lunes, 16 de junio de 2025

Avión de entrenamiento primario: L-90TP Redigo


Entrenador básico

L-90TP Redigo




Descripción general

El L-90TP Redigo es un avión de entrenamiento básico y avanzado de origen finlandés, desarrollado originalmente por la empresa Valmet en los años 1980. Es un monoplano de ala baja, con tren de aterrizaje retráctil y estructura metálica, diseñado para tareas de entrenamiento, enlace, patrullaje ligero y apoyo táctico. El modelo más avanzado, el L-90TP, está equipado con un motor turbohélice, lo que le permite combinar eficiencia operativa con un costo relativamente bajo, haciéndolo atractivo para fuerzas aéreas pequeñas y medianas.

Su diseño buscó cubrir una brecha: ofrecer un avión que pudiera entrenar a pilotos desde las fases iniciales hasta la conversión a aviones de combate a reacción, mientras mantenía capacidad real de armamento ligero para tareas operativas limitadas.



Historia de desarrollo

La historia del Redigo comienza en los años 1970, cuando Valmet Oy, empresa estatal finlandesa dedicada a la industria metalmecánica y aeronáutica, identificó la necesidad de un avión de entrenamiento moderno para reemplazar modelos antiguos como el Fouga Magister.

El primer prototipo voló en febrero de 1985 bajo la designación Valmet L-90 Redigo, equipado con motor turbohélice Allison 250. El diseño evolucionó a partir del anterior modelo L-80 TP, aunque el L-90 fue significativamente mejorado, incluyendo aviónica más moderna, alas reforzadas y capacidad para portar armamento en soportes subalares. Se desarrollaron tanto versiones civiles como militares, pero el interés principal vino del ámbito militar.

En 1996, la empresa italiana Aermacchi adquirió los derechos del programa, integrándolo en su catálogo de entrenadores, aunque las ventas posteriores fueron limitadas debido a la fuerte competencia de modelos como el Pilatus PC-7/PC-9 y el Embraer Tucano.

Historia operacional

El L-90TP fue operado principalmente por la Fuerza Aérea de Finlandia, que recibió ocho unidades destinadas a entrenamiento avanzado, enlace y patrullaje. Estas aeronaves jugaron un papel complementario en la formación de pilotos, trabajando junto al jet BAE Hawk, que cubría las etapas de entrenamiento avanzado a reacción.

El avión también fue adquirido en pequeños números por la Armada Mexicana, que recibió siete unidades entre 1992 y 1994, usándolas para entrenamiento de pilotos navales, enlace y misiones ligeras de vigilancia costera. Las prestaciones del Redigo fueron especialmente valoradas en este contexto por su bajo costo operativo y su robustez en ambientes marítimos.

Otros operadores menores incluyeron a Eritrea y varios usuarios civiles, pero no logró alcanzar grandes volúmenes de exportación. Parte de las limitaciones comerciales del programa se atribuyeron a la capacidad limitada de Valmet para posicionarse internacionalmente, sumada a la competencia feroz de empresas suizas y brasileñas en el mismo segmento.

A partir de los años 2000, varias unidades fueron retiradas progresivamente del servicio activo, aunque algunas permanecen en operación en roles secundarios o en manos privadas.



Especificaciones técnicas del L-90TP Redigo

  • Fabricante: Valmet Oy (Finlandia)

  • Tipo: Avión de entrenamiento básico/avanzado y enlace

  • Tripulación: 2 (piloto e instructor)

  • Longitud: 8,1 metros

  • Envergadura: 10,6 metros

  • Altura: 3,2 metros

  • Superficie alar: 15,9 m²

  • Peso vacío: 1.260 kg

  • Peso máximo al despegue: 2.100 kg


Planta motriz:

  • 1 × turbohélice Allison 250-B17F, de 420 shp (313 kW)

Prestaciones:

  • Velocidad máxima: 445 km/h (240 nudos)

  • Velocidad de crucero: 390 km/h (210 nudos)

  • Alcance máximo: 1.500 km

  • Techo de servicio: 9.000 m (29.500 pies)

  • Régimen de ascenso: 9,1 m/s (1.800 pies/minuto)

Armamento (opcional en soportes subalares):

  • Hasta 340 kg de carga, incluyendo ametralladoras, cohetes o bombas ligeras


Aviónica:

  • Equipado con sistemas básicos de navegación IFR/VFR

  • Panel analógico estándar (en su versión original)

  • Opciones para radio VHF/UHF, GPS, transponder, ADF, y marcador de localización de emergencia (ELT)



Evaluación y legado

El L-90TP Redigo es un ejemplo típico de un avión eficaz y funcional que, sin embargo, quedó opacado en el mercado internacional. Técnicamente era sólido, con buenas características de vuelo, fiabilidad mecánica, mantenimiento sencillo y versatilidad operativa. Su capacidad de actuar como entrenador y como plataforma armada lo hacían comparable a modelos como el Embraer Tucano, aunque con menor alcance y potencia.

