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miércoles, 29 de octubre de 2025

Chile: Los narco-vuelos de la FACh

Maletas con "whisky" y pagos por $900 mil: las confesiones detrás de los narco-vuelos en la FACh

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Por Felipe Díaz Montero y Nicolás Parra Tapia || Bío Bío Chile
 



900 mil pesos. Eso fue lo que recibió uno de los ahora ex funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile, a cambio de trasladar droga a bordo de un avión institucional. Así consta en la confesión que prestó uno de los principales imputados en el escándalo por narco-vuelos en la FACh. Testimonios a los que accedió BBCL Investiga no sólo reconstruyen cómo los estupefacientes fueron trasladados de mano en mano, entre traficantes y servidores públicos, sino también cómo el crimen organizado se infiltró en el Estado de Chile. “Le pregunté cómo podíamos salir de esos problemas [económicos], a lo que Villalonga me dijo que tenía un contacto que nos pagaría dinero en efectivo por traer droga en un vuelo institucional”, confesó uno de los involucrados.

“A principios de mayo de 2025, sufrí el embargo de mi vehículo particular. En esa ocasión y debido a la deuda que tengo con diversas instituciones financieras, las que ascienden a más de $25 millones, fue que le comenté al cabo segundo Elías Villalonga Martínez, que tenía muchas deudas. Él me dijo que estaba en la misma situación y me propuso que ambos podíamos salir de eso”.

Así reza parte de la confesión que prestó el ahora ex cabo primero de la Fuerza Aérea de Chile, Mauricio Ponce Dinamarca (31). Se trata de uno de los cinco funcionarios de la FACh detenidos por el tráfico de más de 4 kilos de ketamina a través de un avión institucional. En su declaración de siete carillas —a la que accedió la Unidad de Investigación de Bío Bío—, el imputado desclasificó cómo —de acuerdo a su versión— logró junto a su compañero de armas burlar los sistemas internos de la institución, para coordinar los envíos de estupefacientes desde Iquique a Santiago.

Pero no es el único: otros testimonios contenidos en el expediente judicial revelan cómo la infame narco-maleta se paseó, de mano en mano, al interior de la FACh hasta que fue descubierta justo antes de que el Boeing 737 despegara rumbo a la capital.

“En relación a los sujetos que me pagan para este traslado, debo señalar que no deseo entregar mayores antecedentes, ya que temo por la integridad física mía y de mi familia, ya que creo que saben donde vivo”, atestiguó, por ejemplo, el propio Villalonga, quien es sindicado como el ideólogo de los traslados.

Escándalo en la FACh

Hasta antes de caer detenido, Mauricio Ponce Dinamarca se desempeñaba como tripulante de aeronaves, en el Grupo 10 de la FACh. Una unidad, con sede en Pudahuel, que bien podría definirse como la columna vertebral de la institución aérea.

Desde allí —según la investigación que lidera la fiscal regional de Tarapacá, María Trinidad Steinert—, funcionarios de la FACh coordinaron al menos tres envíos de drogas provenientes desde Iquique. El modus operandi era siempre el mismo: consiguieron que sus camaradas subieran maletas a vuelos institucionales, sin ser sometidas a control alguno.

A algunos de los implicados les hicieron saber que contenían botellas de whisky y ropa, pero —en realidad—, los licores iban acompañados de paquetes con estupefacientes. En dos oportunidades lograron que el cargamento aterrizara en Santiago sin problemas. El tercer envío, sin embargo, fue interceptado por la propia FACh.

El descubrimiento desató, de manera inmediata, uno de los mayores escándalos en la historia reciente de la institución. La declaración de los involucrados se concretó apenas horas después de su caída frente a un fiscal de Aviación.

Otros dos envíos

Según contó Ponce, fue el cabo segundo del Grupo 10 de la FACh, Elías Villalonga Martínez quien le propuso formar parte de las operaciones para traficar de norte a sur.

