones médicas. Estas disposiciones permitían la presencia continua de personal militar, listo para responder ante cualquier amenaza en cualquier momento.

Los niveles más altos de las Torres G contaban con plataformas abiertas donde se montaban los cañones antiaéreos. Estas plataformas ofrecían un amplio campo de tiro, lo que permitía a los cañones apuntar a los aviones que se acercaban desde cualquier dirección.

La disposición de los cañones en un patrón radial maximizaba la cobertura y la eficiencia de los disparos. Los parapetos protectores y los refugios blindados para las dotaciones de los cañones garantizaban su seguridad durante los intensos bombardeos, lo que les permitía mantener sus operaciones defensivas incluso bajo ataque directo.

Las Torres L, con sus equipos de radar y control de tiro, contaban con plataformas de observación y salas de operaciones cerradas. Estos espacios albergaban a los operadores de radar y a los oficiales de control de tiro, que trabajaban en conjunto para rastrear a los aviones enemigos y coordinar el fuego de las Torres G.

Las líneas de comunicación conectaban las torres, facilitando el intercambio de datos en tiempo real y la coordinación estratégica.


¿Eran efectivas las torres antiaéreas?

Cada complejo de torres antiaéreas formaba un nodo central en una red integrada de defensa aérea. Las torres G, con su artillería antiaérea pesada, creaban densas descargas antiaéreas que cubrían amplias franjas del espacio aéreo. Estas descargas consistían en proyectiles explosivos diseñados para detonar a altitudes predeterminadas, dispersando metralla que representaba una amenaza mortal para las aeronaves.

La intensidad del fuego obligó a los bombarderos enemigos a volar a mayores altitudes, lo que redujo su precisión de bombardeo y limitó el daño que podían infligir a las ciudades y objetivos industriales alemanes.

A pesar de las formidables defensas que proporcionaban las torres antiaéreas, los aliados adaptaron sus tácticas para mitigar su impacto. Las formaciones de bombarderos comenzaron a volar a mayores altitudes y a adoptar rutas de vuelo más evasivas para evitar las descargas antiaéreas.


Alemania fue objeto de enormes bombardeos diurnos y nocturnos. Las torres antiaéreas eran un intento de defenderse de estos ataques.

También intensificaron sus campañas de bombardeo, desplegando mayores cantidades de bombarderos en oleadas concentradas para abrumar las defensas.

Además, los avances en la tecnología de bombardeo, como el desarrollo de sistemas de orientación más precisos, permitieron ataques más efectivos contra las torres y su infraestructura circundante.


Desafíos para los aliados

Sin embargo, la presencia de las torres antiaéreas seguía complicando las misiones de bombardeo aliadas y el impacto psicológico en las tripulaciones aéreas aliadas era significativo.

Saber que tenían que navegar a través de los mortíferos campos antiaéreos creados por estas torres añadió una capa de estrés y peligro a sus misiones.

Las torres obligaron a los planificadores aliados a asignar más recursos para contrarrestar la amenaza antiaérea, desviando la atención de otros objetivos estratégicos.

La eficacia operativa de las torres antiaéreas iba más allá de sus capacidades antiaéreas: servían como centros de mando y control para operaciones de defensa aérea más amplias, coordinándose con otras baterías antiaéreas e interceptores de cazas.

Los sistemas de comunicación de las torres facilitaron el intercambio de información en tiempo real, mejorando la capacidad de respuesta y la coordinación generales de las defensas aéreas alemanas. Este enfoque en red permitió un despliegue más eficiente de los activos defensivos, optimizando la cobertura y la eficacia del sistema de defensa aérea.


Los tres tipos diferentes de Torres G.

La presencia de torres antiaéreas en las principales ciudades también supuso un estímulo moral para la población alemana. Estas imponentes estructuras simbolizaban resiliencia y protección, y reforzaban la idea de que el régimen estaba tomando medidas activas para defender a sus ciudadanos.

Durante los ataques aéreos, miles de civiles buscaron refugio en los profundos sótanos de las torres, que estaban diseñados para resistir las explosiones de bombas. Esta doble función, como fortalezas defensivas y refugios civiles, puso de relieve la eficacia operativa multifacética de las torres antiaéreas.

Refugios para civiles

Cada torre antiaérea podía albergar a miles de civiles y ofrecer seguridad frente a los bombardeos aéreos que causaban destrucción en muchas ciudades alemanas.

Los refugios estaban ubicados en los niveles inferiores y en los sótanos profundos de las torres, protegidos por gruesos muros de hormigón y techos reforzados capaces de soportar el impacto directo de las bombas. Esta robusta construcción garantizaba la seguridad de los civiles que se encontraban en el interior incluso cuando las torres eran objeto de duros ataques.

Las zonas de refugio se planificaron meticulosamente para ofrecer no solo seguridad, sino también una sensación de normalidad y comodidad en medio del caos. Las habitaciones estaban equipadas con bancos y literas, lo que permitía a la gente sentarse o acostarse durante los ataques aéreos, que a veces podían durar horas.

Se instalaron instalaciones sanitarias básicas, como retretes y lavabos, para mantener la higiene y reducir el riesgo de enfermedades en condiciones de hacinamiento. Los sistemas de ventilación garantizan un suministro de aire fresco, fundamental para evitar la asfixia y mantener la moral.


La Torre G de Heiligengeistfeld en 2006.

Las instalaciones médicas dentro de las torres eran otro aspecto fundamental de los refugios civiles. Entre ellas había puestos de primeros auxilios atendidos por personal médico que podía tratar las heridas sufridas durante los ataques aéreos.

Las salas médicas estaban repletas de suministros como vendajes, antisépticos y otros equipos médicos esenciales. Esta preparación permitió responder de inmediato ante cualquier víctima, asegurando que los heridos recibieran atención inmediata.

En las torres antiaéreas también se almacenaban alimentos y agua para abastecer a los civiles durante las estancias prolongadas. Entre estas provisiones se encontraban alimentos enlatados, pan y otros productos no perecederos, además de grandes tanques de agua.

El objetivo era prepararse para situaciones en las que las personas pudieran necesitar permanecer refugiadas durante períodos prolongados, en particular si el área circundante estaba gravemente dañada y no era posible una evacuación inmediata.
Impacto psicológico

El impacto psicológico de los refugios en las torres antiaéreas fue profundo. Saber que había un refugio seguro durante los ataques aéreos tranquilizaba a la población civil. Las torres simbolizaban protección y resiliencia, y reforzaban la moral incluso cuando la devastación de la guerra se intensificaba.