Finlandia logró cumplir con éxito su objetivo de contar con un entrenador nacional robusto, pero la falta de proyección comercial y la adquisición tardía por parte de Aermacchi limitaron su expansión. Hoy, el Redigo es considerado por entusiastas y expertos como una máquina de nicho: apreciada por quienes la operaron, pero relativamente desconocida en comparación con los grandes nombres del segmento.

En retrospectiva, representa un capítulo interesante del esfuerzo finlandés por mantener una industria aeronáutica propia, combinando necesidades locales con aspiraciones de exportación, en un contexto de creciente competencia global.


domingo, 15 de junio de 2025

C-321: Desde Cuba al HMS Invincible y más tarde su trágico final

Historia del A-4C Skyhawk C-321: Del Bloqueo de Cuba a la Guerra de Malvinas






El A-4C Skyhawk C-321 tuvo una trayectoria excepcional, operando en dos fuerzas aéreas y participando en dos crisis militares clave. Inicialmente en servicio con la Armada de los Estados Unidos (USN), tuvo un papel destacado en la Crisis de los Misiles en Cuba (1962). Más tarde, fue adquirido por la Fuerza Aérea Argentina (FAA), participando en la crisis del Canal de Beagle (1978) y en la Guerra de Malvinas (1982), donde integró la escuadrilla que atacó al portaaviones HMS Invincible.

1. Servicio en la US Navy (1960-1971)

El BuNo 147741, fabricado para operaciones en portaaviones, fue asignado a varias unidades de la US Navy. En 1962, se desplegó en el portaaviones USS Shangri-La en el Mediterráneo y participó en el bloqueo de Cuba.


El BuNo 147741 haciendo «toque y motor» abordo del portaaviones USS John F. Kennedy (CVA-67) mientras volaba con el escuadrón VA-83 Rampagers (foto: US Navy, 1967)

A diferencia de otros A-4 utilizados en Vietnam, su actividad operativa se concentró en misiones en el Atlántico y el Mediterráneo, sirviendo en los escuadrones VA-46 "Clansmen" y VA-83 "Rampagers", entre otros. En la Base Naval Cecil Field, Florida, fue parte del primer escuadrón en lanzar misiles aire-superficie AGM-12 "Bullpup".

En 1971, tras 11 años de servicio y 3.824 horas de vuelo, el A-4C fue retirado y almacenado en la Base Aérea Davis Monthan (Arizona), donde permanecería hasta su venta a Argentina.


El BuNo 147741 con las distintivas marcas escocesas del escuadrón VA-46 «Clansmen» en el plano de la deriva, fotografiado en la pataforma de NAS Cecil Field, Florida (foto: USN, circa 1960).

2. Transición a la Fuerza Aérea Argentina (1974-1978)

La Fuerza Aérea Argentina (FAA) compró el avión en diciembre de 1974, en el contexto de una modernización de su flota. Antes de su envío, fue despojado de tecnología sensible en Lockheed Aircraft Services (California).

Una vez en Argentina, fue restaurado y puesto en condiciones operativas en el Área Material Río Cuarto (ARMACUAR), realizando su primer vuelo el 29 de marzo de 1978.

A diferencia de su versión original, el avión recibió equipamiento británico y israelí, incluyendo:

  • Sistema de tiro Marconi para misiones aire-aire y aire-tierra.
  • Sistema de navegación OMEGA.
  • Misiles aire-aire IAI Shafrir I de origen israelí.

Perdió, sin embargo, tecnologías clave de su versión estadounidense, como:

  • Sistema de bombardeo a baja altitud (LABS).
  • Radar APG-53.
  • Misiles AIM-9 Sidewinder.
  • Sistemas de alerta radar y contramedidas electrónicas.

El C-321 entró en servicio el 19 de mayo de 1978 en la IV Brigada Aérea (Mendoza), participando en entrenamientos y pruebas con los misiles Shafrir I en Bahía Blanca.


En la plataforma de El Plumerillo (Mendoza), el día que entró en servicio operativo con la Fuerza Aérea Argentina (foto: Vía Jorge Núñez Padín, 19/05/1978).

3. Crisis del Canal de Beagle (1978)

El A-4C C-321 fue desplegado a Puerto San Julián (Santa Cruz) el 13 de diciembre de 1978, junto a otros once Skyhawks, en el contexto del conflicto con Chile por el Canal de Beagle.

El avión estuvo en estado de alerta para misiones de ataque, aunque la guerra no se produjo debido a la mediación papal.


Equipado con misiles IAI Shafrir I en sus pilones subalares exteriores, el C-321 fue uno de doce A-4C Skyhawk desplegados en Puerto San Julián por la crisis del Canal Beagle (foto: vía Fernando Benedetto, circa 12/1978)

4. Guerra de Malvinas (1982): El ataque al HMS Invincible

En abril de 1982, al estallar la Guerra de Malvinas, el C-321 regresó a Puerto San Julián, completando siete salidas de combate.

La misión más audaz: El ataque al HMS Invincible

El 30 de mayo de 1982, el C-321 integró la escuadrilla "Zonda", en un ataque conjunto entre la FAA y la Armada Argentina contra el portaaviones británico HMS Invincible.

Orden de batalla:

  • Cuatro A-4C Skyhawk (FAA).
  • Dos Super Étendard (COAN) armados con un misil AM-39 Exocet.
  • Dos KC-130H Hércules como aviones cisterna.


