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viernes, 23 de marzo de 2018

Nuevos materiales para el J-20 lo harían más furtivo

El nuevo caza furtivo de China utiliza materiales poderosos con geometría que no se encuentra en la naturaleza

Los metamateriales pueden hacer que el J-20 hace que sea una fuerza electromagnética furtiva adicional.
Por Jeffrey Lin y P.W. Singer | Popular Science




¿PUEDES VERME?El J-20 se está desplegando en unidades de élite de la FAELP. Es probable que use metamateriales para aumentar la furtividad y el rendimiento electromagnético.

El nuevo caza de China, el J-20, usa una combinación de sigilo y enlaces de datos para competir con los mejores luchadores del planeta. Ahora, los medios estatales dicen que el país también es metamaterial de producción masiva para el avión, lo que podría convertirlo en una fuerza electromagnética.

¿Qué son los metamateriales? En este caso, estamos hablando de metales compuestos y plásticos que usan geometría artificial para influenciar las longitudes de onda de la radiación electromagnética, así como las ondas y los sonidos elásticos. Algunos metamateriales construidos usando nanotecnología también se pueden usar como materiales de super resistencia. De hecho, los metamateriales ópticos ya se han utilizado para demostrar la invisibilidad al "redireccionar" la luz visible a su alrededor para evitar la reflexión, de ahí su frecuente referencia a la popular ficción de "camuflaje" en Star Trek y Harry Potter. (No se han demostrado escudos de camuflaje de la vida real).


China Metamateriales State Key Laboratory of Electromagnetic Modulation Technology
METAMATERIALESLos materiales compuestos crean propiedades electromagnéticas que no se encuentran en ningún lugar de la naturaleza. Según los informes, el Laboratorio Estatal de Tecnología de Modulación Electromagnética, con sede en Shenzhen, produce más de 100.000 pies cuadrados de material al año.

Es probable que los metamateriales del J-20 se utilicen como antenas y absorbentes, dado que las instalaciones que los hacen se especializan en tecnología electromagnética. Las antenas metamateriales pueden aumentar la potencia radiada, lo que da como resultado un radar de mayor alcance y más preciso, así como potentes bloqueadores y enlaces de datos. A su vez, al ajustar sus estructuras, los absorbedores metamateriales pueden diseñarse para absorber rangos de longitud de onda específicos, como los de los radares de los cazas y misiles enemigos. Es probable que dichos absorbentes se coloquen en áreas que probablemente reflejen ondas de radar, como los bordes de las canards, las puertas de los compartimentos para armas y las boquillas de los motores.

Además, los metamateriales optimizados para la radiación infrarroja pueden mejorar la sensibilidad de los sensores infrarrojos del J-20 para rastrear misiles y aeronaves. O, en cantidades suficientemente grandes, los metamateriales podrían reducir la propia firma de infrarrojos del luchador.

La próxima generación de metamateriales de la aviación china podría aumentar aún más el sigilo, mejorar las comunicaciones, los sensores y el atasco, e incluso aligerar el peso del fuselaje. Yang Wei, diseñador jefe del J-20, le dijo al People's Daily que China ya está estableciendo los requisitos para una sexta generación de seguimiento del J-20. Al igual que la plataforma futurista Penetrating Counter Air de la Fuerza Aérea de EE. UU., también incluirá muchos más metamateriales.

miércoles, 29 de julio de 2015

SGM: Aviones de caseína

Aviones fabricados con leche en la Segunda Guerra Mundial

Por Guillermo Carvajal - La Brújula Verde



Hace relativamente pocos años muchos supermercados empezaron a cobrar por las bolsas de plástico, en un intento de disuadir al cliente de utilizarlas y abogando por una reutilización de bolsas más resistentes y duraderas. De ese modo se aseguraban varias cosas, como ahorrarse el coste de las bolsas que el cliente ya no usa, ofrecer una imagen más ecológica, y al mismo tiempo hacer que contribuyamos con un granito de arena a la sostenibilidad.

El caso es que de todo el petróleo que se extrae en el mundo, apenas un 5 por ciento se utiliza anualmente para fabricar plásticos. Y de ese 5 por ciento, una mínima parte se emplea para fabricar bolsas de plástico. Aun así, todo cuenta.

Existen muchas clases de plásticos, porque en realidad el término define a muchos tipos de materiales sintéticos que tienen una característica concreta: la plasticidad. Por ello se pueden obtener plásticos, no sólo del petróleo, sinó también de otros materiales, tanto naturales como sintéticos.

Son los naturales los que nos interesan ahora. Estos pueden obtenerse de elementos orgánicos como la celulosa, la caseína o el caucho. Aquí entrarían por ejemplo el celuloide, el celofán o la goma. Y más concretamente el que nos interesa es la caseína.

La caseína (del latín caseus que significa queso) es una proteína presente en la leche y sus productos derivados. Se utiliza para unir productos alimentarios de modo que se mantengan compactos y no se disgreguen. Tanto derivados lácteos como carnes, pan o productos de repostería incluyen caseína. Pero con ella también se fabrica pegamento, pintura y plásticos.

De hecho una simple búsqueda en internet da como resultado un buen montón de webs que explican un sencillo experimento escolar por el cual se puede fabricar plástico en casa utilizando leche.

Que es donde queríamos llegar. El método para obtener pástico de la caseína fue patentado por Krisch y Spitteler en Alemania en 1899. Y los primeros artefactos construídos con este tipo de pásticos, al que se le dió el nombre de Galalith, se presentaron en la Exposición Universal de París de 1900.

En los años siguientes se produjo el auge de este tipo de plásticos, y ya en 1915 la Reina de Inglaterra pudo comprar varias piezas de joyería fabricadas a partir de caseína en la Fería de la Industria Británica de ese año.


Muestrario de colores de plásticos obtenidos de la caseína

Su uso se extendió tanto que incluso durante la Segunda Guerra Mundial los aviones, que ya incorporaban numerosas piezas realizadas en plástico, también llevaban algunas cuyo origen era leche. Y la cola empleada en pegar las piezas del aparato también provenía de la caseína.

Sin embargo la producción de plástico de caseína fue decayendo progresivamente a partir de los años 50, y para 1962 todas las fábricas europeas habían dejado de producirlo. Su éxito se centró casi exclusivamente en Europa, ya que en Estados Unidos apenas tuvo desarrollo, al igual que en Rusia.

La caseína fue considerada como el más hermoso de los plásticos en su tiempo, debido a la gran variedad de colores en que podía ser producido, y al peculiar acabado que se obtenía mediante el uso de abrasivos quimicos, lo que hacía que fuera muy utilizado en objetos de lujo.

Hoy en día tan sólo Nueva Zelanda sigue produciendo plásticos de caseína, que se utilizan para hacer botones.