Las familias trajeron pertenencias personales para hacer más llevadero su refugio temporal, fomentando un ambiente comunitario.

El espacio del refugio estaba bien organizado, con procedimientos de entrada para gestionar el flujo de personas de manera eficiente, evitando el pánico y el hacinamiento. Los encargados del refugio designados, a menudo voluntarios de la comunidad, mantenían el orden y brindaban asistencia.


Torre AG Torre Flak en construcción en 1942.

Guiaron a los civiles a áreas designadas, distribuyeron alimentos y agua e hicieron cumplir las reglas de refugio.

El uso de torres antiaéreas como refugios tuvo implicaciones estratégicas. Proporcionar lugares seguros para los civiles permitió a las autoridades mantener la normalidad y continuar la producción en tiempos de guerra.

Los trabajadores podían refugiarse durante los bombardeos y regresar rápidamente a sus puestos, lo que reducía al mínimo el tiempo de inactividad en las fábricas y las instalaciones esenciales. Esta continuidad era vital para sostener el esfuerzo bélico.

Sin embargo, la vida en los refugios era complicada. Las condiciones de hacinamiento generaban estrés y ansiedad, especialmente durante las redadas prolongadas.

El ruido constante de las armas antiaéreas y las bombas aumentaba la tensión. A pesar de las medidas de comodidad y seguridad, el costo psicológico de los repetidos ataques aéreos era considerable, y las familias se apiñaban atemorizadas y sentían profundamente los horrores de la guerra.

De la posguerra

Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas victoriosas se enfrentaron al desafío de enfrentarse a las torres antiaéreas. Estas estructuras, profundamente arraigadas en el tejido urbano de ciudades como Berlín, Hamburgo y Viena, planteaban un dilema.

Su robusta construcción, con muros de hasta 3,5 metros de espesor, hizo que su demolición fuera una tarea ardua y costosa. En muchos casos, los aliados optaron por dejar las torres en pie, en parte debido a la inmensa dificultad de quitarlas y en parte por la enorme magnitud de la reconstrucción necesaria en otras partes de Europa devastada por la guerra.

Por ejemplo, las torres antiaéreas de Berlín plantearon importantes desafíos para su demolición. Los esfuerzos por demoler la Torre del Zoológico, ubicada en el Zoológico de Berlín, provocaron importantes daños en la zona circundante sin destruir por completo la estructura.

La gran cantidad de explosivos necesarios para desmantelar estas fortalezas planteaba riesgos de seguridad y dificultades logísticas. Por ello, muchas de las torres de Berlín se mantuvieron en su sitio y se convirtieron en imponentes reliquias del pasado.

En Hamburgo surgieron desafíos similares. La ciudad, fuertemente bombardeada durante la guerra, requirió importantes esfuerzos de reconstrucción y los recursos se destinaron a menudo a necesidades más inmediatas.

Nuevos usos

Algunas de las torres antiaéreas fueron demolidas parcialmente, mientras que otras permanecieron intactas y fueron absorbidas gradualmente por el entorno urbano. Con el tiempo, estas estructuras comenzaron a encontrar nuevos usos, reflejando el cambio del paisaje y las necesidades de la ciudad.

Viena ofrece quizás la reutilización más variada e imaginativa de las torres antiaéreas. En el período de posguerra, la ciudad reconvirtió varias de sus torres en aplicaciones civiles. La torre del parque Esterhazy, por ejemplo, se convirtió en la Haus des Meeres, un acuario y atracción pública.

Esta transformación no solo preservó el significado histórico de la estructura, sino que también la integró a la vida cultural y recreativa de la ciudad. Otra torre en Viena se convirtió en un centro de datos, aprovechando su sólida construcción y sus características de seguridad para albergar infraestructura de tecnología e información sensible.


Una torre en Viena que ahora se utiliza como muro de escalada. Crédito de la foto: Joanna Merson CC BY-SA 4.0.

La conservación y adaptación de estas torres en Viena pone de relieve una tendencia más amplia hacia el reconocimiento del valor histórico y arquitectónico de las Torres Antiaéreas. Con el paso del tiempo, las actitudes hacia estas estructuras evolucionaron.

Lo que antes se consideraba un recordatorio sombrío de un capítulo oscuro de la historia pasó a ser considerado un importante artefacto histórico y una oportunidad para su reutilización creativa. Este cambio permitió una reconciliación del pasado bélico de las torres con las necesidades urbanas contemporáneas.

Además de su reutilización práctica, algunas torres antiaéreas se han convertido en lugares históricos y educativos. En Berlín, por ejemplo, la torre antiaérea de Humboldthain ha sido excavada parcialmente y abierta al público.

Las visitas guiadas permiten a los visitantes explorar el interior de la torre, lo que permite conocer su construcción, su papel en tiempos de guerra y las experiencias de quienes buscaron refugio entre sus muros. Estas visitas sirven como un recordatorio conmovedor del impacto de la guerra en la ciudad y sus habitantes, lo que fomenta una comprensión más profunda de la historia.


viernes, 29 de noviembre de 2024

PGM: La defensa aérea de la metrópolis británica

Defensa aérea de Gran Bretaña entre 1917-18




La Transformación de la Guerra Aérea: Un Relato de Innovación y Conflicto


En Londres, durante el turbulento verano de 1917, se estaban gestando decisiones que cambiarían para siempre la conducción de la guerra aérea. El 17 de agosto de ese año, un comité liderado por el teniente general Jan Smuts presentó un informe crucial al Gabinete de Guerra sobre la organización de la fuerza aérea. Este informe visionario recomendaba la creación de un Ministerio del Aire para centralizar y gestionar todos los aspectos relacionados con la guerra aérea, e instaba a la fusión de los dos servicios aéreos existentes en una única fuerza con disciplina y estructura propias. "Quizás no esté lejano el día", decía el informe, "en que las operaciones aéreas, con su devastadora capacidad de destrucción de tierras enemigas y centros industriales, se conviertan en la forma principal de guerra, relegando a las operaciones militares tradicionales y navales a un segundo plano".

Este informe, que anticipaba la importancia creciente de la guerra aérea, resultó en la creación del Ministerio del Aire el 2 de enero de 1918, aunque no sin intensas disputas entre los diferentes servicios militares. Al día siguiente, se formó el primer Consejo del Aire, con Lord Rothermere como el primer Secretario de Estado del Aire, y el general Sir Hugh Trenchard como Jefe del Estado Mayor Aéreo. Así se dieron los primeros pasos hacia la creación de la Royal Air Force (RAF), la primera fuerza aérea independiente del mundo.