Primer plano de la trompa que muestra las marcas de unidad y misión usadas por el C-321, como se observaron en la ceremonia de las 100.000 horas de vuelo del A-4 Skyhawk en la Fuerza Aérea Argentina (foto: Carlos Ay, Villa Reynolds, 29/11/1985)

Fase de ataque:

  1. La formación despegó desde la Base Aeronaval Río Grande (Tierra del Fuego) y voló a baja altura para evitar la detección británica.
  2. El Super Étendard disparó un misil Exocet contra el portaaviones, seguido por el ataque de los A-4C con bombas de 250 kg.
  3. Según fuentes británicas, el portaaviones no fue alcanzado, aunque la fragata HMS Avenger recibió impacto de bombas.
  4. Dos Skyhawks fueron derribados por misiles Sea Dart británicos, pero el C-321 (pilotado por el 1er Teniente Ernesto Ureta) y el C-318 lograron escapar tras maniobras evasivas.

El C-321 aterrizó en Río Grande tras 3 horas y 40 minutos de vuelo, en lo que sigue siendo una de las misiones más audaces de la FAA.


Detalle de la instalación del misil Matra Magic II durante su pruebas de certificación (foto: Matra vía Carlos Ay, El Plumerillo, 05/1983).


5. Últimos años y modificaciones (1983-1995)

Tras la guerra, el C-321 continuó operando en la V Brigada Aérea (San Luis), junto con otros Skyhawks supervivientes.

Modernización y nuevos armamentos:

  • 1983: Se realizaron pruebas con el misil francés Matra R550 Magic II y bombas Matra Durandal BLG-66 Belouga en Mar del Plata y Mendoza.
  • 1987: Recibió la actualización "Halcón I", reemplazando sus cañones Colt de 20 mm por DEFA 553A-4 de 30 mm, aumentando su poder de fuego.

Esta modernización lo convirtió en un A-4C "Variante Halcón", mejor adaptado a la guerra moderna.


El C-321 con la actualización “Halcón I” (foto: Paolo Rollino, Villa Reynolds, 26/11/1990).

6. Fin del C-321: Accidente fatal (1995)

El 10 de marzo de 1995, el C-321 sufrió una falla de motor mientras volaba cerca de la ciudad de San Luis.

El piloto, Primer Teniente Mario Bordagaray, intentó recuperar el control, pero la aeronave se estrelló, resultando en su fallecimiento.

Restos del avión fueron preservados en el Museo de los Veteranos de la Guerra de Malvinas en Villa Mercedes (San Luis), como tributo a su historia.


Restos de la cola del C-321 en el Museo de los Veteranos de la Guerra de Malvinas en Villa Mercedes (foto: Guillermo Canosa, 09/10/2022).

Conclusión

El A-4C Skyhawk C-321 fue uno de los aviones más emblemáticos de la Fuerza Aérea Argentina, con un historial de servicio que abarcó más de tres décadas y dos conflictos internacionales.

Desde su participación en la Crisis de los Misiles (1962) hasta el ataque al HMS Invincible (1982), su historia refleja el papel clave de la aviación de combate argentina.

A pesar de su trágico final en 1995, el C-321 sigue siendo un símbolo de coraje y determinación en la historia de la aviación militar argentina.


Perfil del C-321 que con el esquema de pintura utilizado por la escuadrilla “Zonda” para el ataque al portaaviones británico HMS “Invincible” el 30/05/1982 (Arte: Javier “Javo” Ruberto).

Fuente:

La mayoría de las fotos y un resumen del texto proviene de este artículo de Gaceta Aeronáutica

sábado, 14 de junio de 2025

El multifacético Junkers Ju-290

El Junkers Ju-290 fue un avión de pasajeros usado para la guerra

Nathan Cluett || Plane Historia



El Junkers Ju-290 fue concebido originalmente como un avión de pasajeros de largo alcance, pero su destino cambiaría dramáticamente con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, transformándose en una aeronave que cumplió diversos roles: desde reconocimiento marítimo hasta transporte e incluso como transporte personal para altos mandos.

Desarrollo

A fines de la década de 1930, la historia de la aviación vivía un período de transformación, con una demanda creciente por aviones comerciales de alcance extendido.

Fue en este contexto que Lufthansa, la aerolínea alemana líder, expresó la necesidad de un avión que pudiera superar las limitaciones de los modelos contemporáneos, ofreciendo mayor alcance y capacidad.

Este requisito marcó el comienzo del proyecto de Junkers —un nombre sinónimo de logros pioneros en aviación— que culminaría en la creación del Junkers Ju-290.

Inicialmente, la conceptualización del Ju-290 estuvo profundamente influida por la filosofía de diseño y la base técnica establecida por su predecesor, el Junkers Ju-90. A partir de allí, ingenieros y diseñadores de Junkers emprendieron la ambiciosa tarea de ampliar el diseño del Ju-90.

Su objetivo era mejorar significativamente el alcance, la carga útil y el rendimiento general. Central en sus esfuerzos estaba la aspiración de desarrollar una aeronave capaz de satisfacer los exigentes requisitos del vuelo comercial de larga distancia.