“Le pregunté cómo podíamos salir de esos problemas [económicos], a lo que Villalonga me dijo que tenía un contacto que nos pagaría dinero en efectivo por traer droga en un vuelo institucional”, confesó el imputado.

En su declaración, Ponce admitió haber participado en al menos dos entregas: una en mayo de este año; y otra a inicios de julio recién pasado, por la que fue detenido. Eso sí, respecto de la primera de ellas, declinó aportar mayores antecedentes.

Sobre la segunda, en tanto, el imputado detalló que consiguió que varios de sus compañeros se involucraran en el traslado de la maleta. El primero que aparece mencionado es Danilo Rivas Pulgar (28). El mecánico de estructuras en aeronaves facilitó su domicilio para la llegada de la valija. Si bien no está claro si Rivas conocía el contenido del equipaje, lo cierto es que él mismo reconoció su implicancia.

“El domingo [29 de junio] me habló por WhatsApp el cabo segundo Elías Villalonga para preguntarme por mi domicilio y decirme que la maleta llegaría ese día en la noche. A las horas después, Villalonga me avisó que la maleta ya estaba en la conserjería de mi departamento”, atestiguó Rivas.

Así, al día siguiente, a primera hora del 30 de junio, tomó la maleta y la llevó hasta la base aérea Los Cóndores, en Iquique. La idea ahí —por instrucción de Villalonga— era entregársela a un cabo primero de apellido Iturriaga.

Pero, la operación falló.

Cedida

El funcionario no pudo recibir el encargo, puesto que se encontraba ocupado, en medio de las faenas propias de su servicio. La maleta terminó durante casi tres días al interior de dependencias de la FACh, hasta que Ponce y Villalonga —desde Santiago— lograron que el encargo fuese traspasado a otros de los detenidos: Rodrigo Silva Fuentes (33). Ocurrió el miércoles 2 de julio, cuando Rivas llevó a bordo de un Kia Sportage blanco a concretar la entrega.

“Él no se presentó conmigo, sólo me entregó la maleta, diciendo que era el encargo del cabo Ponce”, dijo Silva.

Maleta sospechosa

Según consta en la indagatoria, este último cabo primero fue el encargado de trasladar la maleta hasta el avión, un Boeing 737 de la FACh. El plan de Villalonga y Ponce era que Silva entregara la valija a otra de las arrestadas, la tripulante María Fernanda Rebolledo Díaz.

Sin embargo, todo se vino abajo al último minuto. Luego de concretar el traspaso y estando la maleta a bordo de la aeronave, un suboficial de apellido Fredes se percató que ese equipaje no había sido sometido a control alguno.

“Fredes me dice que eso no corresponde y que debía bajarse la maleta para su inspección. Fue en ese momento que nos dimos cuenta que estaba con candado, yo no me había fijado antes”, lanzó.

La conversación se dio justo abajo del avión.

Inmediatamente, la maleta fue llevada a la máquina de rayos X. En paralelo, dijo Silva, se contactó con Ponce para preguntarle por el contenido del empaque: “Me escribió que era ropa y un whiskey. Cuando le escribí que necesitábamos la llave, Ponce ya no me contestó más el WhatsApp”.

Los resultados de la inspección no dejaron lugar a dudas: además de la botella de licor, iban cuatro paquetes de ketamina. En total, contenían más de cuatro kilos del estupefaciente.

“No conocía a Mauricio Ponce y fue solo por el favor que me pidió que tuve contacto con él. Nunca me imaginé que tenía otras intenciones. Yo lo ayudé por camaradería, no porque el fuera más o menos antiguo, ni siquiera se presentó así, sino que me pidió el favor de buena manera y yo lo ayudé”, se lamentó Silva.