Simultáneamente, durante el invierno de 1917-1918, las defensas aéreas británicas fueron reorganizadas para enfrentar una nueva y mortífera amenaza: los bombarderos Gotha del escuadrón Kagohl 3 del Alto Mando alemán. Estos bombarderos, impulsados por motores Mercedes de 260 hp, podían llevar una carga letal de bombas y volar a una altitud de 16,000 pies, lo que los convertía en un objetivo difícil para los aviones de combate británicos.

El primer ataque masivo de los Gotha contra Gran Bretaña tuvo lugar el 25 de mayo de 1917, cuando 23 de estos aviones bombardearon Folkestone, matando a 95 civiles e hiriendo a 195. Aunque setenta aviones británicos intentaron interceptar la incursión, solo dos lograron establecer contacto, y muchos Gothas escaparon indemnes.



A medida que la guerra avanzaba, los Gotha comenzaron a realizar ataques nocturnos, y se unió a ellos un bombardero aún más formidable: el Zeppelin Staaken R-Type, conocido como "Riesenflugzeug" o "avión gigante". Este coloso, con sus cuatro motores Mercedes y capacidad para transportar una bomba de 2,200 libras, era una amenaza temible para los objetivos británicos. Para contrarrestar esta amenaza, las defensas británicas se reorganizaron, asignando zonas específicas para la artillería antiaérea y los aviones de patrulla, y desplegando globos que arrastraban cortinas de cables de acero como barreras defensivas.

El 28 de enero de 1918, trece Gothas y dos Riesenflugzeuge atacaron Londres en un bombardeo nocturno, causando la muerte de 67 civiles e hiriendo a 166 más. Uno de los momentos más dramáticos de esa noche ocurrió cuando el Gotha tripulado por el teniente Friedrich von Thomsen fue derribado por dos pilotos de Sopwith Camel del Escuadrón No 44, después de un intenso combate aéreo. Este enfrentamiento fue uno de los muchos que demostraron la creciente efectividad de las defensas británicas.

Sin embargo, la guerra aérea estaba lejos de terminar. La noche siguiente, tres de los cuatro gigantescos Riesenflugzeuge enviados por los alemanes lograron llegar al sur de Inglaterra. Aunque varios de estos colosos sufrieron daños y fueron perseguidos por cazas británicos, lograron completar su misión y regresar a sus bases, dejando tras de sí una estela de destrucción.

La batalla aérea sobre Gran Bretaña en 1917 y 1918 no solo marcó un punto de inflexión en la Primera Guerra Mundial, sino que también anticipó el papel central que la aviación militar jugaría en los conflictos futuros. Con cada combate, los británicos aprendían y mejoraban sus tácticas, enfrentándose a una amenaza que parecía imparable pero que, finalmente, fue contenida por la valentía y la innovación de sus pilotos y defensores. Esta lucha titánica en los cielos sentó las bases para lo que vendría, y el nacimiento de la Royal Air Force fue solo el comienzo de una nueva era en la guerra moderna.





viernes, 13 de octubre de 2023

Cómo el Iron Dome protege a Israel

Cómo la cúpula de hierro de Israel protege al país

Iron Dome lanza misiles para interceptar cohetes disparados desde la Franja de Gaza el 13 de mayo de 2021. Foto AP de Ariel Schalit.

En 2006, después de vivir en Maryland durante dos años, Chanoch Levin regresó a su Israel natal . Mientras estaba en Estados Unidos, Levin, un ingeniero de armas, había trabajado como consultor para el ejército estadounidense, ayudando a desarrollar contramedidas contra las bombas colocadas en las carreteras en Irak. Ahora, de vuelta en casa, pronto se encontraría trabajando para combatir un tipo de amenaza muy diferente como ingeniero principal de un proyecto que llegaría a conocerse como Iron Dome.

La Guerra del Líbano de 2006, librada entre Israel y el grupo militante libanés Hezbollah, comenzó pocas semanas después del regreso de Levin a casa. Durante el conflicto de 34 días, los combatientes de Hezbollah lanzaron casi 4.000 cohetes desde el sur del Líbano sobre la frontera israelí. Muchos de esos cohetes cayeron en zonas pobladas, mataron a decenas de civiles y provocaron que más de un cuarto de millón de personas huyeran de sus hogares. 

Levin, que vivía con su familia en el norte de Israel, donde se produjeron la mayor parte de los bombardeos, sobrevivió ileso a la guerra, pero la experiencia lo dejó conmocionado. El ingeniero de armas que había en él comprendió que Israel necesitaba urgentemente mejorar sus defensas aéreas. Entonces, cuando una empresa gubernamental llamada Rafael Advanced Defense Systems le ofreció un trabajo haciendo precisamente eso, aceptó sin dudarlo.

Iron Dome lanza un misil desde Ashkelon, Israel, para interceptar un cohete lanzado desde la Franja de Gaza el 5 de julio de 2014. Foto AP de Tsafrir Abayov.

¿Qué es la cúpula de hierro y cómo funciona?

El proyecto para el que Rafael contrató a Levin finalmente produjo Iron Dome , el primer sistema de defensa aérea de su tipo. Móvil, sofisticado y costoso, con un costo aproximado de 100 millones de dólares por batería en 2012, el sistema fue diseñado específicamente para neutralizar andanadas enteras de misiles poco sofisticados de corto alcance. 

En 2011, Iron Dome derribó su primer cohete enemigo. El sistema ha interceptado miles más en los años posteriores y hasta la fecha cuenta con una tasa de éxito de aproximadamente el 90%. ¿Entonces, cómo funciona?

Una forma de describirlo es como un campo de fuerza de una película de ciencia ficción (más específicamente, para todos ustedes, nerds de Frank Herbert, como el escudo de Holtzman en Dune ). Compuesto por múltiples baterías, cada una equipada con tres o cuatro lanzadores que pueden contener hasta 20 misiles interceptores Tamir, está diseñado para derribar cohetes de corto alcance y proyectiles de artillería con destino a áreas pobladas. 

Agentes de policía y bomberos israelíes inspeccionan un automóvil dañado por la metralla de un misil disparado por militantes en la Franja de Gaza. El sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro interceptó el misil sobre Holon, Israel, el 18 de noviembre de 2012. Foto AP de Oded Balilty.