A medida que el panorama geopolítico empezaba a inclinarse hacia el conflicto, esta visión se amplió naturalmente para incluir aplicaciones militares también.


Se pueden observar similitudes entre el Ju-90 y el Ju-290.

La fase de desarrollo del Ju-290 fue una demostración clara del compromiso inquebrantable de Junkers con la innovación y la excelencia. Inicialmente, el equipo tomó una decisión estratégica al elegir una configuración de ala alta. Esta decisión crucial mejoró significativamente la estabilidad y sustentación de la aeronave, facilitando así el transporte de cargas más pesadas a mayores distancias.

Posteriormente, la integración de cuatro motores radiales BMW 801 emergió como un paso fundamental, proporcionando la potencia necesaria para llevar la aeronave a sus destinos previstos. Además, esta elección garantizaba una fiabilidad consistente, incluso frente a escenarios operativos diversos y, a menudo, exigentes.

Un avión para aerolíneas y para el ejército

Asimismo, el proceso de diseño puso un fuerte énfasis en la importancia del confort y la eficiencia de la tripulación. En detalle, la cabina y las áreas del equipo fueron meticulosamente planificadas para alojar cómodamente hasta diez personas, incluyendo pilotos, navegantes y operadores de radio.

Esta atención deliberada a los factores humanos no solo resaltó la versatilidad funcional de la aeronave como avión comercial y activo militar, sino que también garantizó que los tripulantes pudieran ejecutar sus responsabilidades eficazmente durante misiones prolongadas.

Cuando el Ju-290 despegó por primera vez en 1942, representaba la culminación de años de esfuerzo dedicado por parte del equipo de Junkers. La aeronave encarnaba una combinación de innovación tecnológica y visión estratégica, reflejando las cambiantes necesidades de la época.

Aunque inicialmente se pensó para revolucionar los vuelos civiles de larga distancia, el estallido de la Segunda Guerra Mundial obligó a cambiar su rol. Fue rápidamente adaptado para uso militar, aprovechando sus capacidades únicas para desempeñar una variedad de roles cruciales para el esfuerzo bélico alemán.


El Ju-290 tenía una rampa trasera para facilitar la descarga de carga.

Innovaciones de diseño

El Junkers Ju-290 destaca en la historia de la aviación no solo por su impresionante tamaño y alcance, sino también por la multitud de innovaciones de diseño que los ingenieros de Junkers incorporaron durante su desarrollo.

Estas innovaciones no solo diferenciaron al Ju-290 de sus contemporáneos, sino que también subrayaron el papel de Junkers como pionero en la tecnología aeronáutica.

Elemental en el diseño del Ju-290 fueron sus cuatro motores radiales BMW 801. Estos motores estaban entre los más avanzados de su tiempo, ofreciendo una combinación de potencia, fiabilidad y eficiencia sin igual. La elección de estos motores fue estratégica, asegurando que el Ju-290 pudiera cumplir sus misiones de largo alcance sin sacrificar rendimiento. Los motores permitían a la aeronave mantener una velocidad de crucero competitiva para su época, todo mientras transportaba cargas significativas a través de vastas distancias.


El avión era enorme y habría sido un excelente avión de pasajeros.

Ventaja aerodinámica

La atención a la aerodinámica jugó un papel clave en el refinamiento del diseño del Ju-290. Cada curva y línea de la aeronave fue el resultado de una planificación y prueba meticulosa, orientada a reducir la resistencia y mejorar la eficiencia del combustible.

Este enfoque aerodinámico incluía la integración de trenes de aterrizaje retráctiles, que al replegarse contribuían a un flujo de aire más suave alrededor del fuselaje, mejorando aún más su rendimiento.

La cabina y áreas de tripulación del Ju-290 eran maravillas del diseño ergonómico. Los ingenieros diseñaron estos espacios para alojar hasta diez tripulantes, asegurando que cada uno pudiera desempeñar sus funciones sin restricciones, incluso durante misiones extendidas.

Esta consideración por el confort y la eficiencia de la tripulación era indicativa del doble rol del avión como activo comercial y militar.

La inclusión de sistemas avanzados de navegación y comunicación en la cabina subrayaba el estatus de vanguardia del Ju-290, permitiéndole navegar con precisión sobre vastas extensiones de océano y tierra.


Junkers había desarrollado una aeronave altamente avanzada para su tiempo.

Además, la capacidad de adaptación del Ju-290 fue quizás su característica más innovadora. A lo largo de su vida útil, la aeronave fue modificada para cumplir roles tan diversos como reconocimiento marítimo, transporte pesado e incluso transporte VIP.

Esta versatilidad fue posible gracias a sus principios de diseño fundamentales, que anticipaban la necesidad de un avión que pudiera reconfigurarse fácilmente para satisfacer las demandas cambiantes de la guerra y la paz.


Historia operativa

La historia operativa del Junkers Ju-290 es una narrativa de adaptación y versatilidad, reflejando el tumultuoso período durante el cual sirvió.