Encubriendo a los dueños de la droga

El hoy ex cabo segundo, Elías Natanael Villalonga Martínez (24), es sindicado por la investigación de la fiscal Steinert, como el líder de la organización. También confesó ante un fiscal de Aviación. Reconoció que ésta era la tercera vez que coordinaba junto a Ponce un envío de droga hacia la capital. Según dijo, en al menos una de ellas tuvo la colaboración del ya mencionado Danilo Rivas.

De acuerdo a su versión, los dos primeros traslados se realizaron a bordo de un Hércules C130. En la primera oportunidad —aseguró— fue el propio Ponce, en un viaje por comisión de servicio, quien recogió la droga en Iquique y la trasladó hasta Santiago.

En su alocución, Villalonga no quiso dar pistas ni mucho menos nombres de los proveedores de la ketamina.

Sólo se remitió a contar que luego del segundo narco-vuelo, se reunió con un “sujeto moreno, de contextura delgada, de 1,70 de altura, de unos 17 años de edad”. “Le hice entrega de la maleta, haciéndome él entrega de la suma de $900 mil en efectivo, donde le cancelé $450 mil a Ponce”.

“Cagamos”

Según Villalonga, las coordinaciones para la tercera entrega, al igual que como ocurrió en el envío de fines de mayo, las hizo directamente Rivas, en el norte.

Los resultados, sin embargo, fueron diametralmente opuestos. Esta vez, no alcanzó a haber envíos de drogas ni pagos.

“En la madrugada del día 3 de julio, Ponce me envía un mensaje por WhatsApp y me señala que ‘cagamos’. Me envió mensajes en fotografía de un solo visto, con escritos contándome lo sucedido, por lo que procedí a llamarlo por videollamada, conversando que ‘cagamos’. Me envió una foto del pantallazo de una conversación con Rebolledo, quien le había comentado que la maleta había sido bajada para ser revisada por personal de Aduanas”, lanzó.

Antes de ser detenido, Villalonga alcanzó a comunicarse con los dueños de la droga para informarles de lo que estaba ocurriendo. La respuesta de los traficantes fue clara: él debía hacerse responsable de la pérdida, porque “eran entre 25 a 30 millones” los que estaban en juego.

“En relación a los sujetos que me pagan para este traslado, debo señalar que no deseo entregar mayores antecedentes, ya que temo por la integridad física mía y de mi familia, ya que creo que saben donde vivo”, sentenció.

    En una primera parte de su declaración, recogida por algunos medios de comunicación, Ponce aseguró haber tomado contacto con narcotraficantes durante una fiesta en el Barrio Bellavista de Santiago. Sin embargo, rápidamente se desdijo de esa versión, para luego involucrar -tal como se lee en este artículo- a Elías Villalonga.

    “Debo señalar que todo lo antes relatado ante esta Fiscalía de Aviación es falso. Es un relato inventado, no corresponde a la realidad”, espetó.


martes, 3 de noviembre de 2015

FAA: Pucara en Escudo Norte

Despliegue Escudo Norte con los IA-58 Pucará

El Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, Brig. Gral. (VGM) Mario Callejo visitó, el 20 de octubre pasado, la III Brigada Aérea, ubicada en Reconquista (Santa Fe) para interiorizarse sobre las características y particularidades inherentes a las actividades que el sistema aéreo de los IA-58 Pucará, está desarrollando en la región.

Aeroespacio



El titular de la fuerza, realizó un vuelo de reconocimiento a bordo de una de estas aeronaves y fue recibido por el jefe del operativo de despliegue, Comandante Aeroespacial del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Brig. My. Alejandro Moresi, quien acompañado por autoridades de la institución, expusieron las tareas que los aviones realizarán durante las próximas semanas. El despliegue que realizarán estas aeronaves es ir desde esa Unidad hasta el Escuadrón Posadas, en la provincia de Misiones.

Los IA-58 Pucará, aviones biplaza de fabricación nacional, de gran maniobrabilidad y cuyo nombre en quichua significa “fortaleza”, llevarán adelante tareas de detección, identificación y eventual interceptación de cualquier tránsito aéreo irregular, contribuyendo de esta manera con las fuerzas de seguridad nacionales que operan en tierra.