Como muchos otros sistemas de defensa aérea, una batería Iron Dome en pleno funcionamiento tiene tres características principales: radar, una unidad de comando y control y lanzadores remolcados por camiones armados con misiles interceptores.

Iron Dome se basa en el radar multimisión ELM 2084 para detectar cohetes entrantes de corto alcance y luego rastrearlos a través del cielo. El ELM 2084 puede detectar más de 1.000 objetivos simultáneamente. La información clave sobre el objetivo, como su velocidad y trayectoria, se transmite al sistema de control de gestión de batalla de Iron Dome, o BMC, que luego activa sus lanzadores para disparar la cantidad necesaria de misiles interceptores Tamir para destruir toda la salva. Los sensores y las aletas ayudan a maniobrar el interceptor hacia un proyectil entrante antes de que su ojiva disparada por proximidad explote y derribe al proyectil con él.

La selectividad también es clave para la alta tasa de éxito de Iron Dome. A principios de 2021, Israel tenía 10 baterías operativas. Eso significa que los israelíes podrían tener cientos de misiles listos para disparar en cualquier momento dado, pero no los lanzan de cualquier manera. El sistema no apunta a todos los cohetes y proyectiles de artillería que ingresan al espacio aéreo de Israel, sólo a los que se dirigen a áreas pobladas. De esta manera, Iron Dome no gasta decenas de miles de dólares derribando cohetes que se dirigen al desierto.

El ejército de los EE. UU. prueba una batería Iron Dome en el campo de misiles White Sands, Nuevo México, en junio de 2021. Foto del ejército de los EE. UU. de Darrell Ames.

¿Cuál es el papel del sistema de defensa aérea?

Históricamente, Hezbollah ha disparado cohetes hacia el norte de Israel desde el sur del Líbano. Hamás y la Jihad Islámica atacan periódicamente a Israel desde la Franja de Gaza. Aunque los sistemas de armas utilizados por estos grupos militantes rebeldes son rudimentarios e inexactos, han acumulado suficiente potencia de cohetes para alcanzar la mayor parte de Israel e infligir muchos daños.

Ahí es donde entra en juego Iron Dome. Aborda la amenaza muy real, aunque específica, de los bombardeos con misiles de corto alcance. Sin embargo, esta es una parte del mundo que tiene una gran cantidad de otras amenazas, y Iron Dome no es un sistema de defensa aérea que lo abarque todo. Por ejemplo, una batería puede proteger aproximadamente 60 millas cuadradas -un área ligeramente más grande que Jerusalén- pero sólo puede interceptar proyectiles una vez que estén dentro de un alcance de 45 millas.

Debido a sus limitaciones, la Cúpula de Hierro es sólo una pieza del aparato multicapa de defensa aérea y antimisiles de Israel. Sistemas como el David's Sling y la familia Arrow de misiles antibalísticos, que están diseñados para neutralizar amenazas de medio a largo alcance, se utilizan junto con Iron Dome para formar un campo de fuerza más completo.

Brigada de la Fuerza Aérea de EE. UU. El general Jeremy Sloane, comandante del ala 36th, se reúne con soldados del ejército asignados a la Brigada de Artillería de Defensa Aérea 38th durante una operación para probar la Cúpula de Hierro en el Sitio Armadillo, Guam, el 17 de noviembre de 2021. Foto de la Fuerza Aérea de EE.UU. por el Sargento del Estado Mayor . Divino Cox.

¿Tiene Estados Unidos una cúpula de hierro?

De hecho, Estados Unidos posee ahora dos baterías Iron Dome. (Durante años, solo Israel tuvo el sistema completo). Las dos baterías propiedad de Estados Unidos fueron compradas por el Ejército en 2019 como recurso provisional para defenderse de los misiles de crucero de lento movimiento. La primera batería se entregó a finales de 2020 y la segunda un par de meses después. A principios de 2023, ambos están ubicados en la Base Conjunta Lewis-McChord en Washington.

En la época en que se compraron las baterías, el Ejército también consideró la Cúpula de Hierro para su defensa permanente contra los misiles de crucero. Sin embargo, Estados Unidos finalmente optó por otro sistema, en parte porque el fabricante no quiso revelar el código fuente de Iron Dome. Sin el código, Estados Unidos no podría integrar completamente el arma en su arquitectura de defensa aérea y antimisiles.

Lo más probable es que Israel tenga la intención de mantener en secreto para siempre ciertas partes de la tecnología de Iron Dome. Lo cual es comprensible. Si cierta información cayera en manos equivocadas, los enemigos de Israel podrían descubrir cómo derrotar a la Cúpula de Hierro. Entonces, ingenieros como Levin tendrían que volver a la mesa de dibujo y encontrar una nueva forma de combatir una amenaza que no parece que vaya a desaparecer pronto


lunes, 19 de junio de 2023

US Army operativiza su Iron Dome

Defensa aérea: Cúpula de Hierro estadounidense operativa

Strategy Page




Estados Unidos e Israel resolvieron sus diferencias sobre el uso de dos baterías Iron Dome que los estadounidenses compraron pero no pudieron usar porque Israel se negó a proporcionar el código fuente de Iron Dome que exigió USA. lo necesitaba para integrar el sistema en las redes de defensa aérea estadounidenses. Los estadounidenses e israelíes tardaron casi tres años en lograr una solución que ambos consideraran aceptable.

En 2020, el Ejército de EE. UU. se encontró en una situación embarazosa después de gastar mil millones de dólares para comprar dos baterías de defensa antimisiles Iron Dome (Cúpula de Hierro) de Israel. El problema fue que el ejército se negó a poner en servicio sus sistemas Iron Dome porque Israel se negó a entregar el código fuente del novedoso sistema anti-cohetes/mortero. El ejército dijo que necesitaba el código fuente para que Iron Dome formara parte del sistema de defensa aérea del ejército. No existe tal sistema integrado y, si existiera, el código fuente sería innecesario ya que una API (interfaz de programación de aplicaciones) podría vincular un sistema con otros.