A medida que se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, la aeronave pasó de su uso comercial previsto a un rol militar multifacético, demostrando sus capacidades en varios teatros de operaciones y cumpliendo funciones que fueron críticas para el esfuerzo bélico alemán.

Una de las contribuciones más significativas del Ju-290 fue en el ámbito del reconocimiento marítimo. La vasta extensión del océano Atlántico se convirtió en un campo de batalla estratégico donde las capacidades de largo alcance del Ju-290 se destacaron.

Las tripulaciones del Ju-290 emprendían misiones extendidas para rastrear convoyes aliados, transmitiendo inteligencia crucial a los submarinos alemanes.

Estas operaciones fueron fundamentales en la Batalla del Atlántico, donde el control de las rutas marítimas era decisivo. Los avanzados sistemas de radar del avión, junto con su capacidad para llevar una considerable carga de armamento, lo convirtieron en un activo formidable en estas misiones de reconocimiento, capaz no solo de detectar sino también de atacar embarcaciones enemigas si era necesario.

Sobresaliendo como transporte

Además de sus deberes de reconocimiento, el Ju-290 se destacó como avión de transporte, trasladando suministros, equipos y personal a través de continentes.

Su capacidad para cubrir largas distancias sin necesidad de reabastecimiento de combustible significaba que el Ju-290 podía conectar los diversos frentes donde las fuerzas alemanas estaban involucradas, desde los desiertos del norte de África hasta el Frente Oriental.

Este apoyo logístico fue vital para sostener las operaciones en estas áreas remotas y a menudo inaccesibles, donde las líneas de suministro tradicionales luchaban por mantener un flujo constante de recursos.


El Ju-290 cumplía una variedad de roles y fue una aeronave importante para la Luftwaffe.

La versatilidad del Ju-290 quedó aún más resaltada por su conversión en avión de transporte VIP. Quizás el pasajero más notable fue Adolf Hitler, para quien se adaptó especialmente un Ju-290.

Esta adaptación subrayaba la fiabilidad y el confort del avión en vuelos de larga distancia, proporcionando un alto nivel de seguridad y eficiencia para el transporte de altos mandos.

Sirvió como puesto de mando volante, equipado con sistemas de comunicación de última generación que permitían la coordinación ininterrumpida con unidades militares y funcionarios gubernamentales en toda Europa.

A lo largo de su servicio, el Ju-290 enfrentó los desafíos de las operaciones en tiempos de guerra con resiliencia y adaptabilidad. Las tripulaciones debían sortear amenazas de cazas enemigos y fuego antiaéreo, confiando en los armamentos defensivos del Ju-290 y en la habilidad de sus pilotos para evitar enfrentamientos.

Las duras condiciones encontradas en diversos teatros —desde las heladas aguas del Atlántico hasta el calor abrasador del norte de África— pusieron a prueba los límites del diseño del avión y la resistencia de su tripulación.

Alles Kaput

El apodo “Alles Kaput”, que se traduce como “todo roto” o “todo perdido” en inglés, fue dado emblemáticamente a una aeronave específica dentro de la flota Ju-290, resaltando los desafíos y adversidades enfrentados durante su servicio en la Segunda Guerra Mundial.

Esta aeronave específica se convirtió en un ejemplo notable principalmente por su participación en operaciones bélicas significativas y su posterior captura por parte de las fuerzas aliadas, lo que marcó un momento clave en la comprensión y el examen de la tecnología aeronáutica alemana.

“Alles Kaput” formaba parte del Fernaufklärungsgruppe (grupo de reconocimiento de largo alcance) de la Luftwaffe, encargado de realizar patrullas marítimas sobre el Atlántico. Estas misiones tenían como objetivo identificar convoyes y submarinos aliados, proporcionando inteligencia crítica para las operaciones navales alemanas.



El infame Alles Kaput. Crédito foto: Bill Larkins CC BY-SA 2.0

El avión estaba equipado con avanzados sistemas de radar y navegación, lo que le permitía cumplir sus tareas de reconocimiento sobre territorios vastos y hostiles.

A medida que avanzaba la guerra, la importancia estratégica del Ju-290, incluido “Alles Kaput”, se volvió cada vez más evidente.

Su capacidad para cubrir largas distancias lo convirtió en un activo invaluable para la Luftwaffe, no solo para reconocimiento, sino también para transportar personal clave y equipos a través de los teatros europeos y africanos de la guerra.

La adaptabilidad del Ju-290 a diversos roles subrayaba la ingeniería avanzada y la filosofía de diseño de Junkers, convirtiéndolo en una de las aeronaves más versátiles de su tiempo.

Captura

La historia de “Alles Kaput” tomó un giro dramático hacia el final de la guerra cuando fue capturado por las fuerzas aliadas. Esta captura tuvo un valor de inteligencia significativo, ofreciendo a los Aliados una oportunidad rara de examinar de cerca la tecnología y los principios de diseño detrás de una de las aeronaves más avanzadas de Alemania.