La Fuerza Aérea Argentina forma parte del Operativo Fortín II, a órdenes del EMCO, en el marco del Plan de Seguridad Escudo Norte, utilizando el sistema de radares de defensa aérea y desplegando diversos sistemas aéreos que utilizan como base a los aeropuertos del norte del país, estando a cargo de todo el componente, el Brig. Edgardo Busetti, Comandante de la Fuerza de Tareas Conjuntas de Control Aeroespacial–Fortín II.

sábado, 14 de febrero de 2015

Narcotráfico: La FAB y FAPa cooperan con sus Tucanos

Las Fuerzas Aéreas de Brasil y Paraguay cooperan para luchar contra el narcotráfico.


Pilotos del Grupo Aerotáctico de la Fuerza Aérea de Paraguay (FAP) en un curso de entrenamiento en la Academia de la Fuerza Aérea en Pirassununga, São Paulo, en marzo de 2014. [Foto: FAB]      

Por Patrícia Comunello - Diálogo

Durante más de 30 años, las Fuerzas Aéreas de Brasil y Paraguay han colaborado en la lucha contra el narcotráfico internacional y otras actividades ilegales.

El nivel de cooperación ha crecido con el tiempo e incluye intercambio de entrenamiento conjunto y procedimientos comunes para coordinar el flujo de vuelos entre los dos países.

El acuerdo bilateral, firmado en 1982 tras la adquisición por parte de Paraguay de aeronaves Xavante, fabricadas en Brasil, y de sistemas de radares y comunicación en 1981, es el acuerdo en vigor más antiguo firmado por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) con otro país.

Luego de establecido el acuerdo, el gobierno de Brasil firmó un decreto para la creación de la Misión Técnica Aeronáutica Brasilera (MTAB), integrada por asesores técnicos que contribuyen al entrenamiento, las operaciones y la logística de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP) y a la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (DINAC).

Lucha contra el narcotráfico y otras actividades ilegales

Entre los objetivos del acuerdo de cooperación se incluyen detener los narcovuelos y el tráfico de contrabando, como el de armas, según el Coronel de la FAB Airton Miguel Yasbeck, Jr., al frente del grupo FAB con sede en Luque, a unos 15 km de Asunción, ciudad capital de Paraguay.

“No interferimos en operaciones directas de combate al tráfico ilícito, pero indirectamente acabamos ayudando a la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP) y a la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (DINAC)”, añadió. “El apoyo a la formación y la elaboración de manuales y acuerdos bilaterales para el control del espacio aéreo implica mucho trabajo. El foco está puesto en la seguridad del espacio aéreo”.

Prueba de ese trabajo ha sido la firma de una carta de acuerdo operativo el 11 de diciembre de 2014 entre la DINAC y el Departamento de Control del Espacio Aéreo (DECEA) de Brasil, que establece procedimientos comunes para coordinar el flujo de vuelos entre los aeropuertos de Pedro Juan Caballero, en el departamento paraguayo de Amambay, y de Ponta Porã, en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul.

“Estos dos aeropuertos están situados muy próximos, en la frontera, y operan por radio. El acuerdo define procedimientos, lo que dará más seguridad a los pilotos y la tripulación”, destacó el Mayor Sandro Roberto Nobre, de 41 años, asesor para el control de espacio aéreo de MTAB y que participó en la formulación de las directrices. “El acuerdo era muy esperado por ambos lados”.

Entrenamiento conjunto de la FAB y la FAP

El entrenamiento conjunto es un aspecto importante de la cooperación permanente entre las Fuerzas Aéreas de Brasil y Paraguay.

Por ejemplo, del 21 de noviembre al 12 de diciembre, nueve integrantes de la FAP se entrenaron en una unidad de la FAB en el Parque de Materiales Aeronáuticos de Lagoa Santa (PAMA-LS), en el estado brasileño de Minas Gerais.