El ejército también expresó dudas sobre poder usar Iron Dome en otros países, como Irak o Afganistán, sin código fuente. Pero Israel había vendido docenas de baterías Iron Dome a clientes de exportación como Azerbaiyán, República Checa, India, Rumania y Singapur con posibles ventas a la OTAN, Corea del Sur y (muy discretamente) Arabia Saudita. La venta a la República Checa dependía de que Iron Dome fuera capaz de integrarse en el sistema de defensa aérea de la OTAN, que incluye muchos sistemas diferentes. Eso se hizo con una API. La venta a Singapur, al igual que la posible (o ya completada) venta a Arabia Saudita, se manejó de manera confidencial para no enojar a las naciones musulmanas cercanas. Singapur tiene que preocuparse por Malasia e Indonesia y Arabia Saudita tiene muchos más vecinos musulmanes potencialmente ofendidos. Tales ventas no son del todo secretas. Iron Dome no puede disfrazarse como otra cosa y una nación musulmana, Azerbaiyán, ya había comprado abiertamente Iron Dome sin efectos diplomáticos negativos. La venta a la República Checa significa que Iron Dome se "integraría" con las naciones cercanas de la OTAN que utilizan los sistemas de defensa aérea estadounidenses.

Oficiales del Ejército de los EE. UU. protestaron porque su situación era de alguna manera diferente. Existe cierto desacuerdo sobre cómo y por qué esta situación es diferente. El ejército de los EE. UU. ha sido criticado durante mucho tiempo por descuidar la defensa aérea. Esto era cierto y había razones prácticas para esa actitud. La Fuerza Aérea de EE. UU. obtuvo el dominio aéreo, que es un paso adelante de la "superioridad aérea", hacia el final de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, desde 1945 hasta ahora, nadie ha podido dañar seriamente las fuerzas terrestres estadounidenses desde el aire. Las tropas estadounidenses han sufrido pérdidas debido a los ataques aéreos, pero estos fueron incidentes de fuego amigo cuando se llamó a los aviones de la fuerza aérea para brindar apoyo aéreo cercano. Hasta el desarrollo de las bombas inteligentes, dicho apoyo aéreo siempre implicaba algún riesgo para las tropas apoyadas. Después de que terminó la Guerra Fría en 1991, las fuerzas terrestres estadounidenses se encontraron cada vez más vulnerables a los ataques con misiles y cohetes. El “dominio aéreo” provisto por el poderío aéreo estadounidense fue menos efectivo contra estos y el ejército fue presionado cada vez más por el público (a través del Congreso) para desarrollar defensas más efectivas contra esta nueva amenaza desde el aire. El sistema de adquisiciones del ejército no tiene un gran historial en situaciones como esta y es especialmente resistente a la obtención de sistemas extranjeros, incluso algunos como Iron Dome que han sido probados en combate y una solución obvia a problemas muy reales con la defensa de las bases estadounidenses en Irak, Afganistán.

El ejército, bajo la presión del Congreso, dijo que pondría en servicio los dos sistemas Iron Dome. Las baterías Dome llegaron en 2020 y se capacitó a un centenar de soldados para operar el equipo. El ejército admitió que, si se solicita, sus baterías Iron Dome, o al menos una de ellas, podrían estar listas para desplegarse antes de finales de 2020.

Todavía existe el misterio de por qué el ejército de los EE. UU. estaba tan decidido a intentar obligar a Israel a entregar el código fuente. Estados Unidos probó con éxito los sistemas Iron Dome que obtuvo anteriormente para su evaluación. Los israelíes señalan que no han compartido el código fuente de Iron Dome (y muchas otras cosas similares) con nadie. Además, Estados Unidos ha tenido mucho menos éxito guardando secretos que Israel. El Ejército de EE. UU. está bajo presión para usar Iron Dome en lugares como Irak, donde las bases estadounidenses están siendo atacadas con cohetes disparados por milicias iraquíes respaldadas por Irán. Israel incluso modificó Iron Dome en 2016, a pedido de Estados Unidos, para que también pudiera derribar vehículos aéreos no tripulados.

Hubo una propuesta estadounidense para realizar una competencia para evaluar otros sistemas que pueden hacer lo que hace Iron Dome. El problema era que no hay otros sistemas de este tipo y los israelíes pensaron con razón que la demanda del código fuente de la Cúpula de Hierro por parte del ejército de los EE. UU. era solo para que el gobierno de los EE. UU. y los contratistas de defensa estadounidenses pudieran aplicar ingeniería inversa y crear un sistema competitivo fabricado en los EE. UU.

Lo que hace que Iron Dome sea único, además del hecho de que funciona, es el uso de dos radares para calcular rápidamente la trayectoria del cohete entrante y no hacer nada si la trayectoria del cohete indica que aterrizará en un área deshabitada. Pero si las computadoras predicen que un cohete caerá en un área habitada, uno (o a menudo dos para estar seguros) se disparan misiles guiados Tamir de $ 50,000 para interceptar el cohete. Esto y el hecho de que el sistema de control de fuego Iron Dome puede rastrear cientos de misiles entrantes a la vez hace que el sistema sea rentable. Hasta ahora, Iron Dome ha derribado alrededor del 85 por ciento de los cohetes que calculó que se dirigían a áreas pobladas. Los misiles Tamir utilizados por Iron Dome pesan 90 kg y tienen un alcance de 70 kilómetros contra cohetes, proyectiles de mortero y proyectiles de artillería de hasta 155 mm. Iron Dome también puede derribar aviones y helicópteros que estén operando a una altitud de hasta 10 kilómetros (32,000 pies). El software Iron Dome incluye la capacidad de integrar rápidamente un nuevo "mapa" que indica las áreas que deben protegerse y otras áreas donde se puede permitir que el cohete o proyectil aterrice sin causar daño. Los clientes de exportación están satisfechos con el funcionamiento de esto. Algunos críticos han puesto en duda la eficacia real de Iron Dome. Sin embargo, las pérdidas humanas y de propiedad se desplomaron precipitadamente una vez que el Iron Dome estuvo en servicio y las personas protegidas quedaron satisfechas. Los clientes de exportación están satisfechos con el funcionamiento de esto. Algunos críticos han puesto en duda la eficacia real de Iron Dome. Sin embargo, las pérdidas humanas y de propiedad se desplomaron precipitadamente una vez que el Domo de Ir0n estuvo en servicio y las personas protegidas quedaron satisfechas. Los clientes de exportación están satisfechos con el funcionamiento de esto. Algunos críticos han puesto en duda la eficacia real de Iron Dome. Sin embargo, las pérdidas humanas y de propiedad se desplomaron precipitadamente una vez que el Domo de Ir0n estuvo en servicio y las personas protegidas quedaron satisfechas.