El examen de “Alles Kaput” proporcionó conocimientos sobre los avances en tecnología aeronáutica logrados por los alemanes durante la guerra, incluyendo aerodinámica, rendimiento de los motores y sistemas de radar.


viernes, 13 de junio de 2025

Avión experimental: Los numerosos modelos rusoviéticos (4/4)

 /k/ Aviones Episodio 93: Slavshit experimental




/K/ Planes




Mikoyan Gurevich MiG-21I Analog

Como parte del desarrollo del avión de transporte supersónico Tupolev Tu-144, se desarrolló una nueva planta de ala ojival. Dado que esta planta no tenía precedentes en la aviación soviética, se decidió convertir un MiG-21 para que sirviera como banco de pruebas. El MiG-21I, como se le conocía, sustituyó todas las superficies horizontales por una única ala ojival de gran tamaño, a escala reducida del diseño del Tu-144, que abarcaba toda la longitud del fuselaje. En el morro y la cola se instalaron compensadores de masa remotos, lo que permitía desplazar el centro de gravedad para las pruebas. A partir de abril de 1968, se realizaron 140 vuelos de prueba, probando el MiG-21I desde el borde de la pérdida hasta Mach 2,06. Al finalizar las pruebas, un prototipo se perdió durante una demostración acrobática, mientras que el otro se utilizó para entrenar a los primeros pilotos del Tu-144 antes de ser entregado al Museo de la Fuerza Aérea de Monino. El programa de pruebas fue en general un éxito: la forma del ala fue validada, lo que permitió que el Tu-144 entrara en servicio.


Sukhoi 100LDU

Durante la fase de diseño del proyecto del bombardero supersónico T-4, Sukhoi determinó que sería necesario un sistema de control electrónico (fly-by-wire) para la aeronave. Ante la escasa experiencia práctica con estos sistemas, Sukhoi decidió crear un banco de pruebas FBW. Se seleccionó un entrenador Su-7U como avión de prueba, que se modificó con canards para crear un banco de pruebas longitudinalmente inestable para el sistema FBW. Designado como 100LDU, el avión despegó en 1968. Las pruebas resultaron satisfactorias: validaron el sistema de control desarrollado para el T-4 y se mantendría como banco de pruebas de control durante la siguiente década, desempeñando las mismas funciones en 1973-73, mientras Sukhoi desarrollaba el Su-27.


Alekseev SM-6

Aunque el KM marcaría la cúspide del desarrollo del ekranoplano, no sería el último diseño de este tipo en volar. La Armada Soviética se había dado cuenta de la idea del vehículo de efecto suelo y, a finales de los años 60, buscaba un ekranoplano que sirviera como transporte de alta velocidad. En 1972, Alekseev volaría el SM-6, que se concibió como prototipo a escala reducida para el futuro A-90, que cumpliría esta función. El SM-6 era radicalmente diferente de los diseños anteriores: si bien compartía la misma cola en T y el ala de baja relación de aspecto, carecía de las prominentes superficies de soplado de las alas. En su lugar, dos motores TRD-25 en el morro expulsarían los gases de escape bajo la base de las alas, mientras que un único turbohélice AI-20 montado en la punta de la cola proporcionaría empuje adicional. A diferencia de los ekranoplanos anteriores, el SM-6 demostró ser capaz de volar sin efecto suelo, con un modesto techo de vuelo de 3000 m. Al final, el SM-6 fue un éxito: el A-90 volaría ese año y se produjeron cinco prototipos.


Bartini-Beriev VVA-14

A principios de los años 60, Bartini propuso un enorme vehículo de efecto suelo de 2500 toneladas. Si bien el proyecto obtuvo cierto apoyo, se decidió primero desarrollar un demostrador tecnológico. Bajo la designación VVA-14, Bartini se asoció con Beriev para crear una aeronave de doble función que pudiera servir como plataforma ASW/patrulla, a la vez que validaba el diseño más grande. El VVA-14 era una aeronave inusual: estaba equipado con tren de aterrizaje convencional y pontones (primero fijos, luego inflables) para operaciones anfibias, una gran sección central del ala para vuelo de efecto suelo y secciones exteriores del ala más delgadas que permitían el vuelo convencional. Aunque los dos prototipos solo estaban equipados con dos turbofán D-30 sobre el fuselaje, los planes finales preveían doce reactores de sustentación RD-36 para permitir que el VVA-14 lograra vuelo VTOL. Las pruebas de vuelo comenzaron en septiembre de 1972, y en general se desarrollaron satisfactoriamente a pesar de algunos problemas de vibración. Los pontones inflables se instalaron en 1974, al igual que los motores delante del ala para generar un efecto de soplado. Desafortunadamente, el programa VVA-14 se vio gravemente afectado por el fallecimiento de Bartini a finales de 1974. Los proyectos de Bartini quedaron en el olvido, ya que los proyectos de Beriev, como el A-40 y el A-50, cobraron prioridad, y para finales de 1975, el VVA-14 fue abandonado.