La comitiva realizó una inmersión en la mantención de los sistemas hidráulicos, electrónicos y neumáticos del T-27 Tucano, de fabricación brasileña y principal modelo en operación en la flota de la FAP, utilizado en misiones de combate al tráfico de drogas.

Los pilotos suelen utilizar los T-27 para interceptar aeronaves que vuelan a baja altitud, según explicó el brasilero Mayor Ricardo Bevilaqua Mendes. El entrenamiento conjunto pone énfasis en el monitoreo de las distintas piezas de las aeronaves, tales como el tren de aterrizaje y los asientos eyectables.

“Esto brinda más seguridad a las acciones militares”, añadió el Mayor Mendes, quién informó además que la misión también colabora con entrenamiento en artillería antiaérea para la FAP y para el Ejército paraguayo cuando así se requiere.

La FAB y la FAP trabajan en colaboración en diversos aspectos del entrenamiento conjunto. Por ejemplo, la MTAB desarrolla los programas de estudio y contenidos académicos. El comando de la FAP solicitó que se impartan clases de idioma portugués, y el primero de estos cursos comenzó en 2014. El número de clases se incrementará durante el año 2015.

Respeto mutuo entre la FAB y la FAP

Las fuerzas aéreas de ambos países trabajan eficientemente en conjunto para alcanzar objetivos mutuos.

“Existe un respeto y admiración mutuos y nuestras sugerencias son recibidas con mucha atención”, señaló el Coronel Yasbeck. “Intentamos atender las necesidades haciendo lo mejor que podemos”.

El Coronel Carlos Pistilli, Director de Comunicación Social de la FAP, elogió la capacitación conjunta referida al mantenimiento de los aviones T-27 Tucanos.

“Lo más importante es el entrenamiento para actualizar los conocimientos de los pilotos y los mecánicos, además de la seguridad”, precisó el Coronel Pistilli. “Brasil tiene una de las fuerzas aéreas más avanzadas del mundo”.

Oficiales militares de ambos países han construido este respeto mutuo mediante la capacitación conjunta y el tiempo compartido.

Por ejemplo, integrantes de la MTAB de Asunción interactúan diariamente con la DINAC. El Mayor Santo Roberto Nobre, de la MTAB, y su asistente ocupan puestos en el Centro de Control Integrado, que controla todo el espacio aéreo de Paraguay.

Asimismo, muchos controladores aéreos paraguayos han recibido capacitación junto a sus pares de Brasil.

Los controladores de tráfico aéreo de ambos países comparten capacitación y trabajan juntos en programas de seguridad.

“Estamos trabajando en un programa de gestión de seguridad operacional de vuelos y damos soporte en el uso de radares”, explicó el Mayor Nobre. “La seguridad en esta área depende del intercambio de información”.

La importancia del intercambio de información

El intercambio de información es un importante componente de la misión de cooperación permanente.

Por ejemplo, la MTAB también brinda asistencia a la FAP compartiendo los conocimientos que posee Brasil sobre cómo responder a los vuelos ilegales, señaló el Coronel Pistilli. La idea es desarrollar manuales con procedimientos que expliquen las formas de responder a estos vuelos.

“Tenemos una lucha contra el flagelo de las drogas, que es coordinada por la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD)”, añadió el coronel. La DINAC no puede trabajar sola, así como tampoco la FAP”.

Nueve integrantes de la MTAB participaron en un conjunto de ejercicios militares binacionales (PARBRA) con unos 60 miembros de la FAP y 100 de la FAB en mayo de 2013.

Una sesión similar de entrenamiento conjunto se realizará en 2015 o 2016 para ayudar a ambos países a combatir los narcovuelos, anunció Pistilli.

“Una fuerza aérea bien equipada y entrenada genera más resultados en la lucha para combatir los vuelos ilegales”, concluyó.