Ha habido sistemas en competencia. En 2008, mientras Iron Dome todavía se estaba desarrollando y faltaban varios años para que entrara en servicio, Hamas en Gaza estaba aumentando la cantidad de cohetes y proyectiles de mortero disparados hacia el sur de Israel. En ese momento, se dispararon varios cientos de cohetes y proyectiles de mortero al mes contra el sur de Israel. Muchos israelíes habían notado que los estadounidenses y los británicos ya estaban usando un sistema anti-cohetes efectivo; ATESTAR. Esta es una versión modificada del sistema Phalanx de la Marina de los EE. UU., que se diseñó originalmente para proteger a los buques de guerra de los misiles antibuque. Tal como se diseñó originalmente, encendía Phalanx cada vez que era probable que se disparara un misil antibuque contra el barco. El radar Phalanx puede detectar misiles entrantes a unos 5.000 metros, y el cañón de 20 mm es efectivo a unos 2.000 metros. Con los misiles entrantes moviéndose hasta varios cientos de metros por segundo, puede ver por qué Phalanx está configurado en automático. No hay mucho tiempo para la intervención humana, por lo que Phalanx debe encenderse y configurarse para detectar y disparar automáticamente a los misiles entrantes. Pero los ingenieros de armas descubrieron que Phalanx también podía eliminar proyectiles de artillería de 155 mm entrantes. Esta capacidad es lo que condujo a C-RAM. Israel consideró comprar C-RAM para brindar cierta protección a las ciudades en la frontera de Gaza, pero decidió no hacerlo porque Iron Dome estaba cerca de estar operativo, lo que ocurrió en 2011. 

Desde 2003 ha habido dos modificaciones principales de Phalanx. En uno, el Phalanx se adaptó para su uso en tierra, para derribar cohetes entrantes. Esto se hizo mediante el uso de un radar de detección de artillería más grande, que dirige a Phalanx para disparar a los proyectiles de mortero y cohetes entrantes. No todo el material entrante se ve afectado, pero casi el 80 por ciento sí lo está, y eso es muy útil. El segundo mod era para uso a bordo y cambia el software para que Phalanx pueda usarse contra embarcaciones pequeñas, especialmente contra las de tipo suicida.

En 2007, Gran Bretaña compró un sistema C-RAM para proteger su base aérea en el sur de Irak. Un sistema C-RAM Phalanx, que puede cubrir unos cuatro kilómetros de frontera, cuesta $8 millones y fue efectivo para defender bases. Lo que no pudo hacer con eficacia fue defender las largas fronteras que Israel tenía que vigilar en el norte (Líbano y Siria) y el sur (Gaza).

C-RAM usa proyectiles de alto explosivo de 20 mm que detonan cerca del objetivo, rociándolo con fragmentos. Cuando estos fragmentos llegan al suelo, por lo general son demasiado pequeños para herir a alguien. Al menos esa ha sido la experiencia en Irak. El Phalanx original usó proyectiles de uranio empobrecido de 20 mm para cortar los misiles entrantes. Phalanx dispara proyectiles a una velocidad de 75 por segundo. Otra ventaja de C-RAM es que hace un ruido distintivo cuando dispara, advirtiendo a las personas cercanas que se está produciendo un ataque con morteros o cohetes, lo que brinda a las personas la oportunidad de agacharse si están fuera de casa.

El primer C-RAM se envió a Irak a fines de 2006, para proteger la Zona Verde de Irak, la gran área en Bagdad convertida en una base estadounidense. Se descubrió que C-RAM podía derribar entre el 70 y el 80 por ciento de los cohetes y proyectiles de mortero disparados dentro del alcance de su cañón. No está mal, ya que solo tomó alrededor de un año desarrollar C-RAM. Mientras tanto, se estaba desarrollando otra versión, que utilizaba un láser de alta potencia, en lugar del cañón de 20 mm, pero nunca alcanzó la eficacia suficiente para entrar en servicio. Para 2008, había casi 900 sistemas Phalanx en uso, incluidos algunos en buques de guerra israelíes. La mayoría no ha obtenido estas modificaciones de software que permiten que el cañón derribe cohetes y proyectiles, así como misiles antibuque entrantes.

Desde 2011, cuando entró en servicio el Iron Dome, Israel ha progresado en el desarrollo del Laser Dome, un Iron Dome de menor alcance (dos kilómetros) que utiliza rayos láser en lugar de cohetes. Laser Dome está destinado a reforzar Iron Dome, no a reemplazarlo. Se ha desarrollado un misil de mayor alcance (más de 100 kilómetros) para Iron Dome que permite que una batería proteja un área más grande. Laser Dome se usaría contra objetivos clave que podrían estar sujetos a un ataque abrumador de cien o más cohetes a la vez. Iron Dome no puede lanzar suficientes misiles para defenderse de tal ataque, pero Laser Dome podría manejarlo ya que puede disparar muchos más rayos láser en menos tiempo que Iron Dome puede disparar misiles de mayor alcance. Laser Dome se convirtió en Iron Beam y se introdujo en 2023, Iron Beam entrará en servicio en 2025, como parte de los sistemas Iron Dome. Iron Beam tiene un alcance de hasta diez kilómetros, dependiendo del tamaño del objetivo. Los objetivos más grandes a menudo requieren más de una dosis de Iron Beam antes de que se deshabiliten. Iron Bean no se queda sin municiones mientras su fuente de alimentación siga funcionando. El sistema de control de incendios permite que Iron Beam identifique y alcance objetivos rápidamente.

La clave del éxito de Iron Dome es su software y la insistencia de EE. UU. en tener acceso a él se considera una prueba de lo esencial y valioso que es ese software. Los israelíes insisten en mantenerlo en secreto.





jueves, 18 de agosto de 2022

¿Por qué es tan difícil defenderse de los misiles de crucero?

Por qué es tan difícil defenderse de los misiles de crucero

Una conferencia reciente plantea la pregunta: ¿Qué tipo de amenaza representa este tipo de armas para los Estados Unidos?
Por Kelsey D. Atherton || Popular Science




Este sistema actualizado de radar de alerta temprana se encuentra en California. Cortesía del Departamento de Defensa / Cameron Hunt



El 14 de julio, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, DC realizó una conferencia de un día basada en una amenaza específica: ¿Qué pasa si, en el futuro, la guerra llega a los Estados Unidos a través de misiles de crucero? Señalando los nuevos desarrollos en la tecnología de misiles de crucero y las limitaciones de los sistemas de alerta temprana existentes que se centran en las trayectorias de arco alto de los misiles balísticos, la conferencia del CSIS y el informe adjunto sugieren que para defender a los Estados Unidos continentales de tal amenaza, las fuerzas armadas debe adaptar y desplegar el tipo de defensas de misiles de crucero que se utilizan actualmente como armas regionales.A diferencia de los misiles balísticos, que forman un arco en el espacio antes de viajar de regreso a la Tierra, los misiles de crucero vuelan cerca del suelo, lo que dificulta que los radares en tierra que apuntan hacia el espacio los vean.