Mikoyan Gurevich MiG-105 Spiral

En 1965, la URSS inició un ambicioso proyecto de avión espacial bajo el nombre de Spiral. Vagamente similar a los proyectos estadounidenses de aviones espaciales con cuerpo sustentador, el Spiral iba a utilizar un pequeño... Aunque el orbitador en sí era vagamente similar a los proyectos estadounidenses con cuerpo sustentador, el alcance total del programa era mucho más radical. El Spiral iba a involucrar un avión de transporte que llevaría todo el conjunto a Mach 6 a una altitud de unos 30 km, arrojando el orbitador, que sería propulsado a órbita mediante un gran cohete propulsor. Los planes exigían que el diseño final tuviera una carga útil de unas 10 toneladas métricas en una órbita de 150 km. Una vez en órbita, serviría como plataforma tripulada de reconocimiento, ataque o intercepción, con suficiente combustible a bordo para cambiar la inclinación en 17 grados.

Dada la ambición del programa Spiral, se realizaron extensas pruebas a escala reducida mucho antes de que un prototipo real emprendiera el vuelo. La fase de experimentación incluyó dos clases de vehículos de prueba: prototipos no tripulados de alta velocidad para evaluar las características de reentrada y vehículos tripulados de baja velocidad para examinar las características de aterrizaje. Los modelos de prueba no tripulados, denominados BOR-1, -2 y -3, realizaron varios lanzamientos verticales desde cohetes a la atmósfera superior a partir de 1969. El BOR-1 era un modelo a escala 1:3 que realizó un único vuelo que aceleró la máquina a velocidades suborbitales de 100 km. Descendería a unos 60 km, momento en el que se quemaría durante la reentrada (previsto como parte del programa). El BOR-2 que le siguió fue más robusto, lo que le permitió realizar cuatro lanzamientos de prueba entre 1969 y 1972. El BOR-3, siguiendo los mismos planes generales, fallaría en sus dos pruebas, una perdida durante un accidente de lanzamiento y la otra perdida cuando su paracaídas no se desplegó en su vuelo inaugural en 1974.

El banco de pruebas tripulado Spiral, denominado EPOS, no despegó hasta mucho después de que el diseño fuera validado por los vehículos de prueba BOR. Aunque concebido como un banco de pruebas de baja velocidad, el EPOS incorporaría muchos elementos del diseño final previsto, incluyendo las secciones de ala exterior plegables y una cápsula de escape presurizada. Si bien carecía de los cohetes propulsores previstos para maniobras orbitales, estaba equipado con un único turborreactor RD-36 con 10 minutos de combustible, lo que le permitiría realizar múltiples intentos de aterrizaje o desviarse a otro aeródromo. Desafortunadamente, el fallecimiento de Artyom Mikoyan en 1970 suspendió el proyecto, y cuando se reanudó en 1972, el ambicioso programa Spiral se orientó hacia la investigación. El EPOS finalmente estaría listo para las pruebas a mediados de la década de 1970, pero las pruebas en tierra retrasarían el primer vuelo de la aeronave.

Recién en mayo de 1976, el EPOS voló por primera vez, despegando y volando por sus propios medios durante un breve vuelo. La siguiente etapa de pruebas comenzó en 1977, con el lanzamiento del EPOS desde un Tu-95K. Tras varias pruebas de transporte cautivo, el EPOS realizó su primera prueba de caída en octubre de 1977, planeando desde una altitud de 5 km hasta un aeródromo. Se realizarían nueve vuelos de prueba más, pero durante ese tiempo, el nuevo Ministro de Defensa de la URSS había cambiado el curso del desarrollo de las naves espaciales soviéticas. Aunque un banco de pruebas supersónico del EPOS estaba listo para volar y una variante hipersónica estaba en construcción, se dio prioridad al programa Buran. El golpe mortal para el EPOS llegó en 1978, cuando el prototipo resultó dañado en un accidente de aterrizaje. Aunque fue reparado y volvió a estar en condiciones de vuelo, marcó el final del programa: el EPOS nunca volvería a volar.


Sukhoi Su-27UB-PS


A principios de los 80, Sukhoi comenzó a investigar el uso de toberas de motor con vectorización de empuje. Tras experimentos iniciales con toberas planas bidimensionales, Sukhoi desarrolló un demostrador a escala real a finales de la década. En 1989, un Su-27UB de preproducción fue equipado con una nueva tobera sobre el motor de babor para evaluar el nuevo sistema de vectorización de empuje. La tobera consistía en placas planas, que solo podían moverse verticalmente. Las pruebas de vuelo comenzaron en 1989. Se realizaron 20 vuelos de prueba, aparentemente con buenos resultados. Sin embargo, el desarrollo de la vectorización de empuje de Sukhoi pronto cambiaría. Sukhoi pasó a experimentos de vectorización de empuje tridimensionales.


Sukhoi Su-37

Aunque el sistema de vectorización de empuje 2D con el que Sukhoi experimentó a principios de la década resultó infructuoso, no fue el último de sus experimentos con este sistema. Mientras se iniciaba el trabajo en el T10M/Su-35, Sukhoi tenía planes para un demostrador mucho más avanzado. En 1995, el undécimo prototipo del T10M fue ampliamente reconstruido como el Su-37. El Su-37 mejoró prácticamente todo del Su-35. La estructura se reconstruyó con más materiales compuestos y aleaciones de aluminio y litio, y la aviónica y la cabina se mejoraron con respecto al ya impresionante conjunto del Su-35. Se instaló el motor AL-31FP con vectorización de empuje 2D, y se planeaba el montaje del AL-37FU con toberas de vectorización 3D una vez finalizado el desarrollo del motor. Las toberas del AL-31FP podían girar 15 grados hacia arriba o hacia abajo, lo que proporcionaba al avión autoridad para cabecear y alabear en ángulos de ataque extremos. Sin embargo, a simple vista, el Su-37 era prácticamente indistinguible del Su-35. Salvo por los estabilizadores verticales cuadrados, el avión era prácticamente idéntico al prototipo del Su-35.