La amenaza percibida de los nuevos misiles de crucero está impulsada por los desarrollos tecnológicos que ocurren en todo el mundo, ya que los nuevos materiales, la mejor aerodinámica y los sensores sofisticados y los sistemas de guía hacen posible el despliegue de armas, como los misiles hipersónicos , que en su mayoría eran solo teóricos hace décadas.

Para Estados Unidos, el desarrollo de bombarderos de largo alcance en la década de 1940, seguido por el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales, hizo añicos la noción de que las enormes distancias de los océanos Atlántico y Pacífico eran suficientes para proteger a Estados Unidos continental de un ataque directo. (Durante la Segunda Guerra Mundial, los territorios de EE. UU. en el Pacífico fueron atacados directamente, pero el único ataque de largo alcance en los 48 estados se produjo en forma de globos incendiarios lanzados por Japón a la corriente en chorro y llevados a EE. UU. )

Con cargas útiles atómicas y luego termonucleares, los bombarderos y los misiles de largo alcance amenazaron con una devastación a una escala sin precedentes, y Estados Unidos construyó un elaborado sistema de sensores de alerta temprana enfocados en detectar señales tempranas de lanzamiento, y amplió su primer sistema en el mundo. arsenal nuclear para disuadir el ataque. El Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) está dirigido tanto por Canadá como por los Estados Unidos, y mantiene una serie de radares y otros sensores diseñados para detectar ataques tempranos en el Ártico o en otros lugares. (Cada diciembre, NORAD destaca su existencia rastreando a Santa Claus, convirtiendo un sistema diseñado para detectar el olvido en una tradición navideña amigable para los niños ).

En la conferencia celebrada por CSIS, se discutió la amenaza de los misiles de crucero como una forma en que otros países podrían atacar a los Estados Unidos que es difícil de detectar empleando las medidas existentes centradas en ICBM. También se considera difícil de disuadir mediante la amenaza de represalias nucleares, ya que se supone que si un misil de crucero con una ojiva convencional destruye un edificio o mata a personas en los Estados Unidos, el presidente no respondería de inmediato con un ataque nuclear.

“Saben, nuestros adversarios están construyendo rangos diversos y expansivos de modernos sistemas de misiles ofensivos, y los vemos, los vemos en las noticias todos los días”, dijo al panel Stan Stafira, arquitecto jefe de la Agencia de Defensa de Misiles del Pentágono. “Son capaces de maniobrar a mitad de camino y en las fases terminales de su vuelo, como maniobrar vehículos de reentrada, múltiples vehículos de reentrada independientes, vehículos de planeo hipersónico y misiles de crucero”.

Parte del atractivo más amplio de las armas hipersónicas para naciones como Rusia, China y Estados Unidos es que la velocidad y las trayectorias de los misiles los hacen más difíciles de detectar que los misiles balísticos intercontinentales. El arco balístico de los misiles balísticos intercontinentales significa que el lanzamiento es visible para el radar mientras aún está ascendiendo, una vez que despeja la línea del horizonte. Mientras tanto, tanto los vehículos de planeo hipersónicos como los misiles de crucero hipersónicos, que viajan a Mach 5 o más, están diseñados para volar por debajo de ese horizonte de radar, con el misil de crucero manteniendo una trayectoria cercana a la tierra y el vehículo de planeo volando en la alta atmósfera.

“Quiero afirmar que creemos absolutamente que la disuasión nuclear es la base de la defensa del territorio nacional”, dijo el teniente general AC Roper, subcomandante del Comando Norte, la parte del ejército estadounidense responsable de América del Norte. “Sin embargo, también debemos tener opciones de disuasión creíbles por debajo de los umbrales nucleares, opciones que permitan un enfoque equilibrado de disuasión por negación y disuasión por castigo o imposición de costos”.

La disuasión, en su forma más sencilla, es una estrategia de hacer una gran amenaza con una condición: un país declara públicamente que lanzará armas nucleares a otro si le lanza armas nucleares, con el efecto previsto de que ninguno de los países lance armas nucleares. Pero debido a que es poco probable que se conozca la carga útil de un misil de crucero, que podría ser nuclear o convencional, a diferencia de los misiles balísticos intercontinentales, que siempre son nucleares, hasta el impacto, los generales como Roper preferirían tener una variedad de armas con las que responder.

La defensa antimisiles es una de esas opciones, y EE. UU. ya emplea algunas formas. Parte de cualquier sistema de defensa antimisiles son los sensores, como un radar especialmente enfocado, que puede detectar ataques entrantes y luego rastrear esas armas a medida que viajan. Estos radares luego envían esa información de seguimiento a los interceptores, que son misiles lanzados para volar y destruir el misil atacante entrante. Disparar misiles a otros misiles es un problema difícil porque una amenaza entrante llega a gran velocidad y porque el cálculo de costos puede favorecer a un atacante. Interceptores, como misiles Patriot de corto alcance o interceptores balísticos de mayor alcance, suelen ser más caros que los misiles que interceptan. Y a diferencia de los interceptores, que tienen que impactar con precisión para funcionar, los misiles lanzados en ataque pueden desplegar señuelos o contramedidas para redirigir a los interceptores, o en su lugar pueden dispararse en un volumen mayor, abrumando a los interceptores por pura ventaja numérica.

“El costo resultante de 20 años para proporcionar incluso una defensa ligera de una vasta área osciló entre $ 77 mil millones y $ 466 mil millones”, se lee en el informe del CSIS , que cita un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso que estudia una variedad de opciones de defensa contra misiles de crucero. “La considerable variación de costos se debe a las combinaciones alternativas de sensores e interceptores y a los diferentes tiempos de advertencia deseados de 5 o 15 minutos”.

lunes, 28 de marzo de 2022

Defensa aérea: Alemania interesada en el Iron Dome 3 israelí

¿Qué costes y consecuencias tendría una “Cúpula de Hierro” alemana?