El Su-37 realizó su primer vuelo en la primavera de 1996, completando las pruebas preliminares a tiempo para su debut en el Salón Aeronáutico de Farnborough en septiembre de ese año. Sukhoi se aseguró de demostrar la agilidad del avión, alcanzando el Su-37 un ángulo de ataque de 180 grados en una maniobra "Super Cobra", así como varias otras maniobras posteriores a la pérdida. Las apariciones en salones aéreos de todo el mundo continuaron hasta 2001, cuando el Su-37 finalmente fue equipado con los motores AL-37FU con vectorización de empuje 3D, junto con aviónica y controles actualizados. Desafortunadamente, la trayectoria del Su-37 en esta configuración fue breve: el único ejemplar se estrelló en diciembre de 2002. La tensión causada por las intensas maniobras en los salones aéreos dañó el estabilizador horizontal derecho, provocando su fallo en vuelo. El accidente del Su-37 marcó el final del programa. El Su-37 nunca llegaría a producción, y no está claro si Sukhoi siquiera lo pretendió. En cualquier caso, el Su-37 no era para nada inútil: elementos probados en el diseño se trasladaron a varios proyectos Flanker, incluyendo el Su-30 y el Su-35 de segunda generación.


Sukhoi Su-47

Cuando la URSS inició sus programas de cazas de nueva generación a finales de los años 70, Sukhoi decidió adoptar un enfoque radicalmente diferente al empleado en sus diseños anteriores. En estrecha colaboración con TsAGI, comenzaron a desarrollar un caza de ala en flecha hacia adelante. Como demostraban los estudios en túneles de viento de TsAGI, dicha ala proporcionaría excelentes características de vuelo en la envolvente transónica. Sukhoi, basándose en los estudios de TsAGI y en sus propios experimentos con supermaniobrabilidad, creó una propuesta para un caza ligero y pesado. Ambos diseños eran máquinas de tres superficies dinámicamente inestables con vectorización de empuje para mejorar el rendimiento tras la pérdida. Parece que el trabajo avanzó más en un diseño conocido como el S-32, un avión de mayor tamaño destinado a ser el sucesor del Su-33. El S-32 iba a ser un gran salto respecto de la serie Flanker: alas en flecha hacia adelante y controles avanzados darían una agilidad excelente, mientras que una forma sigilosa moderada reduciría el RCS y, lo más notable, una gran boquilla única de vectorización de empuje derivada del diseño utilizado en el Su-27UB-PS vectorizaría el empuje de ambos motores.

Desafortunadamente para Sukhoi, el proyecto se prolongó hasta que la crisis económica de 1989 obligó a cancelarlo. Los problemas estructurales asociados con las alas en flecha hacia adelante obligaron a Sukhoi a dedicar gran parte de la década al desarrollo de una estructura de ala de material compuesto para el avión, por lo que Sukhoi apenas comenzaba la construcción de prototipos al finalizar la Guerra Fría. Afortunadamente para Sukhoi, el éxito de exportación del Flanker les proporcionó abundantes ingresos adicionales durante los años 90, lo que les permitió continuar con el desarrollo de su caza cancelado. En 1991, comenzaron a realizar pruebas de caída desde helicópteros con modelos a escala de una tonelada, lo que les permitió validar el diseño. El S-32 se transformaría ligeramente, perdiendo sus características navales y su tobera cuadrada para convertirse en el S-37. Inicialmente, el S-37 estaba equipado con dos turbofán D30F-11 sin toberas de empuje vectorial, conservando el mismo diseño avanzado desarrollado para el S-32, pero utilizando el morro delantero y el tren de aterrizaje de un Su-27 para reducir costos.

El S-37 se completó a finales de 1996 y despegó en septiembre del año siguiente. Las pruebas ampliaron gradualmente los límites de vuelo, hasta alcanzar una velocidad máxima de Mach 1,4. Mientras tanto, los ingenieros de Sukhoi trabajaban no solo para autorizar el caza a velocidades más altas, sino también para adaptar el diseño como demostrador tecnológico para un caza de nueva generación, ya que la financiación y el apoyo para el MiG 1.44, que había ganado el contrato de MFI, se estaban agotando. Los planes preveían la sustitución de los motores D30F por motores AL-41 con vectorización de empuje, mientras que el avión se equipaba con diversos paquetes de aviónica modular para demostrar sus capacidades. En 1999, hizo su debut público en el salón aeronáutico MAKS como Su-47. Finalmente, el Su-47 seguiría siendo un demostrador tecnológico. El programa de pruebas finalizó en torno al nuevo milenio sin que se instalaran los AL-41, y, al comenzar el programa PAK FA, el Su-47 fue retirado.