Globes


El portavoz de política de defensa de la facción de la Unión en el Bundestag, Florian Hahn (CSU), pide la compra de sistemas de defensa antimisiles basados ​​en el modelo israelí. En concreto, habla de “una Cúpula de Hierro para Berlín” y de que se puede esperar que Putin “en su manía de tiranía haga cualquier cosa”, dijo Hahn al diario “Bild” el domingo.

“Con nuestros recursos actuales, no podríamos proteger eficazmente nuestra capital del lanzamiento de cohetes”, explicó Hahn. Estima los costes en 10.000 millones de euros.


El domingo pasado, el canciller Olaf Scholz (SPD) anunció un aumento masivo del gasto militar en respuesta al ataque ruso a Ucrania.

Se creará un fondo especial único de 100 000 millones de euros para este fin en el presupuesto federal de 2022. Además, más del dos por ciento del producto interior bruto se invertirá en defensa cada año.

Por obvio que parezca, la sugerencia de Hahn no solo recibe aprobación. El miembro del Bundestag Canan Bayram (Verdes), por ejemplo, escribe en Twitter que una Cúpula de Hierro “ciertamente no sería una solución para Berlín”. Hahn está acusado de estar cerca del lobby de las armas debido al avance.



Según "Bild am Sonntag", el canciller Olaf Scholz ha discutido la adquisición de sistemas de defensa antimisiles israelíes.

Tras la invasión rusa de Ucrania y su amplio uso de misiles para atacar objetivos allí, el gobierno alemán está considerando la compra de sistemas de defensa antimisiles de Israel en un futuro próximo, según un informe publicado hoy en el periódico alemán "Bild am Sonntag". Según el informe, el asunto fue discutido en una reunión entre el canciller Olaf Scholz y el general Eberhard Zorn, jefe de defensa del Ministerio de Defensa de Alemania.

El informe afirma que los dos hombres discutieron la posibilidad de que Alemania compre el sistema Iron Dome de Israel para la defensa contra cohetes de corto alcance, y también su sistema Arrow 3 para la defensa contra misiles balísticos. Arrow 3 aún está en desarrollo en Israel, pero ha demostrado sus capacidades en una serie de pruebas exitosas. Según el informe, aún no se ha tomado ninguna decisión al respecto en Alemania.

Los legisladores alemanes han pedido en el pasado que Alemania compre el sistema Iron Dome de inmediato. Andreas Schwarz, del Partido Socialdemócrata de Scholz, quien habla por el partido en asuntos de defensa, dijo a "Bild am Sonntag", "Debemos defendernos mejor contra la amenaza rusa. Para eso, necesitamos un paraguas protector para toda Alemania". El sistema israelí Arrow 3 es una buena solución".



Según estimaciones en Alemania, la adquisición del sistema -si es posible desde el punto de vista de EE.UU. e Israel, que lo están desarrollando- costará al menos dos mil millones de euros. Los alemanes estiman que podría estar operativo para 2025. Las fuentes del periódico estimaron que el potente radar "Green Pine" del sistema se desplegaría en tres lugares de Alemania, desde donde se enviarían los datos al Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de las Fuerzas Aéreas de la OTAN en Uedem. en el oeste del país. Los lanzadores de interceptores de misiles estarían estacionados en varios lugares de Alemania.

Las fuentes de defensa que hablaron con el periódico dijeron que el radar era tan potente que también podía detectar lanzamientos de misiles en Rumania, Polonia y los países bálticos. Estos países podrían comprar interceptores de forma independiente, con Alemania proporcionando la imagen del radar. "Podríamos 'extender' el uso del sistema entre los países vecinos", dijo Schwarz, "y Alemania jugaría así un papel central en la seguridad europea".

¿Qué es realmente una Cúpula de Hierro?

El “Iron Dome” (cúpula de hierro) es un sistema de defensa móvil diseñado para proteger contra el fuego de cohetes. Fueron desarrollados por el contratista de defensa estatal Rafael Advanced Defense Systems.

La cúpula consta de unidades técnicas que consisten en un radar, una unidad de control y tres lanzadores, cada uno con 20 misiles. El dispositivo de radar detecta proyectiles aún en el aire.

Luego, el sistema transmite la información a un lanzador de misiles y se lanza un misil interceptor. De esta manera, los misiles enemigos deben ser rechazados mientras aún están en el aire.




Las primeras “cúpulas” de este tipo se instalaron en 2011 en la ciudad del desierto israelí de Beersheva. En Israel, las “Cúpulas de Hierro”, de las que se dice que hay unas diez estacionadas en todo el país, impidieron recientemente el lanzamiento de cohetes en el conflicto Israel-Gaza.

¿Cuáles serían los costes para Alemania?

La mayor crítica de la “Cúpula de Hierro” del lado israelí es el alto costo. Se dice que el valor total de la "Cúpula de Hierro" es de alrededor de 375 millones de dólares estadounidenses, según la investigación de ZDF, cada cohete interceptor individual cuesta alrededor de 50,000 dólares estadounidenses. A veces se disparan varios cohetes al mismo tiempo. Esta es otra razón por la que Israel ahora quiere introducir un sistema de defensa mucho más barato que utiliza láseres, el “Iron Beam”.

El debate sobre un nuevo sistema de defensa antimisiles para Alemania no es nuevo. Alemania está utilizando actualmente el sistema "Patriot" de la compañía de armas estadounidense Raytheon, y las negociaciones para un nuevo sistema de defensa, el llamado sistema de defensa aérea táctica (TLVS), se llevan a cabo desde hace algún tiempo.

Para la “Cúpula de Hierro para Berlín” exigida por el portavoz de la facción de la Unión, Hahn, el “Berliner Zeitung” habla de un coste de unos 10.000 millones de euros. Una sola batería cuesta alrededor de $ 50 millones.

¿Este dispositivo ofrece la protección necesaria?

En Israel, el año pasado se evitaron numerosos ataques desde la Franja de Gaza con la ayuda de la “Cúpula de Hierro”. Según informes de Bayerischer Rundfunk, se dice que los sistemas de defensa interceptaron más de 2.000 misiles a principios de 2021.

El ejército de Israel dice que un total del 90 por ciento de los cohetes disparados desde la Franja de Gaza son interceptados. Sin embargo, no hay información verificable de forma independiente al respecto. En Israel, la buena defensa probablemente se deba a otros dispositivos contra ataques, como los bunkers. (con AFP, dpa)

Fuente: Tagesspiegel